EDITORIAL
Importancia de un Comité de Ética en
Investigación
Bibiana Dello Russo
Presidenta
del Comité de Investigaciones de la AAOT
¿Cuándo una investigación es ética? La evaluación ética debe
integrar un sistema cuyo objetivo contemple el nivel que establece la
protección de los individuos del riesgo y del daño, para llegar a fines más
lejanos, como la salud integral, el
bienestar y el desarrollo humano.
Un Comité de Ética en
Investigación (CEI) es un grupo multidisciplinario y multisectorial,
independiente, de profesionales de la salud, así como de otros campos del
conocimiento, y miembros de la comunidad, equilibrado en edad y sexo, que tiene
por objetivo contribuir a salvaguardar la dignidad, los derechos, la seguridad
y el bienestar de los participantes actuales y potenciales de la investigación,
asegurando que los beneficios e inconvenientes de la investigación sean
distribuidos equitativamente entre los grupos y las clases de la sociedad, así
como también resguardando la relevancia y corrección científicas del protocolo
de investigación que se somete a su consideración (modificado de las Guías
Operacionales de la Organización Mundial de la Salud, 2000).
Sus antecedentes son recientes, a
partir de la segunda mitad del siglo XX cuando se introdujo la idea de que la
evaluación ética debería ser independiente y externa al campo de los médicos y
los investigadores. La necesidad de que las evaluaciones sobre los aspectos
éticos involucrados en las investigaciones fueran llevadas a cabo por personas
diferentes de los propios investigadores fue la consecuencia de diversas
circunstancias históricas. Numerosos hechos ocurridos durante fines del siglo
XIX y mediados del siglo XX (particularmente en las investigaciones
relacionadas con la búsqueda de vacunas para las infecciones que producían la
muerte de miles de personas) que culminaron con las atrocidades cometidas por
médicos en los campos de concentración nazis y, a partir de ello, la aprobación
del Código de Núremberg. La historia contemporánea de la ética en investigación
en salud y los CEI data del siglo XX. Está marcada por los crímenes cometidos
por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, cuyos líderes fueron juzgados
en Núremberg por la Organización de las Naciones Unidas. En esos juicios, se
incluyeron los delitos relacionados con investigaciones médicas que dejaron
innumerables víctimas y, de allí, surge el Código de Núremberg. Ese código
contempla las normas éticas básicas para la investigación médica en seres
humanos y establece que el ingreso de los individuos en una investigación debe
ser voluntario y autónomo. Todo sujeto debe decidir, de forma libre, su
participación, con conocimiento previo de los riesgos del estudio; los
investigadores responsables deben explicar a los sujetos en qué consiste su
participación y cómo se van a prevenir o manejar los riesgos cuando se
materialicen. De las atrocidades cometidas por los nazis también surge la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en la Asamblea General
de las Naciones Unidas, en 1948 (Ghooi 2011; Shuster 1997; Unesco 2005a, 7-8).
Al Código de Núremberg le siguió,
en 1964, la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, que
promulga los principios éticos para la investigación en seres humanos. La
Declaración de Helsinki, en su versión de 1975, incluye la enmienda de la 29.ª
Asamblea de Tokio (Japón) que contempla, además de la participación voluntaria
de los sujetos, que el protocolo de investigación sea aprobado por un comité
independiente conformado por pares de los investigadores y por otros
representantes de la comunidad que evalúan y constatan que se incluyan aspectos
éticos en la investigación para garantizar la seguridad y la protección de los
voluntarios, con respeto de la dignidad humana, es decir, esto se refiere,
precisamente, a los CEI (Asociación Médica Mundial 1964; 1975; Unesco 2006,
41).
Los CEI evalúan los estudios
propuestos con participantes humanos para asegurar que se hallan en conformidad
con pautas éticas aceptadas internacional y localmente, monitorean los estudios
una vez que han comenzado y, cuando sea relevante, toman parte en acciones de
seguimiento y vigilancia después de finalizada la investigación. Los CEI tienen
la autoridad de aprobar, rechazar o parar estudios, o de exigir modificaciones
a los protocolos de investigación. Pueden también realizar otras funciones,
tales como el establecimiento de normativas u ofrecer opiniones sobre temas
actuales de ética en investigación.
La evaluación es también esencial
si los investigadores tienen la intención de publicar los resultados de su
investigación, ya que la mayoría de las revistas médicas no publican los
resultados de una investigación que no ha recibido la aprobación de un CEI.
La responsabilidad principal de
un CEI es proteger a los potenciales participantes en la investigación, pero
debe también tener en cuenta los riesgos y beneficios potenciales para la
comunidad en la que se realizará la investigación. Su último propósito es
promover estándares éticos altos en investigación en salud.
En investigación internacional,
el CEI representa los intereses de la población local. Por lo tanto, debiera
asegurar que los participantes y sus comunidades reciban beneficios justos del
diseño. En estudios con intervenciones médicas, los CEI deben determinar qué
tratamiento y cuidado adecuado serán proporcionados a los participantes.
En este camino, la integridad
ética y jurídica de los CEI debe ser fuertemente protegida, porque su
instrumentalización resquebraja la confianza que la ciudadanía pone en la
Medicina y en la ciencia, pero fundamentalmente rompe el fino hilo que hace
posible que los países vulnerables, con bajo desarrollo humano y con precarias
condiciones de salud puedan participar de aquellas investigaciones en salud,
locales o internacionales que promuevan la salud y el bienestar de sus
comunidades, exponiéndolos a la menor cantidad de riesgos posible y gozando de
los beneficios de los resultados, en un marco universal de justicia y equidad.
Los CEI deben garantizar que estos objetivos se alcancen de un modo en el que
todos y cada uno sean tratados con igual respeto por su dignidad.
Como conclusiones
finales, nos preguntamos ¿qué función tendría un Comité de Ética en la
Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología? Lo resumimos en las
siguientes líneas: Ayudar a comprender y apreciar las políticas y conceptos
bioéticos en que se inspiran. Recalcar los problemas que deben tener presentes
los investigadores. Considerar las dimensiones científica, bioética y
reglamentaria de las propuestas de investigación. Examinar los planteamientos
científicos y éticos de los protocolos presentados. Precisar la diferencia con
el Comité de Bioética Hospitalario. Vigilar la búsqueda, los métodos y la
selección de los participantes. Promover la formación en bioética. Velar por
evitar que surjan conflictos de intereses en el interior del grupo.
Nótese, en este punto, que los
CEI tienen una función educadora no solamente de los miembros del Comité, sino
también de los colaboradores de las organizaciones y del público en general
para poder ayudar a comprender políticas y conceptos básicos sobre bioética.
Dra. Bibiana Dello Russo • bibianadellorusso@yahoo.com.ar • https://orcid.org/0000-0001-6487-4418
Cómo
citar este artículo: Dello Russo B. Importancia de un Comité de Ética en
Investigación. Rev Asoc Argent Ortop
Traumatol 2023;88(6):588-589. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.6.1745
Información
del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.6.1745
Fecha de
publicación: Diciembre, 2023
Conflicto
de intereses: La autora no declara conflictos de intereses.
Copyright: © 2023,
Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Licencia: Este artículo está bajo una Licencia Creative Commons
Atribución-No Comercial-Compartir Obras Derivadas Igual 4.0 Internacional.
(CC-BY-NC-SA 4.0)