REVISIÓN SISTEMÁTICA
Una discusión sobre la línea
espinolaminar de Swischuk. Revisión bibliográfica
Claudio A. Fernández,*
María Gabriela Miranda,*,** María Emilia Moreiro*,**
*Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional
La Plata, Buenos Aires, Argentina
**Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital de
Niños “Sor María Ludovica”, La Plata, Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
Introducción: Las
lesiones traumáticas del raquis cervical superior son prevalentes en la primera
y segunda infancia. En 1977, Leonard Swischuk publicó un artículo sobre una
línea espinolaminar cervical a efectos de determinar la relación, fisiológica o
patológica, entre las vértebras cervicales C2-C3. El objetivo de este artículo
es presentar una revisión bibliográfica sobre las indicaciones y las
limitaciones diagnósticas de la línea de Swischuk, con ilustración de casos
clínicos propios. Materiales y Métodos: Se
efectuó una investigación bibliográfica sobre el trauma espinal cervical en
pediatría que incluyó las bases de datos PubMed (Medline, MedlinePLus y
Cochrane), Elsevier, BVS Biblioteca Virtual en Salud de Bireme (que incluye
LILACS) y la correspondiente a la AAOT. También se llevó a cabo una indagación
manual o no electrónica por citas de referencias de capítulos de libros de
texto de la especialidad de publicación reciente. Resultados: Sobre 72 artículos, se seleccionaron 39 relacionados con
aspectos epidemiológicos actuales, y otros específicos sobre la línea de
Swischuk y lesiones del raquis cervical superior, estos últimos
mayoritariamente reportes de casos. Conclusión: La línea de Swischuk es una herramienta diagnóstica útil
para evaluar la columna cervical infantil en casos de traumatismo y en algunas
entidades sindrómicas. Sin embargo, puede no ser sensible en algunas
situaciones de subluxación o luxación facetaria C2-C3. Se deberían adicionar
otras medidas complementarias de radiodiagnóstico.
Palabras clave: Niños;
línea de Swischuk; inestabilidad cervical C2-C3.
Nivel de Evidencia: IV
A Discussion on Swischuk´s Line. Literature Review
ABSTRACT
Introduction:
Traumatic injuries to the upper cervical spine are prevalent in young children.
In 1977, Leonard Swischuk published an article on a cervical spinolaminar line
to determine the physiological or pathological relationship between the second
and third cervical vertebrae (C2-C3). The purpose of this study is to review
the available literature on the indications and diagnostic limitations of this
line, illustrating this with our own clinical examples. Materials and
Methods: We conducted bibliographic
research on pediatric cervical spinal trauma including the following databases:
PubMed (Medline, MedlinePlus and Cochrane), Elsevier, VHL Virtual Health
Library of Bireme (which includes Lilacs) and the AAOT Database. In addition, a
manual search was carried out, including citations from recently published
references and specialty textbook chapters. Results: Out of 72 articles, we selected 39 that addressed current
epidemiological aspects, as well as others that focused on Swischuk’s line and
upper cervical spine injuries, which were mostly case reports. Conclusion: Swischuk’s line is an effective diagnostic tool for
evaluating children’s spines after trauma or in some syndromic diseases.
However, it may not be sensitive in some cases, such as C2-C3 subluxation or
facet dislocation. Other complementary radiodiagnostic measures should be
applied.
Keywords:
Children; Swischuk line; C2-C3 cervical instability.
Level of Evidence: IV
INTRODUCCIÓN
Las lesiones traumáticas de la columna cervical en la infancia tienen
una incidencia del 1,5% y una prevalencia superior al 80%, con una distribución
disímil según la edad: 72,7% hasta los 3 años; 47,8% entre los 3 y 8 años y 29%
en adelante.1-4 Expresado de otro
modo, hay una estrecha relación entre la edad y la frecuencia de la lesión
traumática cervical alta, con una relación sexo masculino-sexo femenino de
1,6:1.1 Diversos factores,
anatómicos y fisiológicos, determinan que esta región sea más
susceptible al trauma: la hiperlaxitud tisular, la estabilidad en cerrojo de la
articulación occipitoatloidea, el menor tono muscular y la desproporción de
volumen cervicocefálico. Un factor crítico es la inclinación progresiva de las
facetas articulares cuya angulación es de 30° en los primeros años de la vida y
de 70° en la etapa prepuberal. El disco C2-C3 es el fulcro o área transicional
entre dos sectores móviles, el craneocervical y el raquis subaxial. En los
primeros años de la vida, el raquis cervical superior notoriamente suele ser el
sitio de lesiones ligamentarias cuya prevalencia se ha estimado entre el 25% y
el 44%.5 La etiología remite a
accidentes de tránsito, caídas, lesiones deportivas, trauma no accidental y
partos distócicos.2,5-8 La
probabilidad de compromiso neurológico es del 35% al 60%, pero, a diferencia
del adulto, el pronóstico de recuperación es más alentador.7,9,10 Por el contrario, la probabilidad de
óbito es muy significativa en la primera y segunda infancia, varía del 16% al
18%, habitualmente asociado al traumatismo craneoencefálico.3,9 Varias investigaciones
anatomopatológicas post mortem han
documentado una diversidad de patrones de lesión.11,12
Según el Registro Nacional de Trauma Pediátrico de los Estados Unidos, en el
50% de estos pacientes, no se observó evidencia radiográfica, constituía la
lesión denominada SCIWORA (Spinal Cord
Injury Without Radiographic Abnormality).1
La incertidumbre generada por algunos aspectos radiográficos de la
columna cervical alta en el contexto del trauma motivó a Leonard Swischuk,
Profesor de Radiología de Texas, Estados Unidos, a publicar un artículo en la
revista Radiology, en 1977. De manera
prospectiva, investigó la utilidad de una línea trazada en las radiografías del
raquis cervical superior en niños, denominada línea espinolaminar o, desde
entonces, línea de Swischuk (LDS), cuyo objetivo principal fue diferenciar una
subluxación fisiológica de otra patológica en el segmento C2-C3 y, por otra
parte, diagnosticar o inducir la sospecha de una fractura ístmica del axis o
espondilólisislistesis (lesión del ahorcado) (Figuras
1 y 2).13 Para tal fin, en
una radiografía de perfil estricto, extendió una línea desde la unión
espinolaminar del atlas a la de C3. La cortical espinolaminar de C2, en
condiciones normales, debería ser un punto más de esa recta, con una tolerancia
de dispersión de 1,5 a 2 mm en el plano sagital, tanto anterior como posterior.
La LDS a cefálico se continúa armónicamente con el opistion (Figura 1).
En situaciones dudosas, una exposición radiográfica en discreta
extensión del cuello debería ofrecer una imagen de normalidad absoluta.13-15 Este parámetro radiográfico es
utilizado asiduamente en nuestro medio por médicos traumatólogos en la
emergencia pediátrica, quienes le confieren un valor predictivo casi axiomático
sustentado por numerosas publicaciones.12,16-21
Si bien la LDS fue trazada sobre una radiografía, es factible utilizarla con
otros estudios por imágenes, como la tomografía computarizada (TC) y la
resonancia magnética (Figura 3).
Ciertas afecciones traumáticas o congénitas ajenas al sector C2-C3, como
fracturas o epifisiólisis del axis e inestabilidad sagital C1-C2, pueden
alterar sensiblemente la LDS (Figuras 3 y 4).
Algunas observaciones ulteriores a la publicación del artículo de Swischuk y
otras devenidas de nuestra práctica cotidiana motivaron esta investigación cuyo
objetivo consistió en llevar a cabo una revisión bibliográfica sobre la
interpretación y la limitación diagnóstica de la LDS con ilustración de casos
clínicos.
MATERIALES Y MÉTODOS
Desde la Biblioteca de la AAOT se realizó una búsqueda de referencias
bibliográficas en idioma español e inglés desde 1977 (publicación de Swischuk)
hasta el presente, en las siguientes bases de datos: PubMed (Medline,
MedlinePLus y Cochrane), Elsevier, BVS Biblioteca Virtual en Salud de Bireme
(que incluye LILACS) y la propia base de la AAOT. Las palabras clave empleadas
fueron: pediatric cervical spine injuries, Swischuk line, C2-C3 pseudoluxation o C2-C3 dislocation in children, false
negative or false positive cases of Swischuk line. También se incluyeron artículos no identificados o
no solicitados en la búsqueda electrónica, producto de una investigación por
citas de otras referencias, publicaciones históricas clásicas de relevancia y
capítulos de libros de texto de traumatología infantil de vigencia actual sobre
afecciones traumáticas de la columna cervical. Excluimos las publicaciones
duplicadas, otras antiguas sobre trauma espinal pediátrico, las relacionadas
con enfermedades no coincidentes con el motivo de búsqueda y artículos sobre
disrupción o diastasis espinal vertical, dada su expresión demasiado explícita
en los estudios por imágenes. Esta investigación se sustenta en una revisión
sistemática de la bibliografía.
RESULTADOS
Se seleccionaron 39 referencias de un total de 72 (Figura 5). La selección incluyó 13 artículos sobre
aspectos epidemiológicos generales del traumatismo espinal infantil publicados
en los últimos cinco años, donde constan nuevas recomendaciones basadas en
evidencia científica sobre la utilización racional de estudios complementarios.
Otros 18 artículos fueron específicos de la LDS, con sus variantes
fisiológicas y patológicas de casos clínicos retrospectivos. Sin embargo, no
hallamos ninguna referencia específica de los descriptores: false negative or false positive cases of
Swischuk line. En los 46 años posteriores al artículo de Swischuk, se
publicaron seis casos pediátricos de subluxación o luxación facetaria uni o
bilateral C2-C3, cuatro de ellos con compromiso neurológico medular y dos
asociados a traumatismo craneoencefálico grave.6,13,22-25
Salvo un niño, todos eran menores de 10 años (media de la edad: 3 años; rango
de 9 meses a 8 años) y, aunque variable, el estado neurológico mejoró en todos
luego de la estabilización quirúrgica, probabilidad referida previamente en la
bibliografía.10 Excepto en dos casos, la LDS
no sufrió alteraciones o no fue sensible para detectar inestabilidad, aun
cuando coexistían una epifisiólisis del extremo inferior del axis y un
significativo daño del complejo capsuloligamentario posterior (Tabla, Figuras 6
y 7). Dos de los
ocho libros de texto consultados fueron considerados clásicos11,12 y seis eran las últimas ediciones de libros de
referencia.16-21 Todos replican idénticos conceptos en cuanto al trazado y
las implicancias diagnósticas de la LDS.
DISCUSIÓN
La LDS es una de las cuatro líneas trazadas en una radiografía de
columna cervical, de perfil luego de un traumatismo, específicamente, es el
segmento proximal que relaciona las corticales espinolaminares de las tres
primeras vértebras.16,20 Algunos
autores consideran que tiene una sensibilidad diagnóstica mayor que las
delimitantes sagitales de los cuerpos vertebrales.13
Swischuk enfatizó sobre su especificidad en la evaluación de la relación C2-C3.13,15 Su limitación práctica radica en la
falta de osificación del arco posterior del atlas o su hipoplasia.13 Se produce el desplazamiento anterior de
C2 sobre C3 o subluxación fisiológica aproximadamente en el 22-40% de los niños
<8 años; un segundo segmento hipermóvil puede objetivarse en C3-C4 en el 14%
del mismo grupo etario.13,15,25-28
En 1952, Bailey había precisado que el desplazamiento fisiológico de C2 sobre
C3 era de 2 mm o 3 mm, un valor que se corresponde con el parámetro de
Swischuk.11,13,15,27,29 Donalson
publicó hallazgos idénticos en el 75% de los niños con tortícolis adquiridas y
asociados a una rotación concomitante de C1-C2.11
En la inestabilidad de C2-C3 patológica, existe un desplazamiento anterior
excesivo de la línea espinolaminar del axis, cuya etiología puede ser
traumática o bien estar relacionada específicamente con el síndrome de Down.30,31 Como ya se mencionó, se han realizado
observaciones similares en casos de afecciones ajenas al segmento C2-C3. Aunque
Swischuk no aplicó su método para estos casos, nos pareció pertinente su descripción
para conocimiento de los médicos de la especialidad general, quienes reciben
estos pacientes en la urgencia y deben lidiar con su incertidumbre.
No hallamos publicaciones sobre la falta de sensibilidad diagnóstica de
la LDS en algunos casos de inestabilidad de C2-C3. Estimamos que esta
observación es significativa dado que constituye un falso negativo, toda vez que la herramienta
diagnóstica no es sensible para detectar el fenómeno anómalo. Por otra parte,
en más de la mitad de los casos publicados, se omitió el trazado de la LDS y ni
siquiera se citó a Swischuk en la bibliografía. Detalle paradójico considerando
que su descripción se reitera en una plétora de artículos y en todos los libros
de texto sobre trauma espinal pediátrico.
Finalmente, en casos de espondilólisislistesis del axis, el epicentro o
fulcro de movimiento migra desde las articulaciones facetarias hacia el seno de
la fractura y determina una subluxación patológica de C2-C3; aunque en esta
circunstancia, la cortical espinolaminar de C2 se ubica por detrás de la LDS.32 Lejos de ser patognomónica, esta
observación se ha referido en el síndrome de Grisel de etiología inflamatoria
con relación C1-C2 normal y axis indemne.33
Del análisis de la bibliografía y de observaciones empíricas propias,
podemos inferir que la LDS es un parámetro de evaluación radiográfico útil,
pero insuficiente e inespecífico. Por
lo expuesto, sería recomendable adicionar otros elementos de radiodiagnóstico
para certificar la inestabilidad vertebral: traslación de C2 sobre C3 >4 mm
o un porcentaje superior al 25%, alteración del eje en cifosis, aumento de la
distancia interespinosa C2-C3, pérdida del paralelismo facetario y
ensanchamiento posterior del espacio discal.15,16,34
La indicación de una TC debería ser selectiva y justificada según el examen
clínico-radiográfico, por ejemplo, la duda generada por una relación facetaria
anómala.2,35 No se recomienda su
indicación sistemática, ya que el efecto cancerígeno de la radiación, o el
riesgo estocástico en niños, es responsable de 1 cáncer cada 1000 estudios
realizados y ello, debido a la radiosensibilidad de los tejidos y a su larga
expectativa de vida.3,36,37 Por
ejemplo, la glándula tiroides de un niño <6 años recibe 200 veces más
radiación con una TC que con las exposiciones radiográficas convencionales.37 En una investigación retrospectiva sobre
773 pacientes pediátricos politraumatizados evaluados con TC, la prevalencia de
lesiones espinales fue del 2,4%, es decir, en el 97,6% de los pacientes, fue
innecesaria.37 Según un consenso reciente de expertos,
la TC, independientemente del hallazgo radiográfico, está justificada de manera
sistemática cuando el puntaje de Glasgow al ingresar es ≤8 y no se la
recomienda cuando el puntaje es mayor.36
La resonancia magnética se recomienda si no hay mejoría o ante el empeoramiento
clínico, pero no es una metodología de rutina dados la necesidad de sedación,
el costo y los significativos índices de falsos positivos.36,38,39 Los libros de la especialidad y
muchos artículos que versan sobre el trauma cervical en niños expresan, de
idéntica manera, el trazado de la LDS y las conclusiones devenidas de esta,
aunque no hallamos otras observaciones o análisis críticos.9,12,16-21 Algunas de ellas, mencionadas en
este artículo, nos advierten sobre el riesgo potencial de interpretar como
normal algo que no lo es, especialmente cuando el examinador no es un experto
en patología espinal. Las principales limitaciones de este estudio son su
diseño retrospectivo y la reducida casuística documentada en la bibliografía.
CONCLUSIÓN
La LDS es útil para evaluar la
columna cervical superior en niños de la primera y segunda infancia en casos de
trauma y en algunas entidades sindrómicas. Sin embargo, no es infalible ni
específica, no excluye una subluxación o luxación facetaria de C2-C3 y puede
estar influida por anomalías de segmentos suprayacentes. Se deberían adicionar
otras medidas cuanti o cualitativas de radiodiagnóstico.
Agradecimiento
Al Dr. Patricio Manzone por
compartir el Caso de la Figura 4.
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Recibido el 4-1-2024. Aceptado luego de la evaluación el
7-6-2024 • Dr. Claudio A. Fernández • claudioalfredofernandez619@gmail.com
• https://orcid.org/0000-0003-2350-3885
Cómo citar este artículo: Fernández CA, Miranda MG, Moreiro ME. Una discusión sobre la
línea espinolaminar de Swischuk. Revisión bibliográfica. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol 2024;89(4):393-402. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2024.89.4.1897
ORCID de M. G. Miranda: https://orcid.org/0000-0003-4949-9407
ORCID de M. E. Moreiro: https://orcid.org/0009-0000-5590-9738
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Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2024.89.4.1897
Fecha de publicación: Agosto, 2024
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Copyright: © 2024, Revista de la Asociación Argentina de
Ortopedia y Traumatología.
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