ARTÍCULO ESPECIAL
Vástagos femorales
cortos para el reemplazo total de cadera primario en pacientes jóvenes.
Resultados clínicos y biomecánicos*
Carlos M. Lucero,
Pablo A. Slullitel, Fernando Díaz-Dilernia, Gerardo Zanotti, Fernando Comba,
Martín Buttaro
Centro de
Cadera “Sir John Charnley”, Instituto de Ortopedia y Traumatología “Prof. Dr.
Carlos E. Ottolenghi”, Hospital Italiano de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
La artroplastia total
de cadera es una cirugía eficaz para tratar la artrosis. Con el aumento de la
necesidad de una mejor calidad de vida, este procedimiento se está realizando
en pacientes más jóvenes. Pero, con la mayor expectativa de vida, también crece
la demanda de múltiples cirugías de revisión para el mismo paciente. Esto
plantea desafíos técnicos debido a la pérdida de hueso. Existe una necesidad
creciente de identificar implantes duraderos y altamente funcionales que sean
adecuados para la revisión futura. Aunque los vastagos femorales cementados eran
la opción principal en el pasado, los vastagos femorales no cementados han
logrado una fijación a largo plazo y excelentes resultados. Sin embargo, aún se
pueden mejorar algunos problemas relacionados con la fijación. Los vastagos
femorales cortos han sido desarrollados para abordar algunos de estos desafíos,
mientras se mantienen los buenos resultados obtenidos con los vastagos
convencionales. En este artículo, se analiza la experiencia tras 10 años de uso
de vastagos femorales cortos en cirugías de cadera en pacientes jóvenes. Se
comparan los resultados biomecánicos y la preservación ósea femoral, se
reportan los resultados posoperatorios en relación con el regreso al deporte, y
se evalúan las complicaciones relacionadas con su uso. El empleo de vástagos cortos
en cirugía primaria de cadera brinda múltiples ventajas. La indicación de este
tipo de implante está justificada en pacientes jóvenes y activos, con el
objetivo de reproducir los resultados de los implantes convencionales con un
menor consumo de hueso y la posibilidad de una revisión futura.
Palabras clave: Artroplastia total de cadera; tallo
corto; artrosis de cadera.
Nivel de Evidencia: IV
Short Femoral
Stems for Primary Total Hip Arthroplasty in Young Patients: Clinical and
Biomechanical Outcomes*
ABSTRACT
Total hip arthroplasty is an effective surgery to treat osteoarthritis.
Given the rising demand for a higher quality of life, this procedure is being performed on increasingly younger patients.
However, a longer life expectancy is also tied to a
higher demand for multiple revision surgeries for the same patient. This poses
technical challenges due to bone loss. There is a growing need to identify
durable and highly functional implants that are suitable for future revision.
Although cemented femoral stems were the main option in the past, uncemented femoral stems have demonstrated long-term
fixation and excellent results. However, some issues related to fixation can still be improved. Short femoral stems have been developed to address some of these challenges
while maintaining the good results obtained with conventional stems. This study
analyzes the experience after 10 years of using short
femoral stems in hip surgeries on young patients. Biomechanical outcomes and
femoral bone preservation are compared, postoperative
outcomes regarding return to sports are reported, and complications related to
their use are evaluated. Short stems have multiple advantages when used in
primary hip surgery. The indication for this type of implant is justified in
young and active patients, to reproduce the results of conventional implants
with less bone consumption and the possibility of future revision.
Keywords: Total hip
arthroplasty; short stem; hip osteoarthrosis.
Level of Evidence: IV
*Este estudio ha recibido el
Premio Trienal “Dr. Enrique Finochietto” que otorga la Academia Nacional de
Medicina, al mejor trabajo sobre investigación clínica o experimental en
Traumatología.
INTRODUCCIÓN
La
artroplastia total de cadera (ATC) es un procedimiento clínico, funcional y
radiológicamente exitoso para el tratamiento de la enfermedad degenerativa de
la cadera.1,2 En las últimas tres
décadas, la cantidad de pacientes sometidos a una ATC
ha crecido sustancialmente, y la esperanza de vida y el nivel de actividad han
aumentado en forma concomitante,3
lo que podría implicar un incremento de la cirugía de revisión en el futuro.4 Esto ha despertado un interés en los
diseños de prótesis que preserven hueso y que permitan un abordaje quirúrgico
mínimamente invasivo y conservador de tejidos, para tratar de facilitar las
futuras revisiones de la ATC sin afectar los resultados quirúrgicos y la
supervivencia de la cirugía índice.
La ATC no
cementada se ha convertido en la opción de fijación estándar en los Estados
Unidos, Canadá y muchos países europeos, y se utiliza en más del 90% de todas
las ATC primarias.5,6
Sin embargo, a pesar del éxito observado con estos componentes y teniendo en
cuenta la extensión de su indicación, han surgido diversos desafíos
particulares para las tecnologías de fijación no cementadas en pacientes más
jóvenes. Estos desafíos incluyen:
1. Preservación del capital óseo femoral proximal.
2. Potencial necesidad de una revisión eficaz del
componente femoral.
3. Desajuste anatomomorfológico femoral por
discordancia proximal-distal.
4. Capacidad de insertar implantes de forma segura y
reproducible.
Los
implantes femorales no cementados de vástago corto se han desarrollado para
abordar algunos de estos desafíos en tanto y en cuanto no disminuyan el nivel
actual de éxito alcanzado por los implantes no cementados de longitud
convencional. El riesgo de revisión de la ATC en los pacientes jóvenes persiste
como producto del desgaste inducido por el debris de micropartículas de metal y
polietileno, la fractura periprotésica temprana y tardía, el aflojamiento
aséptico y la pérdida ósea inducida por desfuncionalización del fémur proximal.
Algunas de estas complicaciones se deben a la carga no fisiológica del fémur.
Respondiendo a las demandas de una población de pacientes cada vez más joven y
activa, los avances recientes en la artroplastia de cadera tienen como objetivo
minimizar el daño tisular y preservar el capital óseo sin comprometer la
estabilidad del implante. Esto ha dado como resultado la introducción de
implantes innovadores que preservan el capital óseo femoral, como las ATC de
vástago corto,7
con el objetivo de preservar hueso para futuras revisiones.
Definición y características de los
vástagos cortos
El éxito
de la ATC se basa en la estabilidad tanto rotatoria como axial inicial
(fijación por interferencia),8
encargada de promover la fijación final del implante a largo plazo (fijación
definitiva). Existen distintos tipos de fijación no cementada que condicionan,
a su vez, la preparación femoral. Por un lado, hay vástagos con una fijación
exclusivamente metafisaria (se “raspan” solo en su preparación femoral), forma
acuñada y habitualmente tienen una cubierta porosa proximal de titanio
(recubierto o no), mientras que su superficie distal suele ser rugosa (en muy
pocos casos, la superficie distal es pulida). En segundo lugar, existen
vástagos que tienen una fijación anatómica (se “raspan y se fresan’ para su
preparación femoral), suelen tener una superficie porosa completa para poder
ocupar toda la cavidad metafisaria y diafisaria tanto en la radiografía de
frente como en la de perfil. Finalmente, están los tallos con fijación distal,
esto es, exclusivamente diafisaria (solo se “fresan” para su preparación
femoral); suelen utilizarse en las cirugías primarias de cadera en casos de displasia
para poder “puentear” cuellos femorales muy anteversos o metáfisis con gran
deformidad extrarticular. Los implantes modernos que mejor promueven la carga
fisiológica han sido, históricamente, los vástagos de longitud convencional en
forma de cuña metafisaria (esto es, los que solo se raspan para su colocación)
que se han asociado a menos osteólisis del fémur proximal a largo plazo.
Todos los
vástagos diseñados para ser menos invasivos que los vástagos no cementados
convencionales se denominan comúnmente “vástagos cortos” (salvo los reemplazos
de superficie que, a pesar de preservar capital óseo, no tienen tallo per se). Los implantes de vástago corto
se han definido como aquellos que miden <120 mm de largo, que normalmente
coincide con la unión metafisodiafisaria. Un estudio reciente mostró que
reducir la longitud del vástago a menos de 105 mm no disminuiría la estabilidad
por interferencia de los implantes de fijación no cementada.9 Sin embargo, este término es engañoso,
porque se refiere a un grupo heterogéneo de vástagos diferentes en términos de
diseño, biomecánica y principios de fijación. Es por ello que se han
desarrollado diversos sistemas de clasificación teniendo en cuenta
características, como la longitud del vástago, la ubicación de la carga, el
nivel de la osteotomía para la resección del cuello y los principios de
fijación del implante.10,11
McTighe y cols.10 han propuesto
una clasificación basada en los tres tipos principales de fijación de implantes
de vástago corto:
1.
Metafisaria estabilizada (resección de cuello estándar).
2. Cuello estabilizado (preservación del cuello
femoral).
3. Cabeza estabilizada (prótesis de superficie).
Los
implantes de vástago corto con resección de cuello estándar pueden
clasificarse, además, en anatómicos e implantes de fijación en cuña. Estos
implantes también tienden a ser versiones acortadas de los implantes no
cementados convencionales. En cambio, los implantes que preservan el cuello
femoral se adaptan a la anteversión del cuello femoral remanente en función del
nivel de la osteotomía efectuada.12
Khanuja y
cols.,13
en 2014, trataron de dar respuesta a esta cuestión. Dada la existencia de
distintos tipos de fijación proximal, los autores clasifican los tallos cortos
en cuatro grandes grupos que, a su vez, presentan subgrupos: tipo 1A, prótesis
de apoyo exclusivo en el cuello de sección trapezoidal; tipo 1B, prótesis de
apoyo exclusivo en el cuello con geometría redondeada y con estrías para la
estabilidad rotatoria; tipo 1C, prótesis de apoyo exclusivo en el cuello con la
geometría estriada para la estabilidad rotatoria; tipo 2A, prótesis de carga en
calcar de sección trapezoidal y de diseño en cuña; tipo 2B, prótesis de carga
en calcar de sección redondeada y preservación parcial del cuello femoral; tipo
2C, vástago de preservación cervical con fijación en la cortical metafisaria
lateral; tipo 2D, o diseño en tornillo-placa que comprime el calcar contra la
cortical externa metafisaria; tipo 3, vástagos con extensión trocantérica
lateral, y tipo 4, vástago de diseño convencional, pero acortado en longitud,
buscando solo fijación metafisaria (Figura 1).
La
remodelación ósea periprotésica del fémur proximal es un factor importante para
lograr la estabilidad a largo plazo de un implante. Esta depende de su
geometría y el canal femoral, y de la relación de las transferencias de cargas
del implante al hueso. La estabilidad de estos vástagos más cortos depende de
su fijación metafisaria, la cual es un requisito para la transferencia de carga
proximal óptima.14,15
Los estudios biomecánicos han demostrado que la optimización de la
transferencia de carga proximal tiene un impacto positivo en la preservación de
capital óseo. Chen y cols.16
analizaron el capital óseo en pacientes que se habían sometido a una ATC con un
vástago corto de Mayo (Zimmer International, Warsaw, IN, EE.UU.). A través del
análisis de absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA), se ha demostrado
solo una pérdida ósea media del 3,3% en pacientes con vástagos cortos, en
comparación con el estándar de la bibliografía del 20% con implantes de
longitud convencional.17 Sin
embargo, cabe destacar que, en un estudio controlado aleatorizado,18 se comparó la remodelación ósea entre un
vástago acortado y otro de longitud convencional, a través de un análisis libre
de región de absorciometría dual de rayos X (DEXA-RFA). Los autores
identificaron un consumo de capital óseo periprotésico en el calcar, y la cara
lateral y proximal femoral en ambos grupos (p <0,05). Es decir, la
remodelación ósea femoral impresiona ser multifactorial, condicionada por la
anatomía del fémur proximal, la osteopenia previa, la preparación femoral
intraoperatoria y el grado de fijación por interferencia logrado en la cirugía
índice. Sin embargo, no es un dato menor que la geometría del vástago y su
longitud (corto vs. convencional) podrían tener una influencia significativa a
largo plazo en la remodelación ósea y eso aún está por esclarecerse con nuevos
estudios aleatorizados; de allí, el interés actual en los vástagos cortos.
Los
vástagos cortos que preservan el cuello constituyen una alternativa alentadora
frente a los vástagos convencionales no cementados; principalmente esto se debe
a su naturaleza de preservación ósea que permitiría una cirugía de revisión más
fácil, así como ventajas biomecánicas como una potencial mejoría en la
transmisión de carga axial. Por otro lado, la osteointegración podría ser más
favorable debido a la reducción del movimiento cíclico después de la
implantación. Los efectos del stress
shielding se reducen mediante una mayor carga fisiológica del fémur debido
a la menor rigidez a la flexión del nuevo vástago. En este sentido, se ha
propuesto que el uso de un vástago femoral corto podría tener diversas
ventajas:
1.
Preservación
del capital óseo y los tejidos blandos, en las regiones trocantérica mayor y
subtrocantérica, en el momento de la implantación para futuras revisiones.19
2.
Disminución
del stress shielding, causada por la
reabsorción del hueso metafisario y la hipertrofia cortical diafisaria.20
3.
Disminución
de la concentración de la tensión en la punta del vástago, lo que, según se
demostró en un componente tradicional, es la causa de dolor en el muslo.20,21
4.
El efecto
de banda de tensión de la cintilla iliotibial proporciona fuerzas de compresión
tanto medial como lateralmente en el fémur proximal.22 La cortical lateral proporciona un fuerte
apoyo como segunda columna de compresión.22,23
5. La transferencia de carga a la metáfisis de una
dirección superior a una inferior de manera fisiológica.22-24
6.
Versatilidad
en la cirugía de revisión debido al abordaje mínimamente invasivo, menos daño a
los tejidos blandos y el capital óseo intacto debajo del trocánter menor.22,23
Desde el
punto de vista demográfico, es de preferencia su implantación en pacientes
jóvenes (≤55 años), aunque en una menor proporción (15%), pueden ser empleados
en pacientes de entre 55 y 60 años que practiquen deportes de manera recreativa
(Figura 2A y B). Es un requisito que este
grupo de pacientes tenga un capital óseo metafisario adecuado junto con un
cuello femoral intacto, un calcar morfológicamente normal y una cortical
femoral lateral distal suficiente para lograr una correcta fijación y la
restauración anatómica.
Las
contraindicaciones para el uso de vástagos cortos en cirugía primaria de cadera
incluyen la edad >60 años, una deformidad traslacional metafisaria severa
del fémur, osteoporosis severa o patologías en las que exista una importante
discordancia entre el tamaño del cuello y la metáfisis femoral, por ejemplo, en
una osteocondromatosis múltiple (Figura 3).
Durante
la cirugía, debe confirmarse que la calidad del hueso sea la adecuada para su
implantación y que el área del cuello femoral sea lo suficientemente fuerte
para soportar la transmisión de carga de un vástago corto. Es por ello que, si
no se cumple dicho requisito, los autores recomiendan siempre disponer de un
vástago no cementado de longitud convencional.
Nuestro
interés por los vástagos cortos comenzó en 2010, cuando los resultados de la
artroplastia de superficie empezaron a ser deficientes debido a la liberación
de partículas de metal derivadas de la superficie de fricción, ocasionando
reacciones adversas, tales como metalosis, seudotumores y fallas a corto plazo,
con complicaciones asociadas a las cirugías de revisión en estos pacientes.25 Luego de un análisis detallado de los
vástagos cortos disponibles en nuestro país, nos decidimos por un sistema con
recubrimiento similar al que utilizábamos en los vástagos no cementados
convencionales, con resultados excelentes a 20 años de seguimiento.26 La hidroxiapatita, así como también la
superficie de carga, eran exactamente iguales a las que usábamos en ese
momento. Este diseño elegido estaba aprobado por la Food and Drug Administration y comenzaba a ser popular en Alemania
y el Reino Unido, y no solo era más corto que un vástago convencional no
cementado, sino que también, según diversas publicaciones, conservaba parte del
cuello femoral.25,27
Hay nueve opciones de tamaño con un ángulo cervicometafisario de 130°, y sus
estrías longitudinales están diseñadas para resistir fuerzas torsionales.
Objetivo
El
objetivo de este trabajo fue analizar los siguientes puntos luego de 10 años de
experiencia con el uso de vástagos femorales cortos para la cirugía de cadera
en pacientes jóvenes:
1.
Preservación
ósea femoral.
2.
Reconstrucción
biomecánica.
3.
Resultados
a mediano plazo de los primeros 100 casos.
4.
Resultados
funcionales comparativos en una población joven deportista.
5.
Comparación
a mediano plazo con vástagos no cementados de longitud convencional.
6.
Tasa de
complicaciones intraoperatorias comparativa entre dos diseños que conservan
parcialmente el cuello femoral.
7.
Resultados
a mediano plazo en pacientes con displasia del desarrollo de la cadera.
8.
Situaciones
complejas: resultados a mediano plazo en deformidades proximales del fémur.
1. PRESERVACIÓN ÓSEA FEMORAL
Material y Métodos
Se llevó
a cabo un estudio retrospectivo comparativo en el que se analizaron los
primeros 50 vástagos cortos (MiniHipTM, Corin, Cirencester, Reino Unido) con el
objetivo de determinar radiográficamente la preservación de capital óseo
femoral cuando se había utilizado un vástago corto de fijación
cervicometafisaria.27 Fueron analizados con
radiografías de frente, midiendo el nivel de resección cervical y la longitud
del vástago. Estos fueron comparados con las filminas de un vástago
convencional de fijación metafisodiafisaria (MetaFixTM, Corin, Cirencester,
Reino Unido).
La edad
promedio de los pacientes fue de 46.7 años (rango 21-62); 38 pacientes eran de
sexo masculino y 12, de sexo femenino. Los diagnósticos principales fueron
artrosis degenerativa (42 casos), displasia del desarrollo de la cadera (5
casos), osteonecrosis (2 casos) y condrólisis idiopática (1 caso). Todos los
implantes fueron colocados por el mismo cirujano a través de un abordaje
posterolateral con anestesia raquídea.
La
programación preoperatoria de los vástagos cortos se realizó según el método
descrito por Salvati y cols.,28
y estuvo a cargo de un cirujano con más de 10 años de experiencia en el empleo
de este método. Las radiografías posoperatorias digitales de los pacientes en
los cuales se implantó un vástago de fijación cervicometafisaria fueron
analizadas por dos observadores independientes, superponiendo las filminas de
un vástago de fijación metafiso-diafisaria con recubrimiento de hidroxiapatita
(MetaFixTM). Se dibujó la longitud del vástago convencional y el nivel de corte
del cuello femoral necesario para implantar este tallo. A continuación, se
cuantificó la diferencia de preservación ósea longitudinal entre ambos
implantes a nivel del cuello femoral y a nivel diafisario, el total como
resultado de la suma de ambas mediciones y las longitudes de cada implante (Figura 4A y B).
Resultados
Los
vástagos cortos de fijación cervicometafisaria preservaron radiográficamente,
en promedio, 77 mm al compararlos con aquellos de longitud convencional. El
corte de cuello en los vástagos convencionales fue entre 3 y 15 mm más distal
que con los vástagos cortos (promedio 10 mm). Los implantes convencionales
ocuparon 66 mm más de diáfisis (rango 41-81) que los vástagos cortos (p
<0,001). La longitud promedio de los vástagos cortos implantados fue de 82
mm (rango 68-102). La longitud promedio de los vástagos convencionales de
fijación metafisodiafisaria fue de 142 mm (rango 132-151) (p <0,001) (Tabla 1). De acuerdo con estos resultados, los
vástagos cortos permitieron preservar radiográficamente un 42% de longitud ósea
comparados con los vástagos de fijación metafisodiafisaria (Figura 4C).
2. RECONSTRUCCIÓN BIOMECÁNICA
Material y Métodos
Se
realizó un estudio descriptivo retrospectivo29
que incluyó 124 pacientes con una edad promedio de 52 años (rango 26-65). Se
analizaron tres grupos de pacientes: el primer grupo consistió en 36 pacientes
a los que se les implantó una prótesis de vástago corto MiniHipTM, el segundo
grupo incluyó a 46 pacientes con una prótesis total de cadera convencional no
cementada Corail® (DePuy-Synthes, Warsaw, IN, EEUU.), y el tercero incluyó a 42
pacientes tratados con una prótesis de superficie (Durom, Zimmer,
Warwae, IN, EE.UU.).
Después
de la aprobación del Comité de Ética institucional, el estudio incluyó a
pacientes <65 años que tenían artrosis de cadera y una cadera contralateral
sana o con artrosis incipiente (Tönnis 0 o 1),30 que se utilizó como control para los
parámetros biomecánicos. Todas las cirugías se realizaron a través de un
abordaje posterolateral. Se excluyeron las artroplastias bilaterales
simultáneas, así como las fracturas u otros diagnósticos o cualquier
antecedente quirúrgico de la cadera afectada.
Las
mediciones radiográficas fueron realizadas por tres observadores independientes
utilizando un sistema de imagen digital (RAIMViewer, EE.UU.) previamente
calibrado con el tamaño del implante de la cabeza femoral. Los tres
observadores analizaron tres subgrupos diferentes de pacientes. El mismo
observador midió el posoperatorio y la cadera contralateral sana para evitar el
sesgo interobservador.
La
discrepancia en la longitud de miembros inferiores se midió en las radiografías
utilizando el punto final distal del signo de la lágrima y el trocánter menor
como referencias. Una vez obtenido el valor de discrepancia, se restó la
discrepancia del centro de rotación para excluir el factor acetabular y obtener
los datos de discrepancia solo del fémur. El desplazamiento femoral (offset) se evaluó midiendo la distancia
entre el eje de la diáfisis femoral y el centro de rotación de la cabeza
femoral.
El centro
de rotación horizontal se definió como la distancia entre el centro de rotación
de la cadera y el centro del extremo distal del signo de la lágrima. El centro
de rotación vertical se midió desde el centro de rotación de la cabeza femoral
hasta una línea que pasa por los dos vértices del extremo distal del signo de
la lágrima.
La
inclinación acetabular se calculó utilizando el ángulo entre una línea que pasa
por los dos vértices del extremo distal del signo de la lágrima y el eje del
componente acetabular. La anteversión acetabular se midió utilizando el método
de Lewinnek31 (arco seno inverso
del ancho de la elipse sobre el diámetro externo del implante). Se determinó si
la posición de la copa estaba dentro de la zona segura de Lewinnek (40 ± 10° de
inclinación y 15 ± 10° de anteversión).
Resultados
Centro de rotación horizontal
Las
discrepancias promedio del centro de rotación horizontal no fueron
estadísticamente significativas al comparar las tres prótesis (p = 0,275). El
centro de rotación horizontal fue ligeramente medializado en el grupo con
vástago corto (-0,09 mm; p = 0,189) y en el grupo con vástago convencional
(-0,58; p = 0,39), mientras que fue ligeramente lateralizado en el grupo con
prótesis de superficie (0,51 mm; p = 0,45). En 16 casos de vástago corto
(44,4%), 29 casos de vástago convencional (63%) y 28 casos de prótesis de superficie
(66,6%), el centro de rotación horizontal se restituyó entre ± 3 mm (p = 0,85).
Centro de rotación vertical
Las
diferencias en el centro de rotación vertical entre los tres grupos no fueron
estadísticamente significativas (p = 0,425). El centro de rotación vertical fue
más proximal con las tres prótesis: 1,75 mm (p = 0,021) en el grupo con vástago
corto, 1,32 mm (p = 0,021) en el grupo con vástago convencional y 2,34 mm (p =
0,001) en el grupo de prótesis de superficie. En 17 casos de vástago corto (52,7%),
34 casos de vástago convencional (73,9%) y 23 casos de prótesis de superficie
(54,7%), el centro de rotación vertical se recuperó en 3 mm (p = 0,08).
Discrepancia de longitud de miembros
inferiores
La
discrepancia promedio en la longitud de las piernas fue de 1,19 mm en el grupo
con vástago corto; 2,31 mm en el grupo con vástago convencional y 2,11 mm en el
de prótesis de superficie (p <0,001). En el 67,3% con prótesis de
superficie, la restauración se mantuvo en un rango inferior a ± 5 mm (p = 0,103).
La discrepancia femoral de longitud tuvo un promedio de -0,87 mm en el grupo
con vástago corto, 0,34 mm en el grupo con vástago convencional y -4,44 mm en
el grupo de prótesis de superficie (p = 0,003).
Lateralización femoral
La
diferencia de offset femoral promedio
entre los tres grupos fue estadísticamente significativa (p = 0,0001). Cuando
se comparó con el lado sano contralateral, el desplazamiento lateral
posoperatorio promedio aumentó 3,51 mm en el grupo con vástago corto (p =
0,001) y 1,71 mm en el grupo con vástago convencional (p = 0,081), mientras que
se redujo 3,95 mm en el grupo de prótesis de superficie (p = 0,001). El
desplazamiento femoral estuvo dentro de ± 5 mm en 23 casos de vástago corto
(63,8%); 33 casos de vástago convencional (71,7%) y 27 casos de prótesis de
superficie (64,2%) (p = 0,683) (Tabla 2).
3. RESULTADOS A MEDIANO PLAZO DE LOS PRIMEROS 100 CASOS
Material y Métodos
En un
estudio retrospectivo,32
se analizaron prospectivamente los primeros 84 pacientes (100 caderas) tratados
con una ATC con un vástago corto tipo 2B.13,33
Estos casos incluyeron la curva de aprendizaje del cirujano. Dieciséis
pacientes fueron operados secuencialmente, de ambos lados, el mismo día. La
edad promedio fue de 47 años (rango 17-58). En esta serie, las indicaciones de
un vástago corto fueron: pacientes jóvenes con una edad máxima de 55 años (85
casos) y pacientes de entre 56 y 60 años que habían practicado deportes de
impacto en el pasado (15 casos). Los deportes o actividades definidos como de
impacto fueron: correr, fútbol, taekwondo, squash
y entrenadores de gimnasia aeróbica. El índice de masa corporal (IMC) promedio
del grupo fue 27 kg/m2 (rango 22-37). El diagnóstico primario fue
artrosis primaria (82 casos), displasia del desarrollo (6 casos), osteonecrosis
(8 casos), condrólisis idiopática (2 casos), secuela de enfermedad de Perthes
(1 caso) y sinovitis vellonodular pigmentada (1 caso).
Técnica quirúrgica
La
planificación preoperatoria es un paso fundamental y obligatorio que puede
realizarse de acuerdo con métodos analógicos o convencionales.34 Según la técnica quirúrgica, se
planifica, de manera precisa, el corte del cuello femoral para evitar la
elongación excesiva de la pierna operada y calcular la lateralización del
fémur. En casos con lateralización aumentada, se realiza un corte de cuello más
vertical y, en casos de lateralización disminuida, un corte de cuello más
horizontal, como bien fue descrito por Teoh y cols.35 El punto de entrada en el fémur se calcula 4 mm
lateral al centro del cuello femoral. Con el propósito de evitar una
perforación cortical, se puede adicionar un paso a la técnica quirúrgica
original utilizando una pinza vascular curva en la dirección del canal femoral.
Tras confirmar la ubicación correcta del instrumental iniciador en el canal
endomedular, se procede a colocar la primera raspa iniciadora. Seguidamente, se
compacta el hueso femoral proximal con las raspas de tamaño progresivo hasta
obtener la estabilidad rotatoria y el contacto cortical lateral.
Resultados
La supervivencia
del vástago libre de falla aséptica fue del 99% (IC95% 93,1-99,8%) en un
seguimiento promedio de 42 meses (rango 24-64) y del 98% cuando se incluyó la
infección. Ningún paciente se perdió en el seguimiento. La principal
complicación ocurrió en el caso 6 (enumerado en orden cronológico de inclusión
en el estudio según la fecha de cirugía): una perforación de la cortical
lateral (Figura 5A) que fue tratada el mismo
día, durante la cirugía, con revisión del vástago corto a uno de longitud
convencional de fijación metafisodiafisaria recubierto con hidroxiapatita (Figura 5B). Asimismo, se registraron tres
fracturas intraoperatorias incompletas del calcar (3%), de las cuales una sola
requirió de un cerclaje con alambre y descarga parcial durante los primeros 30
días posquirúrgicos.
Hubo un caso de hundimiento de 4 mm, que fue
estabilizado a los 45 días de la operación tras descarga de peso, sin necesidad
de tratamiento quirúrgico subsiguiente debido a la ausencia de síntomas.
No se
registraron casos de dolor de muslo ni luxaciones. El puntaje funcional
promedio de Harris (HHS) mejoró significativamente de 55 antes de la cirugía a
96 (rango 82-100) en el último seguimiento (p <0,05). En el último control,
24 pacientes corrían más de 5 km/semana, 18 nadaban 1 o 2 veces/semana, 12 de
ellos andaban en bicicleta más de 2 horas/semana, ocho practicaban golf sin
restricción, seis jugaban fútbol no competitivo, seis practicaban artes
marciales, dos de ellos jugaban básquet y uno retomó el squash. El promedio de actividad deportiva semanal fue de 6 horas,
y 20 pacientes practicaban más de una disciplina deportiva en el último
seguimiento. El retorno a la actividad deportiva se produjo, en promedio, a los
4.4 meses (rango 3-7).
En todos
los casos, se comprobó la incorporación ósea según la clasificación de Engh.36
Ningún
vástago evidenció líneas radiolúcidas. El promedio de discrepancia de miembros
fue de 1,7 mm (rango de -4,7 a +7). La lateralización femoral promedio aumentó
4,6 mm (rango de 4 a +7). Seis pacientes tuvieron remodelación ósea del cuello
femoral y tres, hipertrofia de la cortical lateral. Uno sufrió una infección
aguda profunda que fue tratada exitosamente con desbridamiento, retención de
componentes y antibióticos.
4. RESULTADOS FUNCIONALES COMPARATIVOS EN UNA POBLACIÓN JOVEN
DEPORTISTA
Material y Métodos
Con el
objetivo de describir y cuantificar el tipo y la intensidad de la actividad
física realizada por pacientes jóvenes operados con una artroplastia de
superficie y aquellos en los cuales se implantó un vástago corto de fijación
cervicometafisaria, se evaluaron 55 pacientes operados por el mismo equipo
quirúrgico. Se trató de un estudio comparativo37
con dos grupos de cohorte asociados temporalmente dado el cambio en la
indicación en relación con las complicaciones reportadas con el par de fricción
metalmetal. Se realizó una comparación entre las últimas 31 prótesis de
superficie y las primeras 31 prótesis de vástago corto.
En el
primer grupo de pacientes, se implantaron 31 prótesis de superficie consecutivas
(Durom), una de ellas bilateral y, en el segundo grupo, 31 prótesis de fijación
cervicometafisaria consecutivas, seis de ellas bilaterales. El promedio de edad
para las prótesis de superficie fue de 44.6 años (rango 34-57) y 51.5 años
(rango 36-66) para el grupo de prótesis de fijación cervicometafisaria. Todos
los pacientes eran activos con artrosis primaria avanzada de cadera.
Todos
fueron operados bajo anestesia raquídea en quirófano de flujo laminar a través
de un abordaje posterolateral. El protocolo de rehabilitación incluyó la
movilización precoz a las 24 horas con carga total según la tolerancia al
dolor. Durante las primeras tres semanas, utilizaron dos bastones canadienses y
luego un bastón de marcha por una a dos semanas más de acuerdo con la
evolución.
Se
realizó un estudio descriptivo utilizando el puntaje de la Universidad de Los
Ángeles en California (UCLA), determinando la actividad física alcanzada (tipo
y cantidad de horas semanales) al final del seguimiento, grado de satisfacción
personal durante la práctica deportiva a través de una escala analógica visual
y la necesidad de analgésicos antes de la actividad física y después.
Resultados
El
seguimiento promedio fue 24 meses (rango 12-66). Las pautas dadas a los
pacientes fueron homogéneas permitiéndoles actividad plena a los seis meses de
la cirugía. Se constató la actividad deportiva de contacto en 15 pacientes en
el grupo de prótesis de superficie y 10 en el grupo de vástagos cortos. Los
deportes más habituales fueron fútbol y básquet, y el mejor tolerado fue el
ciclismo, donde aun sin ser de contacto, se logró un alto rendimiento en la
serie.
El
puntaje de la UCLA promedio fue de 9,5 para el grupo de prótesis de superficie
y de 8,5 para el grupo de prótesis de fijación metafisaria. El grado de
satisfacción personal se correspondió con los resultados obtenidos en el
puntaje de la UCLA. Ambos grupos realizaron, en promedio, 6 horas semanales de
actividad física. El tiempo desde la cirugía hasta el comienzo de la actividad
física fue de 6.3 meses para el grupo de prótesis de superficie frente a 4.4
meses para el de prótesis de vástago corto (p = 0,0031).
En esta
serie de pacientes, ambos implantes permitieron desarrollar actividad física de
contacto con una regularidad comparable en ambos grupos. Sin embargo, los
pacientes con un vástago corto, si bien requirieron un mayor consumo de
analgésicos posoperatorios al realizar actividad física, retornaron antes al
deporte en comparación con los sometidos a una artroplastia de superficie (Figura 6).
5. COMPARACIÓN A MEDIANO PLAZO CON VÁSTAGOS NO CEMENTADOS DE
LONGITUD CONVENCIONAL
Material y Métodos
Se
analizó prospectivamente una serie consecutiva de 1100 ATC primarias38 de las cuales 20 eran cementadas, 247
híbridas y 833 no cementadas. De este último grupo, 506 se trataron con el
vástago cónico totalmente recubierto de hidroxiapatita Corail® y 117 con el
vástago corto cervicometafisario MiniHipTM, respectivamente. La elección del
implante se basó en las expectativas del paciente, la morfología femoral
proximal, la planificación digital preoperatoria y la elección del cirujano.
Se
incluyeron consecutivamente todos los pacientes adultos <55 años; por lo
tanto, 300 y 14 fueron excluidos en el grupo Corail® y MiniHipTM,
respectivamente. Sesenta casos operados con el vástago Corail® y dos casos con
el vástago MiniHipTM se perdieron durante el seguimiento y, por lo tanto, se
excluyeron, quedaron 247 ATC no cementadas en 220 pacientes para analizar. Once
y 16 pacientes se sometieron a una ATC bilateral en un tiempo en el grupo con
vástago convencional y corto, respectivamente. La edad media de la serie fue de
46 años (rango 17-55) (p = 0,16). Hubo 87 y 62 hombres en el grupo Corail® y
MiniHipTM, respectivamente (p = 0,11). El seguimiento medio fue de 7.7 años
(rango 5-10) para el grupo de vástago convencional y de 7.3 años (rango 5-9)
para la cohorte de vástago corto (p = 0,07).
Resultados
No hubo
diferencia en cuanto al tiempo quirúrgico medio y el tiempo medio de
internación entre ambos grupos. Ninguno de los pacientes requirió transfusión
de sangre. Hubo una mejoría significativa en el HHS al comparar los valores
preoperatorios y posoperatorios en ambos grupos (p <0,001).
La
preservación media de la longitud del cuello femoral fue el doble en los
pacientes tratados con un vástago corto [13,6 mm en el vástago convencional vs.
25,9 mm en el vástago corto (p = 0,001)] (Figura 7),
mientras que la invasión diafisaria media fue tres veces menor en el grupo de
vástago corto [114,5 vs. 39,7 mm (p = 0,001)].
Veinte
(8,1%) ATC presentaron radiolucencias metafisarias sintomáticas alrededor del
vástago en el grupo Corail® (p = 0,001), todas en las zonas de Gruen31 1, 7, 8 y 14 y se detectaron después del primer
año posoperatorio, con progresión radiográfica y relevancia clínica durante el
seguimiento. No hubo evidencia de osteólisis de la prótesis alrededor del
componente femoral. Seis (4%) y cinco (5%) pacientes del grupo Corail® y
MiniHipTM presentaron un hundimiento femoral inicial <3 mm, sin
mayor progresión, sin síntomas hasta el último seguimiento (p = 0,75).
En el
grupo de vástago convencional, cinco casos tuvieron un aflojamiento aséptico
del componente femoral debido al debonding
metafisario,39
tratados con una revisión en un tiempo (p = 0,06), y un caso sufrió una falla
séptica que fue tratada quirúrgicamente con una revisión en dos tiempos (p =
0,41).
Cinco
caderas (3,4%) en el grupo Corail® y tres (3%) en el grupo MiniHipTM sufrieron
una fractura femoral periprotésica intraoperatoria (p = 0,84). Todas, excepto
una, fueron fracturas de calcar no desplazadas sin compromiso más allá del
trocánter menor (Vancouver A2) y, por tanto, tratadas con cerclajes de alambre
y carga parcial sin secuelas. El paciente restante en el grupo MiniHipTM fue
revisado a un vástago recubierto de hidroxiapatita convencional (MetaFixTM)
debido una perforación intraoperatoria de la cortical lateral (Vancouver A1).
La
radiolucidez femoral metafisaria sintomática39
se evidenció en el 13,7% de los pacientes del grupo Corail® (20 vs. 0, p =
0,001). Este fenómeno se relacionó con el IMC aumentado, morfología Dorr B y
una superficie de fricción duradura (metal-metal o cerámica-cerámica). Todos
los pacientes refirieron dolor de muslo tolerable durante las actividades
deportivas de impacto y 10 de ellos durante las actividades de la vida diaria.
Cinco se perdieron durante el seguimiento. Seis se negaron a someterse a una
cirugía de revisión porque consideraban que sus síntomas eran tolerables. Los
nueve casos restantes se encuentran en seguimiento, ya sea en espera de cirugía
o sin certeza de someterse al procedimiento.
El
aflojamiento aséptico del vástago fue más frecuente en el grupo Corail® que en
el grupo MiniHipTM [5 (3,4 %) vs. 0, p = 0,06)]: cuatro pacientes fueron
revisados a un vástago estriado no cementado modular (ZMR®, Zimmer, Warsaw, IN,
EE.UU.), y uno a un vástago cementado largo (VerSys®, Zimmer Biomet, Warsaw,
IN, EE.UU.).
A un
seguimiento medio de 7.6 años, tomando como punto final la revisión del vástago
por cualquier motivo, la supervivencia fue del 95,9% y del 99% para los grupos
Corail® y MiniHipTM, respectivamente (p = 0,15).
6. TASA DE COMPLICACIONES INTRAOPERATORIAS COMPARATIVA ENTRE DOS
DISEÑOS QUE CONSERVAN PARCIALMENTE EL CUELLO FEMORAL
Material y Métodos
Se llevó
a cabo un análisis prospectivo de una serie consecutiva de 190 casos que se
sometieron a una ATC primaria, 89 de ellos tratados con un vástago corto collum femoris preserving (CFPTM, LINK,
Alemania) y 101 con un vástago corto MiniHipTM.40
Ambos fueron clasificados como diseños de “columna parcial” con osteotomía que
preserva el cuello, como lo describen Falez y cols.41
El objetivo principal de este estudio fue comparar los resultados clínico y
radiológico de ambos vástagos, con especial interés en la fractura
periprotésica intraoperatoria (FPPI).
La serie
constó de 151 hombres y 39 mujeres, la distribución fue similar entre los dos
grupos (p = 0,12). La edad media fue de 47 años (DE ± 8.92), sin diferencia
estadística entre los dos grupos (p = 0,93). El IMC medio fue de 28 kg/m2 (DE ±
4,06). Los diagnósticos que llevaron a la cirugía fueron los siguientes:
artrosis primaria en 151 casos, necrosis avascular en 18 casos, displasia en 16
casos, cambios degenerativos postraumáticos tras fractura acetabular en cuatro
casos y condrólisis idiopática en un caso. No hubo diferencias estadísticas en
cuanto a la distribución de diagnósticos entre ambos grupos (p = 0,816). La
mediana de seguimiento fue de 72 meses (rango intercuartílico [RIC]: 66-81),
sin diferencias entre ambos grupos (p = 0,43).
La
evaluación radiológica se realizó a través de una radiografía anteroposterior
de la pelvis, una vista axial lateral de Dunn modificada y una vista de perfil
falso. Se analizaron las radiografías posoperatorias para detectar osteólisis y
eventual radiolucencia progresiva y hundimiento. Se registraron todas las
complicaciones intraoperatorias o posoperatorias relacionadas o no con el
procedimiento quirúrgico.
Los
pacientes fueron seguidos prospectivamente a las 2 semanas, 6 semanas y a los 3
y 6 meses después de la cirugía, y luego anualmente. Los pacientes fueron
evaluados con el HHS modificado (HHSm) antes de la operación y después.
RESULTADOS
El HHSm
medio mejoró de 54,39 (DE ± 10,53) a 95,93 (DE ± 2,73) en el grupo MiniHipTM (p
<0,001) y de 64,07 (DE ± 10,39) a 98,21 (DE ± 2,86) en el grupo CFPTM (p
<0,001). Cuatro pacientes tenían un hundimiento inicial (<2 mm) en el
grupo MiniHipTM, todos ellos asintomáticos. No hubo casos de hundimiento en la
cohorte de CFPTM y no hubo diferencias entre ambos grupos (p = 0,643). Se
detectaron 0 y 2 (2,25%) casos de osteólisis femoral proximal alrededor de los
vástagos MiniHipTM y CFPTM, respectivamente (p = 0,834). Se observaron
radiolucencias femorales <2 mm de ancho alrededor de dos vástagos MiniHipTM
(1,98%) y seis CFPTM (6,74%) (p = 0,15), sin relevancia clínica. La mediana de
reabsorción del cuello femoral fue de 1 mm en el grupo MiniHipTM (RIC 1-2) y de
0 mm en el de CFPTM (RIC 0-1) (p = 0,06). La mediana de hipertrofia de la
corteza lateral fue de 0 mm para ambos grupos (p = 0,306), mientras que la
hipertrofia cervical se observó en tres casos del vástago MiniHipTM y en cuatro
del CFPTM (p = 0,708).
No se
observaron diferencias significativas en cuanto a aflojamiento, infección e
inestabilidad. En total, hubo cinco complicaciones posoperatorias (2,63%),
cuatro en el grupo MiniHipTM y una en el grupo CFPTM. Hubo dos aflojamientos
asépticos del componente acetabular (tratados con ATC de revisión en un tiempo)
y una infección aguda del sitio quirúrgico en el grupo MiniHipTM, que se trató
con éxito con irrigación y desbridamiento y preservación del implante. Además,
hubo un caso de fractura periprotésica posoperatoria Vancouver B2 después de
una caída accidental 45 días después de la cirugía. El paciente se sometió a
una cirugía de revisión con un vástago ZMR® modular no cementado. En el grupo
de CFPTM, solo se evidenció un aflojamiento séptico que se trató con una ATC de
revisión en un tiempo con una copa de cubierta porosa primaria no cementada y
un vástago ZMR® modular no cementado fijado distalmente. No hubo casos de
inestabilidad o dolor residual en el muslo en ninguna de las cohortes.
Con
respecto a las complicaciones intraoperatorias, en total, se observaron seis
PPFI (7/190 = 3,68%), tres en el grupo MiniHipTM (1 Vancouver tipo A1 y 2 tipo
A2) y tres en el grupo CFPTM (3 Vancouver tipo B2 y 1 tipo C3). En el grupo
MiniHipTM, hubo una perforación cortical lateral clasificada como Vancouver A1,
que se revisó de inmediato a un vástago no cementado recubierto de
hidroxiapatita convencional (MetaFixTM) el mismo día de la cirugía. Además,
hubo dos (2%) fracturas de calcar incompletas intraoperatorias (Vancouver A2)
de las cuales solo una requirió cerclaje con alambre y descarga parcial durante
30 días. Estos dos casos ocurrieron en el momento de la inserción del vástago y
ninguno de ellos requirió un procedimiento quirúrgico posterior.
En el
grupo CFPTM, hubo tres casos de FPPI. Un caso con fractura incompleta del
calcar ocurrió durante la inserción definitiva del vástago, y fue tratado con
cerclaje múltiple. El segundo caso fue diagnosticado en la radiografía
posoperatoria inmediata, se trataba de una fractura diafisaria femoral no
desplazada, que no requirió tratamiento quirúrgico distinto de la descarga de
peso corporal. El tercer caso ocurrió durante el raspado progresivo y se
clasificó como Vancouver C3, por lo que finalmente no se pudo insertar el
vástago CFPTM. Por lo tanto, se revisó a un vástago convencional no cementado
recubierto completamente poroso (LCU, Waldemar Link GmbH & Co, Hamburgo,
Alemania) asociado a una placa de compresión bloqueada de 4,5 mm. Ninguno de
los casos requirió un nuevo procedimiento quirúrgico ni revisión del vástago
femoral.
7. RESULTADOS A MEDIANO PLAZO EN PACIENTES CON DISPLASIA DEL
DESARROLLO DE LA CADERA
Material y métodos
Con el
objetivo de analizar los problemas técnicos encontrados al reconstruir el fémur
proximal de pacientes con artrosis secundaria a displasia congénita de cadera
tratados con una ATC utilizando un vástago corto, se analizó prospectivamente
una serie consecutiva de 116 casos con diagnóstico de displasia de cadera
tratados con tallo de conservación cervicometafisaria tipo 2B.42
La
población de pacientes consistió en 11 mujeres y 6 hombres con una edad
promedio de 43 años (DE ± 9.97). En cinco casos, la displasia de cadera fue
bilateral; en uno caso, se realizó ATC bilateral en un tiempo y, en cuatro de
estas caderas, se realizó un tratamiento quirúrgico secuencial en diferentes
etapas debido a las posibles complicaciones de cirugías bilaterales complejas
en un tiempo que requieren reconstrucciones sustanciales. El IMC promedio fue
de 27 kg/m2 (DE ± 4,50). Cuatro casos presentaron antecedente de
osteotomía pélvica durante la infancia (2 osteotomías de Salter y 2 de Chiari),
mientras que cuatro casos habían sido sometidos a una osteotomía desrotadora y
una osteotomía varizante de cuello femoral. El seguimiento medio fue de 41.22
meses (rango 24-61).
La
evaluación imagenológica se realizó mediante una radiografía anteroposterior de
la pelvis, una vista axial lateral de Dunn modificada (cadera en 45° de
flexión, pie en rotación neutra) y una vista de falso perfil. El grado de
displasia de cadera se clasificó según lo descrito por Hartofilakidis,43 el ángulo centro-borde lateral de Wiberg
y la clasificación de Crowe.44,45
El grado de degeneración artrósica preoperatoria se caracterizó con la
clasificación de Tönnis.30 El
ángulo centro-borde lateral promedio fue de 5,37° (DE ± 6,97). Ocho casos se
calificaron como Crowe 1, cuatro como Crowe 2 y 10 como Crowe 3. De igual
manera, 10 caderas se clasificaron como Hartofilakidis A, 10 como B y dos como
C. La discrepancia de longitud de miembros inferiores media preoperatoria, que
se evaluó mediante la medición de la distancia entre la línea entre las
imágenes en lágrima y el centro de la cabeza femoral, fue de 17,33 mm (DE ±
10,87).20 El ángulo
cervicodiafisario anteroposterior preoperatorio general fue de 140,6° (DE ±
6,32), mientras que la diferencia de compensación preoperatoria media entre el
lado contralateral y el lado afectado fue de 5,3 mm (DE ± 8,44).21
Se
registraron las complicaciones intraoperatorias y posoperatorias relacionadas
con el procedimiento quirúrgico. El aflojamiento de los componentes acetabular
y femoral se evaluó según los métodos descritos por De Lee y Charnley,46 y por
Gruen y cols.,47 respectivamente,
comparando la radiografía posoperatoria inmediata con la obtenida en el último
seguimiento. La evaluación radiográfica de la fijación del vástago se evaluó de
acuerdo con Engh y cols.36 Se
consideró falla terapéutica a cualquier reoperación realizada para corregir las
secuelas indeseables de la cirugía previa, con o sin la adición o extracción, o
recambio de componentes.
Resultados
Todos los
pacientes mostraron una mejoría estadísticamente significativa cuando se
compararon los valores preoperatorios y posoperatorios del HHSm (54,19 vs.
94,57; p = 0,0001) y de escala analógica visual de dolor (8,71 vs. 0,71; p =
0,0003). No se encontraron casos de dolor de muslo, inestabilidad o infección.
Se diagnosticó un caso de aflojamiento del cotilo y un caso de fractura
periprotésica de fémur a los 8 meses y 45 días, respectivamente. La
supervivencia global fue del 84,7% a los 5 años (IC95% 64,4-105,3) considerando
revisión por cualquier motivo como falla terapéutica. Cuando se evaluó el
rendimiento del vástago considerando como falla a la reoperación por
aflojamiento del tallo solamente, la tasa de supervivencia fue del 100% a los 5
años (Figura 8).A
B C
8. SITUACIONES COMPLEJAS RESULTADOS A
MEDIANO PLAZO EN DEFORMIDADES PROXIMALES DEL FÉMUR
Las
deformidades femorales proximales son generalmente una consecuencia de
enfermedades del desarrollo de la cadera durante la infancia, fracasos de
osteotomías previas o secuelas de fracturas (Figura
9).
Las
anomalías anatómicas del fémur proximal pueden ser un desafío para lograr una
reconstrucción biomecánica adecuada. Dificultades técnicas, tiempo quirúrgico y
abordaje prolongado, altas tasas de complicaciones, necesidad de más de una
cirugía y malos resultados funcionales se han relacionado con este
procedimiento quirúrgico.
Material y métodos
Se
analizaron prospectivamente 31 pacientes (35 caderas) con deformidades
femorales proximales tratados con ATC primaria no cementada utilizando un
vástago corto con fijación cervicometafisaria (MiniHipTM). Hubo 19 pacientes
masculinos (23 caderas) y 12 femeninos (12 caderas), con un IMC medio de 26,7 ±
4,1 kg/m2. Doce casos (38,7%) tenían un antecedente de procedimiento
quirúrgico, y seis de ellos fueron osteotomías infantiles fallidas. La edad
media de la serie fue de 44 ± 12 años, el seguimiento medio fue de 81 ± 27
meses y no hubo pérdidas de seguimiento de ningún paciente. Las deformidades
femorales proximales se categorizaron de acuerdo con una clasificación de Berry
modificada.48 El ángulo cervicodiafisario
femoral preoperatorio varió entre 90° y 157°. La discrepancia preoperatoria
promedio en la longitud de los miembros inferiores fue de -16,3 mm (rango de
-50 a 2). En comparación con la cadera contralateral, la lateralización femoral
preoperatoria fue de -7,6 mm en promedio (rango de -28 a 8).
Los
resultados clínicos y el dolor se evaluaron utilizando el HHSm49,50 y la escala
analógica visual, respectivamente. Se analizaron las radiografías
posoperatorias para determinar la presencia de osteólisis, radiolucencias,
hundimiento y aflojamiento de los vástagos según el método de Engh.36 También se registraron las complicaciones
posoperatorias y la tasa de supervivencia.
Resultados
A un
seguimiento medio de 81 meses, la tasa de supervivencia fue del 97,1% tomando
como falla terapéutica a la revisión del vástago por cualquier causa y el 100%
tomando al aflojamiento aséptico del componente femoral exclusivamente. No se
requirió una osteotomía femoral adicional en ningún caso. El tiempo quirúrgico
promedio fue de 66 minutos (rango 45-100). Hubo una mejora significativa en el
HHSm al comparar los valores preoperatorios y posoperatorios (47,3 ± 10,6 vs. 92,3
± 3,7, p = 0,0001).
En cuanto
a la evaluación del dolor, el valor medio preoperatorio fue de 8,6 ± 1 y el
valor medio posoperatorio fue de 1,1 ± 1,1 (p = 0,0001). La discrepancia de
longitud posoperatoria fue, en promedio, de 1 mm (rango de -9 a 18) (p =
0,0001). La lateralización femoral posoperatoria difirió, en promedio, 29 mm
(rango de -16 a 20) en comparación con el lado contralateral (p = 0,0001). No
se registraron casos de FFPI. No hubo evidencia de osteólisis alrededor de los
vástagos femorales. Se observó una radiolucidez del vástago femoral <2 mm de
ancho, uniforme, en la zona de Gruen 1, sin relevancia clínica.
Cuatro
pacientes presentaron un hundimiento femoral inicial (<3 mm), sin
mayor progresión y sin síntomas hasta el último control. De acuerdo con los
criterios de Engh,36
todos los vástagos se clasificaron como estables sin signos de aflojamiento al
final del seguimiento. Las complicaciones posoperatorias incluyeron un
tromboembolismo pulmonar, un dolor ciático neurogénico sin paresia (tipo
síndrome de dolor regional complejo), una parálisis transitoria del nervio
ciático que se recuperó por completo después de seis meses y dos infecciones
articulares periprotésicas agudas que se trataron con éxito con desbridamiento,
antibióticos y retención del implante. Un paciente sufrió una fractura femoral
periprotésica Vancouver B2, 45 días después de la cirugía y fue revisado con un
vástago estriado no cementado modular de fijación distal.
DISCUSIÓN
En este
estudio de objetivos múltiples, hemos observado que los vástagos cortos de
fijación cervicometafisaria logran preservar radiográficamente hasta un 42% el
capital óseo femoral, reconstruyen, de manera adecuada, la biomecánica de la
cadera con respecto a la contralateral, permiten retornar al deporte de igual
forma que un reemplazo de superficie (y, muchas veces, en forma más precoz),
con un 97% de supervivencia a mediano plazo, con una tasa de falla no inferior
a la de un vástago de preservación cervical parcial e incluso no menor que uno
convencional consagrado con 25 años en el mercado, de gran utilidad en la
displasia del desarrollo de la cadera y en casos de deformidad del fémur
proximal.
A pesar
del avance en el diseño de las prótesis y en la técnica quirúrgica, la
reconstrucción anatómica de la cadera continúa siendo un desafío considerable.
Cuando no se logra una reconstrucción anatómica de la cadera, los resultados
suelen ser insatisfactorios.50
Las discrepancias en la longitud y de la lateralización femoral son
responsables de generar alteraciones en articulaciones contiguas, como la
rodilla o la columna lumbosacra, y representan una de las causas de mayor
litigio medicolegal en los Estados Unidos.34,50-52
Independientemente del sistema protésico utilizado, todos los vástagos tienen
la capacidad de restaurar radiográficamente la biomecánica de la cadera.29 Sin embargo, el vástago corto impresiona
ser superior a otros sistemas para restaurar la longitud de los miembros
inferiores.
Se ha
demostrado29 que el promedio de
discrepancia de miembros es de solamente 1,76 mm (rango de -4,7 a +7 mm), mientras
que la diferencia de lateralización femoral promedio es de 4,56 mm (rango de -4
a +7) con los vástagos cortos, lo cual es aceptable si se compara con los de
otras series en las cuales el control de estos parámetros ha sido menos
predecible.53 A diferencia de la
artroplastia de superficie, consideramos que la curva de aprendizaje para el
vástago corto puede ser superada con rapidez, dándole la oportunidad al
paciente de preservar el capital óseo femoral, especialmente en personas
jóvenes y activas, con menor posibilidad de complicación intraoperatoria como
se ha descrito para el reemplazo de superficie.
El
cirujano de cadera actual se encuentra cada vez con más frecuencia ante un
paciente activo con demandas funcionales altas que debe satisfacer mediante una
correcta elección del implante y un seguimiento periódico alertando sobre los
potenciales riesgos relacionados directamente con la intensidad de la actividad
física. Existe consenso en la bibliografía sobre los beneficios de la actividad
física tanto en pacientes operados como en los no operados. Las recomendaciones
actuales hablan de una mayor tasa de complicaciones en aquellos pacientes que
participan, luego de la cirugía, en deportes de alta demanda para la
articulación, como el tenis individual, fútbol, squash, básquet, correr, karate o vóley.54 Los notables resultados a largo plazo
obtenidos con vástagos recubiertos con
hidroxiapatita con un 95% de fijación a 25 años de seguimiento y la tasa nula
de desgaste con el par de fricción cerámica-cerámica, alientan al uso de un
implante con estas condiciones de recubrimiento y superficie que preserve el
capital óseo periprotésico.26 Las
complicaciones con respecto al nivel de iones en sangre y la ALVAL (acute lymphocytic vasculitis and associated
lesions) han limitado, en la actualidad, el uso de prótesis metal-metal
(esto es, prótesis de superficie) a
pacientes seleccionados de sexo masculino.
Existe
evidencia contundente que demuestra que los vástagos femorales de longitud
convencional presentan excelentes resultados a corto, mediano y largo plazo.1,55,56 Con el creciente interés en los
vástagos femorales cortos no cementados, se realizó un análisis comparativo
entre un vástago convencional consagrado en el tiempo y un vástago corto tipo
2B que preserva parcialmente el cuello femoral.38
En este estudio, si bien este último mostró una excelente supervivencia y
resultados funcionales similares, preservó el doble de longitud de cuello
femoral y tuvo una invasión diafisaria tres veces menor que el vástago de longitud
convencional. La radiolucidez femoral metafisaria sintomática se evidenció en
el 13,7% de los pacientes del grupo de vástago convencional (20 vs. 0, p =
0,001); sin embargo, no se evidenciaron diferencias significativas en cuanto a
la tasa global de FFPI, infección o inestabilidad. Por otra parte, la tasa de
aflojamiento aséptico fue más frecuente en el grupo de vástago convencional que
en el grupo de vástago corto [5 (3,4%) vs. 0, p = 0,06)]. Analizando el posible
sesgo de selección de pacientes entre las ATC de vástago corto y convencional,
Steinbrück y cols.57 armonizaron
los factores de confusión relacionados con la demografía del paciente (como la
edad, el sexo), el volumen de cirugías y la superficie de fricción articular
mediante el pareamiento por puntaje de propensión, incluyendo solamente datos
de hospitales con volumen anual conocido de casos de ATC primarios. Usando el
método de supervivencia de Kaplan-Meier para estimar la probabilidad acumulada
de revisión, los autores mostraron que, cuando se usaron los datos brutos, el
grupo de vástago corto tuvo una probabilidad acumulada de revisión más baja que
el grupo de vástago convencional hasta cuatro años después de la cirugía (p =
0,0001). Los autores concluyeron en que la ATC de vástago corto no presentaba
ninguna desventaja perceptible en comparación con el vástago convencional en
términos de revisión quirúrgica en el corto y mediano plazo.
La
asociación entre una ATC con vástago corto y una mayor incidencia de fractura
periprotésica es disímil en la bibliografía. Li y cols.58
reportaron una tasa de FPPI del 7% utilizando la prótesis CFPTM, que fueron
tratadas de manera conservadora, en todos los casos, sin necesidad de revisión
a un seguimiento medio de 4.7 años. Creemos que los errores técnicos, como un
nivel incorrecto de osteotomía cervical (demasiado cercana al trocánter menor)
y un punto de entrada inadecuado durante la preparación del canal femoral, son
cruciales en los vástagos cortos y con forma curva, para evitar un crack del calcar o una fractura con
extensión diafisaria. Asimismo, vástagos con gran curvatura (tipo “banana”),
como el diseño CFPTM, pueden incrementar el riesgo de fractura intraoperatoria.
Una osteotomía cervical muy baja puede conducir a la colocación del vástago en una
alineación en valgo extremo que, posteriormente, podría fracturar el fémur a
nivel diafisario al contactar contra la cortical externa.40 No obstante, este hallazgo aún debe
revisarse, ya que la bibliografía disponible no logra determinar si la
alineación óptima de los vástagos cortos debe contemplar diversas morfologías
femorales para prevenir FFPI.59
Es recomendable, sin embargo, insertar cualquier vástago corto en varo
sutilmente para lograr que el tip del
implante tenga contacto con la cortical lateral para lograr un tercer punto de
apoyo.60
La ATC
con una prótesis de vástago corto ya ha demostrado excelentes resultados
clínicos y radiológicos a mediano y largo plazo61,62
resultados variables de supervivencia entre el 92,2% y el 100%.63-66 Sin embargo, no todos los diseños son
similares en tamaño y forma;13
por lo tanto, distintas distribuciones de carga hacia el fémur proximal pueden
desencadenar diferentes patrones de remodelación ósea, generando diferentes
resultados clínicos y radiológicos.13,33
Cuando se diagnostica dolor de muslo posoperatorio, entender sus etiologías
potenciales es fundamental para seleccionar la modalidad de tratamiento
adecuada. Originalmente, se intentó disminuir la rigidez estructural con
diseños modernos de vástagos no cementados;67
sin embargo, la transferencia de tensión excesiva derivada de un desajuste en
la rigidez a la flexión ha sido una preocupación en términos de alteraciones
mecánicas en el módulo de elasticidad del fémur proximal, y la generación de
dolor es una consecuencia potencial.67,68
Con el advenimiento de los vástagos cortos, muchas investigaciones han centrado
su atención en el dolor de muslo y han aparecido muchas teorías más recientes
para explicar su génesis.13,33 En
algunas situaciones, las radiografías posoperatorias pueden mostrar hipertrofia
cortical como consecuencia de la remodelación ósea que casi siempre es un
evento asintomático. Maier y cols. han analizado los
resultados clínicos y radiológicos de sus primeras 100 ATC consecutivas con el
vástago Fitmore® (Zimmer, Warsaw, IN, EE.UU.).69
Tras un seguimiento medio de 3.3 años (rango 2-4.4), la supervivencia fue del
100% tomando la revisión por cualquier motivo como falla, sin reportar
aflojamiento del componente femoral. Sin embargo, se observó una hipertrofia
cortical en 50 caderas, predominantemente en las zonas 3 y 5 de Gruen.47,69 De ellos, dos
pacientes refirieron dolor moderado en el muslo que se agudizó durante el
ejercicio físico. Dicho esto, en la Argentina, se ha reportado un caso de
fractura por estrés inusual en un hombre de 43 años de edad, golfista
profesional, en la punta distal lateral de un vástago corto no cementado con
fijación metafisaria70 (Figura 10).
Después
de descartar infección y aflojamiento, los autores sugieren a los cirujanos
reconstructivos ser conscientes de la existencia de fracturas periprotésicas
por estrés como fuente de dolor en el muslo (a veces insospechada) y, a pesar
de ser poco frecuentes, siempre deben contemplarse, debido a que estos casos
pueden ser manejados de forma conservadora con reposo y descarga parcial. Se
sugiere, como ya se mencionó, alinear el vástago sutilmente en varo para
distribuir las cargas de igual forma en el calcar medial y la cortical femoral
lateral.42,71
Históricamente,
se han empleado muchos sistemas protésicos para el tratamiento de la
coxartrosis displásica. Sin embargo, el patrón de referencia para su
tratamiento sigue siendo un tema de debate, ya que las alteraciones anatómicas
del fémur proximal (coxa valga extrema, coxa vara por osteotomía previa,
osteosíntesis previa, anteversión femoral aumentada, discrepancia de longitud
de miembros inferiores marcada, etc.) hacen que la selección de los implantes
sea compleja.72 La discordancia
anatómica femoral proximal-distal que se encuentra en las caderas displásicas
suele plantear un desafío cuando se decide el vástago para reconstruir el fémur
(Figura 11).
Los
componentes femorales no cementados de longitud convencional se basan en un
contacto proximal adecuado entre el hueso y el
huésped, lo que requiere un ajuste y un relleno excelentes con resistencia al
torque de rotación para restablecer la biomecánica de la cadera. No obstante,
el potencial stress shielding
permanece latente y podría causar una deficiencia masiva de capital óseo
femoral, lo que hace que la cirugía de revisión sea un nuevo desafío en el
futuro.73,74
En este sentido, se han diseñado componentes femorales modulares alternativos
con recubrimiento proximal y fijación metafisaria, como el S-ROM (DePuy).
Aunque este implante permite una adecuada reconstrucción al combinar la
anatomía proximal distal, tiene el problema de la modularidad. Dado que la
mayoría de los pacientes con artrosis displásica son muy jóvenes, es probable
que sea necesaria una cirugía de revisión a largo plazo y lo ideal es que no
existan interfaces metálicas que puedan generar debris y desgaste extra al
desgaste del polietileno. En este escenario, ahorrar capital óseo utilizando
vástagos cortos que preservan el cuello femoral permitiría una reconstrucción
final más fácil.75 Los vástagos
cortos han demostrado su utilidad para reconstruir la biomecánica de la cadera
en casos de displasia con una baja prevalencia de alteraciones óseas y una baja
tasa de cirugía de revisión.76
Las
deformidades del fémur proximal pueden ocurrir en cualquier nivel. Asimismo,
aumentan la dificultad técnica y presentan un elevado riesgo de complicaciones
intraoperatorias, como fracturas o perforación cortical, sobre todo cuando
existen elementos de osteosíntesis previos de larga data (Figura 12).
El
tratamiento del paciente con una deformidad femoral proximal requiere criterio.
Los esfuerzos para restituir la anatomía son imperativos, ya que las
deformidades residuales no corregidas pueden tener consecuencias biomecánicas
adversas. Hemos observado a lo largo de nuestra experiencia con vástagos cortos
que dichos implantes evidencian ventajas en los casos con deformidades del
fémur proximal, pueden evitar osteotomías femorales concomitantes o bien por
tener la capacidad de insertarse evitando la extracción de implantes previos en
forma total o parcial.45,77,78
Adicionalmente, pueden compensar deformidades extrarticulares a nivel
diafisario (más distales).
CONCLUSIONES
1.
La
preservación ósea asociada con el uso de vástagos cortos podría traer
beneficios a largo plazo en pacientes jóvenes con alta demanda funcional.
2.
De manera
similar a los vástagos de longitud convencional y prótesis de superficie, el
uso de un vástago corto restaura la biomecánica de la cadera de manera eficaz.
3.
Un
vástago corto tipo 2B ha logrado obtener resultados excelentes de supervivencia
a los 2-5 años de seguimiento, con un 1% de falla.
4.
Al igual
que una prótesis de superficie, los vástagos cortos permiten un retorno
temprano a la actividad física pretendida por los pacientes jóvenes con
artrosis avanzada de cadera.
5.
Un
vástago corto con preservación parcial del cuello femoral mostró excelentes
tasas de supervivencia y resultados funcionales similares a un vástago
convencional consagrado en el seguimiento a medio plazo; sin embargo, evidenció
una menor tasa de complicaciones.
6.
La ATC
con un vástago corto tipo 2B para el tratamiento de la artrosis displásica
plantearía muy pocos problemas técnicos intraoperatorios, resulta una
alternativa útil para la reconstrucción femoral.
7.
En
escenarios complejos con deformidades del fémur proximal, la utilización de
vástagos cortos evidencia ventajas, evitando la necesidad de osteotomías
correctivas preoperatorias e intraoperatorias.
Luego de
haber hecho un análisis de la experiencia institucional con vástagos cortos a
lo largo de 10 años, los autores de este ensayo creen que la indicación de este
tipo de implante femoral está justificada en pacientes jóvenes y activos, no
con la intención de superar los resultados probados con implantes convencionales
confiables, sino para reproducirlos con un menor consumo de capital óseo
femoral.
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Conflicto de intereses: Los
autores no declaran conflictos de intereses.
ORCID de P. A. Slullitel: https://orcid.org/0000-0002-8957-075X
ORCID de F. Comba: https://orcid.org/0000-0002-2848-2983
ORCID de F.
Díaz-Dilernia: https://orcid.org/0000-0002-7830-2207
ORCID de M. Buttaro: https://orcid.org/0000-0003-3329-778X
ORCID de G. Zanotti: https://orcid.org/0000-0001-8090-4832
Dr.
Carlos M. Lucero • cm.lucero@hotmail.com • https://orcid.org/0000-0003-1325-7027
Cómo
citar este artículo: Lucero CM, Slullitel PA,
Díaz-Dilernia F, Zanotti G, Comba F, Buttaro M. Vástagos femorales cortos para
el reemplazo total de cadera primario en pacientes jóvenes. Resultados clínicos
y biomecánicos. Rev Asoc Argent Ortop
Traumatol 2023;88(2):224-251. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.2.1725
Información
del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.2.1725
Fecha de
publicación: Abril, 2023
Copyright: © 2023,
Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Licencia: Este artículo está bajo una Licencia Creative
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Derivadas Igual 4.0 Internacional. (CC-BY-NC-SA 4.0)