ACTUALIZACIÓN
Síndromes compresivos del nervio
mediano. Revisión y actualización de la bibliografía
Javier E. Sánchez Saba,* Juan Francisco Civit,** Paula
Ramírez Vargas,* Francisco Melibosky Ramos,* Aldo
Villavicencio Achurra,* Javier Román Veas,* Peter Cobb
Craddock,* Pablo Orellana Araya,* Rene Jorquera Aguilera#
*Unidad de Cirugía de la Mano, Microcirugía y
Artroscopia de Miembro Superior, Servicio de Ortopedia y Traumatología, Clínica
INDISA, Santiago, Chile
**Servicio de Ortopedia y Traumatología, Clínica
Francesa, Dorrego, Mendoza, Argentina #IWAS Faculty, IRCAD-IWC Santiago, Chile
RESUMEN
El nervio mediano desciende por el brazo y,
en el codo, comienza a atravesar estructuras que pueden generar compresión,
como el ligamento de Struthers, el lacertus fibrosus, el pronador redondo, el
flexor superficial de los dedos. Finalmente, en la muñeca, se encuentra otro
sitio de compresión producido por el ligamento transverso del carpo. Todas
estas estructuras pueden provocar signos y síntomas de atrapamiento nervioso y
favorecer el deterioro funcional del nervio. Nuestro objetivo es dar a conocer
una actualización sobre estos sitios de atrapamiento del nervio mediano, y cómo
realizar un diagnóstico preciso e indicar un tratamiento adecuado.
Palabras clave: Compresión
nerviosa; nervio mediano; síndrome del pronador redondo; síndrome del túnel
carpiano; descompresión quirúrgica.
Nivel de Evidencia: IV
Median Nerve Compression Syndromes. Literature Review and
Update
ABSTRACT
The median nerve is a nervous structure that
begins to cross structures at the level of the elbow that might cause
compression. The Struthers ligament, lacertus fibrosus, pronator teres, and
flexor digitorum superficialis are among them. Finally, the transverse carpal
ligament creates another compression site in the wrist. All these structures
can develop pathological signs and symptoms of nerve entrapment, which favors
nerve functional degradation. Our objective is to provide an update on these
median nerve entrapment sites, as well as information on how to establish an
accurate diagnosis and provide adequate treatment.
Keywords: Nerve
compression; median nerve; pronator teres syndrome; carpal tunnel syndrome;
surgical decompression.
Level of Evidence: IV
ANATOMÍA
El nervio mediano está constituido
por las raíces nerviosas de C5-C7 que forman el cordón lateral y de C8-T1 que
generan el cordón medial.1 Dichas raíces
coalescen formando el nervio mediano, el cual desciende por el brazo medial a
la arteria humeral y medial al bíceps y al braquial, sin emitir ramos
colaterales durante este trayecto.1-3
En el codo, se ha observado que el nervio mediano atraviesa una serie de
estructuras. Inicialmente se encuentra el espolón medial del húmero, desde
donde puede originarse el ligamento de Struthers que se extiende hasta el
epicóndilo medial. Luego, ingresa en la fosa antecubital en la profundidad del
lacertus fibrosus y del pronador redondo (PR) (ambas cabezas, humeral y cubital
o profunda). Dirigiéndose luego a distal, ingresa por debajo de la arcada del
flexor superficial de los dedos (FSD). En este nivel, emerge la rama motora o
nervio interóseo anterior, la cual discurre en el antebrazo por la región
anterior de la membrana interósea e inerva los músculos
pronador cuadrado, flexor largo del pulgar y flexor profundo de los
dedos índice y mayor. Luego, el nervio mediano continúa su trayecto en el
antebrazo entre el FSD y el flexor radial del carpo. A 7 cm de la muñeca,
emerge el ramo palmar cutáneo del nervio mediano que otorga
sensibilidad a la región tenariana. Finalmente, el nervio ingresa en el túnel
carpiano donde da su rama motora tenariana y termina dividiéndose a distal en
los ramos digitales sensitivos.1-4
Síndrome del Túnel Carpiano
El síndrome del túnel carpiano es
una mononeuropatía compresiva del nervio mediano en la muñeca.5 Desde el punto de vista fisiopatológico,
genera edema en el nervio, con desmielinización y daño axonal.6,7 Se caracteriza por parestesias u
hormigueos en la región sensitiva del nervio mediano (borde radial de la mano),
así como por dolores que suelen exacerbarse por la noche.5,6
Diagnóstico
Se describe un cuadro relacionado
con dolores, adormecimientos, hipotrofia de la musculatura tenariana, etcétera.
Dicha sintomatología puede evaluarse mediante el cuestionario de la CTS-6 (6-Item Carpal Tunnel Syndrome Symptoms Scale),
donde un puntaje de 5 indica poca probabilidad de presentar el síndrome,
mientras que uno de 12 o más indica
una alta probabilidad.8,9
En una revisión de la American Academy of Orthopedic Surgeons,
se identificaron ciertas características asociadas al diagnóstico del síndrome
del túnel carpiano, entre ellas, la presencia de atrofia tenariana estaba
fuertemente relacionada con la enfermedad.9
Clínicamente el conjunto de
signos de Phalen y de Tinel, y estudios nerviosos de la conducción alterados
(teniendo en cuenta que la electromiografía puede dar un 10% de falsos
negativos) se asociaba marcadamente con esta enfermedad. Cabe destacar que
dichos factores no tienen valor diagnóstico si se los considera por separado.
Por otro lado, también hay
pruebas diagnósticas que se relacionan, de forma moderada, con el diagnóstico
de la enfermedad, como la prueba de colapso por rascado (scratch collapse test), las alteraciones en la sensibilidad
mediante la discriminación de dos puntos o con la prueba de monofilamento.
Además, existe una asociación moderada con la diabetes, y las actividades
manuales repetitivas y las actividades con vibración.9
Tratamiento
El tratamiento conservador
inicial solo proporciona beneficios si se utilizan inmovilizadores de muñecas
para evitar la flexión y se administran infiltraciones con corticoides, que
logran la mejoría hasta en un tercio de los pacientes.5
Sin embargo, ante la falta de
respuesta, está indicada la cirugía. El objetivo es la descompresión del túnel
mediante la apertura del ligamento transverso del carpo.10
En la actualidad, tanto la
técnica abierta como la endoscópica son las dos opciones quirúrgicas.
En revisiones sistemáticas, se ha
demostrado que no hay diferencias estadísticamente significativas entre las
técnicas en cuanto al tiempo quirúrgico, la mejoría de la fuerza de agarre, la
mejoría de la sensibilidad a los tres meses con la prueba de monofilamento ni
al año con la discriminación de dos puntos.10,11
Por el contrario, sí se hallaron
beneficios del tratamiento endoscópico, con diferencias estadísticamente
significativas, en la satisfacción del paciente, el retorno al trabajo y la
ausencia de complicaciones relacionadas con la herida cutánea (la técnica
abierta se asocia con infecciones, dolor de la herida [pillar pain] y cicatrices hipertróficas).11 Sin embargo, pueden aparecer ciertas
complicaciones, como la neuropraxia (no con daños permanentes, en este sentido,
ambas son similares) y tiene la desventaja de ser más costoso.5,6,10,11
Persistencia, recurrencia o nuevos
síntomas
Ante la falta de mejoría de los
síntomas, los posibles escenarios son:6,12
-
Persistencia: los síntomas nunca se alivian. En el 58% de los casos, se atribuye a
una liberación incompleta y, en el 37%, a otro sitio de compresión (como el
PR).12
-
Recurrencia: los síntomas se alivian por un período >6 meses y luego aparecen los
mismos síntomas nuevamente. En el 88% de los casos, suele asociarse con
adherencias perineurales, fibrosis y cicatrices. En estas situaciones, están
indicadas las revisiones, se recomienda mejorar el ambiente del nervio
incluyendo cobertura de vena, colgajos grasos hipotenares, etcétera.12
-
Nuevos síntomas después de la cirugía: hasta en el 67% de los casos, se relacionan con complicaciones
iatrogénicas. Se recomienda la revisión con reparación o reconstrucción del
nervio.12
Compresiones del nervio mediano
alrededor del codo
Si bien la incidencia de
compresiones en el codo es baja, Hagert y cols. indican que esto podría deberse
a que no se diagnostica esta enfermedad.13-16
Desde el punto de vista
anatómico, las compresiones pueden producirse por:
1.
El
pronador redondo. Es el sitio más frecuente documentado. Las causas suelen ser
las bandas fibrosas y tendinosas engrosadas de la fascia profunda (76% de los
casos comunicados).1,3,15,17,18
2.
El
lacertus fibrosus. Es el segundo sitio más relacionado. Hagert y cols. refieren
que esta es la principal estructura constrictora. En su estudio, para
corroborar la adecuada descompresión, miden la fuerza del flexor largo del
pulgar y el flexor profundo de los dedos índice antes de la liberación y
después. Se ha informado como causa hasta en el 42% de los casos.1,3,17,18
3.
El FSD.
Forman arcos aponeuróticos. Representa hasta el 36% de los casos.1,3,17,18
4.
Otras
causas menos frecuentes, como el ligamento de Struthers, el músculo de Gantzer
(cabeza accesoria del flexor largo del pulgar).1,7
Tang y cols. señalan que es casi
imposible diferenciar entre compresiones producidas por el PR y el FSD, por lo
que consideran y tratan ambas causas al mismo tiempo. Al lacertus fibrosus, que
sería la otra etiología frecuente capaz de generar dicha compresión, lo liberan
por la cercanía y facilidad que les provee el abordaje de 3,5 cm realizado a 6
cm del pliegue del codo.19
DIAGNÓSTICO
En la actualidad, no hay consenso
para establecer criterios diagnósticos de compresión del nervio mediano
alrededor del codo.20 Sin embargo, se
describen síntomas y signos clínicos, y estudios complementarios.
Signos y síntomas clínicos
-
Signo de
Tinel en el antebrazo: solo el 50%.1,3,21
-
Prueba de
compresión: suele generar dolor: al ser estructuras profundas, Tang y cols.
recalcan que puede ser inespecífica o estar ausente.1,5,19,21 La compresión debe realizarse a 6
cm del pliegue del codo y a 4 cm lateral al epicóndilo medial.22
-
Dolor en
el antebrazo y parestesias en el antebrazo y la región tenariana: se asocian
con esta etiología, porque está comprometida la rama cutánea palmar del nervio
mediano.1,2,4,5,17,20,23
-
Debilidad
de la musculatura tenariana: se ha relacionado con compresiones en el codo,
mientras que los síntomas nocturnos, así como la atrofia tenariana son más
frecuentes en el síndrome del túnel carpiano (compresiones distales).4,20
-
Prueba de
colapso por rascado: se ha propuesto para poner en evidencia sitios de
compresión, es más exacta si, además, se realiza la prueba con cloruro de
etilo, logra una sensibilidad y especificidad similares a las de otras pruebas
diagnósticas de provocación.6
-
Pruebas
dinámicas: se consideran positivas si producen parestesias. La eficacia
(sensibilidad y especificidad) de las pruebas diagnósticas que evalúan la
fuerza contra resistencia para reproducir síntomas de neuropatías es de
alrededor del 90%.16 Entre ellas,
se destacan las siguientes:
1. Pronación contra resistencia
con el codo a 45°: positiva para el PR.
2. Flexión contra resistencia con
el antebrazo supinado: positiva para compresiones donde la estructura
constrictora es el lacertus fibrosus.
3. Flexión del FSD: tercer dedo o
dedo mayor contra resistencia por 1 minuto: positiva para FSD.1-3,22
Estudios complementarios
1. Radiografía: es útil para evaluar si hay espolón
humeral.3
2. Electromiografía: solo ha sido positiva en el 30%
(baja sensibilidad).3,20 Sin
embargo, se solicita para evaluar causas secundarias de compresión (como un
cuadro cervical, que es lo más frecuente).3,6,16,18
Específicamente en el antebrazo, evalúa si hay fibrilaciones u ondas positivas,
polifásicas o de larga duración, indicativas de compresión del nervio mediano.20
3. Resonancia magnética: tiene baja sensibilidad para
detectar lesiones nerviosas (5% según Özdemir y cols.).16,20,24 En estadios agudos y subagudos, se
ha evaluado la presencia de edema en la secuencia STIR que indicaría una
compresión nerviosa y es más precoz que los cambios nerviosos, que suelen
desarrollarse, al menos, luego de tres semanas. En estadios crónicos, se asocia
con degeneración grasa de los músculos inervados por el nervio mediano.4,6,20,24,25
4. Ecografía: puede mostrar hipoecogenicidad previa al
sitio de compresión, que se debe al edema perineural.4-6,20,26 Özdemir y cols. observaron cambios
hasta en el 57% de los casos, por ejemplo, alteraciones, como disminución de la
sección transversal del área del nervio mediano con maniobras, como la supinación.20 La sección transversal del área del
nervio mediano normalmente tiene 7-9,8 mm a nivel del túnel carpiano. En el
antebrazo, los signos ecográficos pueden no ser evidentes, ya que las bandas
compresivas, a menudo, son muy pequeñas para poder visualizarlas con este
estudio.26 Sin embargo, es
dependiente del operador y no debe utilizarse aisladamente para diagnosticar
neuropatía compresiva.27 Aun con
todas las limitaciones, Özdemir y cols. señalan que la ecografía es el estudio
con más sensibilidad para diagnosticar la compresión del nervio mediano en el
antebrazo.20
Tratamiento
Tratamiento conservador
Es el tratamiento inicial que
debe instaurarse y debe durar, como mínimo, de tres a seis meses. Se basa en
antinflamatorios no esteroides, cambios de actividades para evitar ejercicios
que requieran la flexión prolongada del codo, la pronación del antebrazo y la
fuerza de agarre prolongada con las manos. Además, se indica terapia kinésica
para el estiramiento de los músculos del antebrazo. Se ha propuesto también
administrar infiltraciones con corticoides que logran buenos resultados
terapéuticos.2,3,17,19
En algunos casos, puede ser
necesario que el tratamiento conservador se prolongue hasta un año para lograr
una respuesta favorable. Esto ocurre con aquellas compresiones que generen
únicamente síntomas motores con imposibilidad de realizar el signo del OK
(signo de Kiloh-Nevin) en las cuales debe considerarse como diagnóstico el
síndrome del nervio interóseo anterior. Este puede ser parte del síndrome de Parsonage-Turner
(una neuritis del plexo braquial secundaria a una infección viral que se
presenta con omalgia, síntomas de enfermedad nerviosa irritativa y que se
asocia, por lo general, con un síndrome del nervio interóseo anterior). En
estos casos, el tratamiento conservador debe prolongarse hasta un año.2-5 Ante la presencia de este síndrome, solo
se recomienda la descompresión si hay un daño neurológico severo asociado.5
Tratamiento quirúrgico
La cirugía históricamente se
basaba en un abordaje anterior del codo, en forma de S, que permitía explorar y
liberar todas las estructuras que podrían estar involucradas.5 Después se comenzaron a realizar liberaciones
selectivas mediante incisiones más pequeñas de las estructuras que, con más
frecuencia, se relacionaban con la compresión, y que lograban tasas de mejoría
similares de hasta el 70-90%.1,3,5
Opciones quirúrgicas
1.
Hagert
propone un abordaje de 3 cm en el pliegue del codo, con técnica WALANT (Wide Awake Local Anesthesia No Tourniquet)
para realizar mediciones preoperatorias e intraoperatorias de la fuerza del
flexor largo del pulgar y el flexor
profundo de los dedos. Con su técnica mininvasiva operaron a 82 pacientes y el
puntaje DASH mejoró de 35 a 12,7 (valor estadísticamente significativo).
Además, el dolor y los adormecimientos medidos con la escala analógica visual
mejoraron a 1 a los 6 meses, y la satisfacción de los pacientes de su serie fue
de 8,8.16,18,21
2.
Zancolli
y cols. comunicaron que la causa de la compresión eran el PR y el FSD en 44
pacientes de su serie. Para la descompresión nerviosa, realizan un abordaje
oblicuo de 3,5 cm a 6 cm del pliegue del codo, disecando en profundidad en el
tabique entre el flexor radial del carpo y el PR. Luego, liberan la fascia
profunda del PR. Y si, además, hay síntomas del FSD, también resecan su arcada.
Estos autores informaron que todos los pacientes tratados, además, tenían un
síndrome del túnel carpiano que también fue liberado. Como resultado, el 93%
mejoró.5,22
3.
Tang
sostiene que es muy difícil diferenciar clínicamente entre el PR y el FSD.
Cuando el examen físico revela que el lacertus fibrosus es la causa de la
compresión, utiliza la técnica WALANT para su liberación, al igual que en la
técnica de Hagert y cols. Si la clínica es de atrapamiento nervioso secundario
al FSD/PR, opta por un abordaje de 3 a 4 cm distales del pliegue del codo.
Libera el PR y el arco del FSD y, además, por la proximidad y facilidad que
provee el abordaje, también libera el lacertus fibrosus.19
4. Lee y Barnett y cols. han propuesto técnicas
endoscópicas. Realizan una incisión de 3 cm a nivel del lacertus fibrosus,
disecando por planos hasta el nivel del nervio mediano en relación con el PR.
Mediante óptica y bajo visualización directa, se extienden a proximal liberando
con tijeras y realizando la hemostasia bipolar. Luego proceden a la liberación
con descompresión hacia distal.17,28
En su serie de 13 pacientes, Lee comunica la resolución de las parestesias y
una mejoría >50% del puntaje DASH.3,5,28
5. Técnica de hidrodisección guiada con ecografía. Se
lleva a cabo con anestesia local colocada proximal al lugar de la compresión.
Luego con la instilación de 5 ml de lidocaína al 1%, se intenta generar una
descompresión de 360° en la zona de compresión determinada por ecografía. Tras
la descompresión, se inmoviliza por cuatro semanas para luego retornar a la
actividad habitual. La limitación es la necesidad de visualizar el sitio de
compresión mediante ecografía (presente solo en un 50% de los casos. Visible
como edema fascicular, engrosamiento epineural y cambios en el calibre del
nervio). En algunas series de casos, se comunica que los síntomas mejoraron más
del 75% en el 70% de los pacientes tratados con esta técnica.26
Consideraciones finales
La compresión del nervio mediano
puede ocurrir a distintos niveles en el miembro superior. La falta de un
diagnóstico preciso y adecuado puede llevar a la persistencia de los síntomas;
por lo tanto, consideramos que un examen físico detallado y minucioso puede
ayudar a disminuir errores por la falta de un tratamiento adecuado. Por último,
el tratamiento inicial suele ser conservador. Si este fracasa, se puede optar
por técnicas de resolución quirúrgica, avaladas por reportes que comunican
resultados satisfactorios en la mejoría de los síntomas cuando se la trata con
alguna de las múltiples opciones y técnicas quirúrgicas disponibles en la
actualidad.
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––––––––––––––––––
Conflicto
de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
ORCID J. F. Civit: https://orcid.org/0009-0001-0783-3756
ORCID de J. Román Veas: https://orcid.org/0000-0002-8917-1062
ORCID de P. Ramírez Vargas: https://orcid.org/0009-0002-1369-8156
ORCID de P. Cobb Craddock: https://orcid.org/0000-0001-7950-6394
ORCID de F. Melibosky Ramos: https://orcid.org/0000-0003-3805-6707
ORCID de P. Orellana Araya: https://orcid.org/0000-0001-6506-6906
ORCID de A. Villavicencio Achurra: https://orcid.org/0009-0005-5482-494X
ORCID de R. Jorquera Aguilera: https://orcid.org/0000-0003-3288-3787
Recibido el 1-3-2023. Aceptado luego de la evaluación el
9-3-2023 • Dr. Javier E. Sánchez Saba • javisanchezsaba@gmail.com
• https://orcid.org/0000-0001-5496-3513
Cómo citar este artículo: Sánchez Saba JE, Civit JF, Ramírez
Vargas P, Melibosky Ramos F, Villavicencio Achurra A, Román Veas J, Cobb
Craddock P, Orellana Araya P, Jorquera Aguilera R. Síndromes compresivos del
nervio mediano. Revisión y actualización de la bibliografía. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol
2023;88(4):451-456. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.4.1734
Información
del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.4.1734
Fecha de
publicación: Agosto, 2023
Copyright: © 2023,
Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
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