INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Asistencia artroscópica y fijación
interna percutánea en fracturas de Maisonneuve. Evaluación por imágenes de los
resultados
Horacio Herrera,
Martín Rofrano, Guillermo Azulay, Santiago Andrés, José M. Varaona, Francisco
Pereira, Francisco Tálamo
Servicio
de Ortopedia y Traumatología, Hospital Alemán de Buenos Aires, Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
Introducción: La
fractura de Maisonneuve es una lesión caracterizada por la fractura subcapital
del peroné asociada a una lesión capsuloligamentaria de tobillo. Su tratamiento
supone la restauración de la anatomía ósea y capsuloligamentaria normal para
restablecer las fuerzas de contacto tibioastragalinas fisiológicas. Esta
calidad de reducción puede ser difícil de alcanzar, sobre todo, con técnicas
percutáneas. Objetivo: Evaluar mediante imágenes la
calidad de la reducción de fracturas de Maisonneuve reducidas en forma cerrada
(bajo visualización directa artroscópica) y fijadas por vía percutánea. Materiales y
Métodos: Se analizaron radiografías e
imágenes de tomografía computarizada preoperatorias y posoperatorias,
comparativas de los tobillos operado y sano. Resultados: Se evaluaron 13 fracturas. Los parámetros radiográficos
posoperatorios (espacio claro medial, solapamiento tibioperoneo distal, espacio
claro tibioperoneo) no registraron diferencias, excepto por el intervalo
tibioperoneo anterior que aumentó en un caso. La medición tomográfica
posoperatoria del solapamiento tibioperoneo distal y el intervalo tibioperoneo
anterior reveló que todas las reducciones eran satisfactorias. Dos pacientes
tenían valores alterados en la sindesmosis tibioperonea distal con diferencia
>2 mm respecto del tobillo sano. Conclusión: Recomendamos la asistencia artroscópica para el manejo de
la fractura de Maisonneuve como herramienta de control intraoperatorio para una
fijación percutánea más segura.
Palabras clave: Fractura
de Maisonneuve; inestabilidad tibioperonea; rotura sindesmal; artroscopia de
tobillo; evaluación por imágenes.
Nivel de Evidencia: IV
Arthroscopy and Percutaneous
Internal Fixation in Maisonneuve Fractures. Imaging Evaluation
ABSTRACT
Introduction: Maisonneuve
fracture (MF) is an injury characterized by the subcapital
fracture of the fibula associated with a capsuloligamentous injury of the
ankle. Treatment involves the restoration of normal bone and capsuloligamentous
anatomy in order to reestablish physiological
tibiotalar contact forces. This quality of reduction can be difficult to
achieve, especially with percutaneous techniques. Objective: To evaluate the quality of reduction in Maisonneuve
fractures reduced in a closed manner (under direct arthroscopic visualization)
and fixed percutaneously. Materials and
Methods: We analyzed comparative preoperative and
postoperative radiographs and CT scans of the operated and healthy ankles. Results: 13 fractures were evaluated.
Radiographic parameters of postoperative procedures (medial clear space, distal
tibiofibular overlap, tibiofibular clear space) did not register differences
except for the anterior tibiofibular space, which had increased in 1 case.
Postoperative tomographic measurements of tibiofibular clear space and anterior
tibiofibular space showed 100% satisfactory reductions. Two patients presented
altered distal tibiofibular overlap values with a difference greater than 2 mm
compared to the healthy ankle. Conclusion: We recommend
arthroscopy for the management of MF as an intraoperative control tool for
safer percutaneous fixation.
Keywords: Maisonneuve
fracture; tibiofibular instability; syndesmotic injury; ankle arthroscopy;
imaging evaluation.
Level of Evidence: IV
INTRODUCCIÓN
El cirujano francés Jules Maisonneuve
describió, en 1840, una lesión caracterizada por la fractura subcapital del
peroné asociada a una lesión de la sindesmosis tibioperonea distal (STPD) y
producida por un mecanismo traumático de rotación externa.1,2 En la actualidad, el término fractura o
lesión de Maisonneuve (FM) se utiliza ambiguamente para referirse a lesiones de
tobillo que presentan una fractura de peroné en su tercio o cuarto proximal,
asociada a un compromiso capsuloligamentario de tobillo con desplazamiento
articular, producidas por fuerzas rotatorias.
La FM impone para su tratamiento la restauración de la anatomía ósea y
capsuloligamentaria normales. Así, se asegura la restitución de las fuerzas de
contacto tibioastragalinas fisiológicas, minimizando el riesgo de artrosis
postraumática.3-12 Dicha
reducción anatómica no puede lograrse fácilmente dada la complejidad de la
anatomía local y la baja sensibilidad de la fluoroscopia intraoperatoria para
detectar defectos residuales de reducción.13
Se sabe que los desplazamientos del peroné de hasta 6 mm en el plano sagital
son compatibles con parámetros (espacio claro tibioperoneo distal [ECTPD],
solapamiento tibioperoneo distal) normales en la radiografía de frente.14 En un estudio cadavérico, se demostró que
no existen parámetros radiográficos confiables para evaluar la indemnidad de la
STPD ni su correcta reducción, ya que ni aun en condiciones de laboratorio
puede asegurarse la reproducibilidad en el posicionamiento de cada tobillo por
analizar. La dificultad técnica para evaluar la calidad de la reducción durante
la cirugía se puede interpretar aún mejor si consideramos que todas las
técnicas de reducción, abiertas o cerradas, tienen tasas de malas reducciones
de entre un 24% y un 50%,3,8,11,15,16
si se las evalúa mediante tomografía computarizada (TC). Una reciente
publicación de un centro europeo de Nivel 1 en trauma establece que el 1,6% de
todas las fracturas de tobillo operadas necesitará una cirugía de revisión por
osteosíntesis fallida, y que la mala reducción de la sindesmosis es la
principal causa de dichas revisiones (59%).17
La asistencia artroscópica en las FM permite, a nuestro criterio,
resolver las dificultades técnicas del cuadro. Primero, posibilita una
reducción cerrada de la STPD bajo visualización directa artroscópica; segundo,
permite diagnosticar y eventualmente tratar las lesiones condrales, en general,
asociadas a este tipo de lesiones.
El objetivo de este estudio fue
evaluar, mediante imágenes (correlacionando radiografías y TC), la reducción de
la STPD en FM reducidas en forma cerrada (bajo visualización directa
artroscópica y fijadas en forma percutánea).
MATERIALES Y MÉTODOS
Los criterios de inclusión fueron: pacientes con fractura de tobillo
tipo Maisonneuve (fractura del tercio proximal del peroné asociada a lesión
ligamentaria en la STPD y lesión ligamentaria medial o avulsión ósea del
maléolo tibial), aguda y subaguda (menos de 6 semanas de evolución), tratada
mediante reducción bajo visualización directa artroscópica y fijación interna
percutánea.
Los criterios de exclusión fueron: pacientes con ángulo astragalocrural
alterado observado en las radiografías iniciales y que condicionó la reducción
abierta y la fijación interna del peroné, con enfermedad degenerativa de
tobillo previa, antecedentes de fractura de retropié en el tobillo tratado o el
contralateral, quienes se negaron a que se les tomara una TC posoperatoria de
control, politraumatizados y con fractura expuesta.
Técnica quirúrgica
Se ubica al paciente en posición supina, bajo bloqueo locorregional y
sedación. Se colocan un manguito hemostático en la región inguinocrural
insuflado a 270 mmHg y un realce glúteo homolateral al miembro lesionado. Se
practican portales artroscópicos anteriores convencionales y se realiza un
examen sistemático de la articulación evaluando lesiones ligamentarias,
condrales y si hay cuerpos libres intrarticulares. Para ello se utiliza un
artroscopio STORZ de 4 mm y 30°. Luego de documentar las lesiones asociadas, se
procede al desbridamiento artroscópico de la STPD y la axila medial. Se extraen
los cuerpos libres, si corresponde y se rasura la sinovitis facilitando así la
correcta visualización de la STPD. A continuación, se pasa a la reducción del
peroné dentro de la incisura tibial bajo visualización directa artroscópica.
Consideramos que una reducción es adecuada cuando se logra visualizar
dinámicamente, mediante maniobras de rotación interna e inversión del retropié,
el cierre completo de la luz articular tibioperonea distal. En segundo término,
se controla la reducción de la axila medial, se evalúa la calidad de la
reducción en las fracturas maleolares y el cierre completo de la luz articular
en las lesiones ligamentarias puras. Luego se procede a la fijación transitoria
de la STPD con una pinza de puntas agudas para luego efectuar un segundo
control artroscópico evaluando el mantenimiento de la reducción en la STPD
(continuidad del cartílago articular del labio anterior de la tibia con su
correspondiente en la cara anterior del peroné) que podría haberse perdido al
cerrar la pinza (Figuras 1 y 2).
Por último, se procede a la fijación percutánea con tornillos canulados
de posición (corticales, rosca completa, 4 mm, proximales a la incisura, en
número de 1). Mediante fluoroscopia se evalúa la calidad de la reducción y la
osteosíntesis.
Se inmoviliza con valva de yeso posterior hasta la curación (48-72 h)
para luego pasar a una bota walker (en descarga) por cuatro semanas. Al
comenzar la segunda semana, se instruye al paciente a retirarse la bota para
realizar ejercicios de flexoextensión de tobillo. A partir de la cuarta semana,
se retira la bota walker y comienza la carga parcial (30%) hasta el retiro de
los implantes en la duodécima semana.
Evaluación radiográfica
Se tomaron radiografías preoperatoria (sin
carga) y posoperatorias alejadas, comparativas, del tobillo operado y el
contralateral sano (con carga) durante el control para este estudio. En las
radiografías de frente, se evaluó el espacio claro medial (ECM) (la distancia
desde el borde lateral del maléolo medial hasta el borde medial del astrágalo,
medida a nivel del domo astragalino), el ECTPD (la distancia entre el borde
lateral del tubérculo tibial posterior y el borde medial del peroné, medida 1
cm hacia proximal del plafón tibial), el solapamiento tibioperoneo
(superposición del peroné con el tubérculo anterior de la tibia, medido 1 cm
hacia proximal del plafón). Se consideró que la reducción era satisfactoria si
la diferencia entre el tobillo operado y el tobillo sano no superaba en más o
menos los 2 mm para cualquiera de los parámetros antes mencionados.
Se consideró que había una lesión medial si, en las radiografías
iniciales, se observaba un ECM >4 mm o una fractura del maléolo tibial. Se
evaluó, además, el ángulo astragalocrural como medida de acortamiento del
peroné, el cual se consideró anormal si difería en más de 2º respecto del
tobillo no operado.
En las radiografías laterales, se
evaluó el intervalo tibioperoneo anterior (ITPA) (distancia entre el borde
anterior de la tibia y el borde anterior del peroné). Se tomó como valor normal
de referencia el tobillo contralateral sano. Se consideró que la reducción era
satisfactoria si la diferencia entre el tobillo operado y el sano no superaba
los 2 mm para el parámetro antes mencionado.
Se analizaron las radiografías de pierna completa originales y se
analizaron las características de la fractura de peroné proximal: si afecta la
cabeza del peroné, fractura subcapital alta, fractura subcapital baja y
fractura subcapital conminuta.
Evaluación tomográfica
Se evaluaron las imágenes de la
TC preoperatoria del lado lesionado y de las TC comparativas posoperatorias de
ambos tobillos tomadas en el control para este estudio. Se utilizaron cortes
estandarizados paralelos al plafón tibial en posición neutra. El eje vertical
de la tibia y el horizontal del plafón tibial se usaron para confirmar dicho
paralelismo, y la posición neutra se definió como el eje bimaleolar, línea
tangencial al proceso anterior del maléolo medial y lateral. Se evaluó el corte
axial realizado a 10 mm proximal al plafón tibial en todos los casos. Las
relaciones tibioperoneas axiales y las mediciones fueron análogas a las
evaluadas en las radiografías simples. Se evaluó la articulación tibioperonea
distal mediante siete mediciones (Figura 3):
A) la distancia entre el punto más anterior de la incisura, y el punto más
cercano y anterior del peroné; B) la distancia entre la tibia y el peroné en el
medio de la incisura; C) la distancia entre el punto más posterior de la
incisura, y el punto más cercano y posterior del peroné; D) el ECTPD definido
como la distancia entre el borde medial del peroné y la punta del borde lateral
del tubérculo posterolateral de la tibia; E) la STPD definida como la máxima
superposición entre la tibia anterolateral y el peroné medial medida en mm; F) el
ITPA, definido como la distancia entre el borde anterior de la tibia y el borde
anterior del peroné; G) el ángulo de rotación: ángulo entre una línea que una
el punto anterior y posterior de la incisura y otra línea que una el tubérculo
anterior y posterior del peroné. Se tomaron como valor normal de referencia las
mediciones efectuadas en el tobillo contralateral sano. Se consideró que la
reducción era satisfactoria si la diferencia entre el tobillo operado y el
tobillo sano no superaba en más (STPD abierta) o en menos (STPD cerrada) los 2
mm.
Todas las mediciones
radiográficas y tomográficas estuvieron a cargo de dos médicos senior del Departamento de Imágenes y se
realizaron en forma independiente. Para eso se les solicitó que evaluaran las
TC y las radiografías de ambos tobillos y cargaran los resultados a ciego, en
una planilla.
RESULTADOS
Entre mayo de 2013 y enero de 2019, se trataron 16 fracturas en 16
pacientes, 13 cumplieron los criterios de inclusión. El seguimiento
posoperatorio promedio fue de 31 meses (rango 14-84). La muestra incluyó 12
hombres y una mujer, con una edad media de 39.1 años (rango 18-69). El lado
afectado era el derecho en siete pacientes, y el izquierdo en seis. Todos
refirieron un traumatismo en rotación externa con el pie fijo al suelo, nueve
sufrieron la fractura durante prácticas deportivas. Se registraron 12 lesiones
mediales, 10 de ellas ligamentarias (76,9%), dos fracturas del maléolo tibial
(15,38%), un paciente (7,69%) no tenía lesión medial. Ocho (61,5%) tenían
compromiso del maléolo posterior, no se fijó en ningún caso. La fractura de
peroné proximal fue subcapital alta en cinco casos (38,4%), subcapital baja en
cinco (38,4%), subcapital conminuta en dos (15,3%) y capital en uno (7,6%).
Para la fijación interna se utilizaron dos tornillos cuatricorticales de 4 mm
de diámetro de rosca total en 10 casos (76,9%) y un tornillo cuatricortical de
4 mm de diámetro de rosca total en tres casos (23,1%). Se registró la rotura de
un tornillo en dos pacientes. En un caso, se trató de un tornillo único y, en
el restante, de uno de dos tornillos (Tabla 1).
Resultados radiográficos
No se registraron diferencias en
el ECM, el ECTPD ni en la STPD con respecto al lado sano. El ITPA aumentó en un
caso y el ángulo astragalocrural se redujo en un
paciente (Tabla 1).
Resultados tomográficos
La evaluación tomográfica preoperatoria mostró desviaciones de hasta 4
mm en el ITPA, de 3 mm en el ECTPD y la STPD, de 4,7º
en el ángulo de rotación y de 4 mm en las mediciones de A y B. No se
registraron valores anormales en la medición de C. La medición tomográfica
posoperatoria del ECTPD y el ITPA reveló que todas las reducciones eran
satisfactorias. Dos pacientes tenían valores de STPD con una diferencia >2
mm respecto del tobillo contralateral sano, la diferencia máxima fue de 3 mm.
Tres pacientes (23,1%) con un valor de A preoperatorio anormal continuaron con
mediciones alteradas. Uno con una diferencia en B de 2 mm en la TC
preoperatoria tuvo un valor posoperatorio de B de 3 mm. Respecto a la medición
angular comparativa, el ángulo había aumentado en tres pacientes, en los
controles posoperatorios (Tabla 2).
DISCUSIÓN
Ambiguamente utilizamos el término FM para referirnos a fracturas del
tercio o cuarto proximal del peroné asociadas al compromiso capsuloligamentario
de tobillo, producidas por un trauma en rotación externa. La concepción clásica
de esta lesión es que la posición del retropié en pronación afectaría, de
inicio, las estructuras mediales (fractura por avulsión del maléolo tibial o
compromiso de los haces superficiales y profundos del ligamento deltoideo); y
que la fuerza actuante en rotación externa produciría la lesión ligamentaria en
la STPD y la lesión de la membrana interósea que debería extenderse hasta el
trazo fracturario.2 Sin embargo,
las publicaciones que han intentado corroborar esta fisiopatología son poco
concluyentes.3,18-20 Uno de los
puntos controversiales es el nivel de afectación de la membrana interósea.
Varios estudios han analizado esta estructura usando resonancia magnética.
Nielson y cols.13 demostraron que
la altura de la fractura de peroné no se correlaciona necesariamente con el
nivel del desgarro de la membrana interósea. Manyi y cols.14 estudiaron a 12 pacientes, y constataron una
lesión de la membrana en todos, pero, en ningún caso, más proximal que 112 mm
desde la interlínea articular. Morris y cols., por su parte, solo encontraron
la lesión en cuatro de los cinco pacientes evaluados por resonancia magnética.19
Bartoníček y cols. publicaron la serie más
amplia de esta particular afección y redescribieron esta fractura sobre la base
del análisis de las imágenes y de los hallazgos intraoperatorios en 54
pacientes. Encontraron que solo las lesiones del ligamento tibioperoneo distal
anterior y el ligamento interóseo eran constantes, que la membrana interósea
casi siempre estaba afectada, pero solo en su tercio distal y excepcionalmente
la lesión llegaba a nivel del trazo de fractura, y que hasta el 80% de los
pacientes tenía una fractura del maléolo posterior. Con respecto a la lesión
medial específica, registraron un 50% de lesiones ligamentarias, un 37% de
fracturas del maléolo tibial y, en el 13,6% (7 casos), no detectaron lesiones
mediales. En nuestra serie, la lesión medial más frecuente fue ligamentaria y
representó el 76,9% de los casos, hubo un 15,3% de fracturas maleolares y una
lesión medial en un caso. La ausencia de lesión medial registrada en ambas
series no puede explicar la pronación y rotación externa como mecanismo de la
lesión. Según Bartoníček y cols.,15
las FM podrían producirse tanto por un mecanismo de pronación y rotación
externa como por uno en supinación y rotación externa. En el primer caso, la
lesión medial es una constante y representa el punto inicial de la lesión según
la clásica interpretación de Lauge-Hansen para estas lesiones. Para los casos
sin lesión medial, Bartoníček y cols. consideraron que podrían ser consecuencia
de un trauma en supinación y rotación externa que no hubiese llegado al estadio
final de la lesión medial, pero sí hubiese afectado la STPD anterior y
posterior.
En lo referente a la distribución por sexo, nuestra muestra incluyó 12
hombres y una mujer. Sproule y cols. también informaron esta mayor incidencia
en el sexo masculino (12 hombres, 2 mujeres).20
No obstante, este hallazgo resulta significativo dado que el resto de las
series publicadas registran una distribución por sexo similar.7,18,20
Las FM imponen para su tratamiento la restauración de la anatomía ósea y
capsuloligamentaria normal, asegurando la restitución de las fuerzas de
contacto tibioastragalinas fisiológicas, minimizando el riesgo de artrosis
postraumática.3-9 La evaluación
intraoperatoria para verificar la precisión de la reducción es desafiante. En
un estudio cadavérico, se demostró que no existen parámetros radiográficos
confiables para evaluar la indemnidad de la STPD, ya que, ni aun en condiciones
de laboratorio, puede asegurarse la reproducibilidad en el posicionamiento del
tobillo por analizar.5 Se sabe,
además, que los desplazamientos del peroné de hasta 6 mm en el plano sagital
son compatibles con parámetros normales en la radiografía de frente.13 Finalmente, la rotación del peroné dentro
de la incisura es aún más difícil de evaluar con radiografías, porque se trata
de una deformidad en dos planos y las radiografías solo pueden evaluar
desplazamientos monoplanares. La artroscopia surge, entonces, como una
herramienta por considerar para resolver la problemática. Takao y cols.
compararon la sensibilidad de la radiografía y la artroscopia para diagnosticar
lesiones sindesmales de 52 pacientes tratados. En comparación con la
artroscopia, la sensibilidad y la especificidad fueron del 44,1% y 100% para
las radiografías de frente, y del 58,3% y 100% para el frente de mortaja; por
lo tanto, concluyeron en que la evaluación artroscópica de la reducción
sindesmal debería ser un procedimiento de rutina.21
Los parámetros radiográficos sindesmales
resultaron normales en 12 de nuestros pacientes. El caso restante presentó un
ITPA aumentado. Se trataba de un paciente con una fractura de maléolo posterior
que no había sido fijada, lo cual facilitó el desplazamiento del peroné en el
plano sagital. El ángulo astragalocrural resultó alterado en un caso. Dicho
paciente tuvo un acortamiento del peroné visible en las radiografías de frente,
pero los parámetros sindesmales medidos por radiografía y TC fueron normales. En
consecuencia, consideramos que la valoración radiográfica del ángulo
astragalocrural no deberá obviarse nunca ni puede ser sustituida por la
evaluación tomográfica.
En una fractura de tobillo, el peroné puede acortarse o rotar sobre sí
mismo, o desplazarse coronal, rotatoria o sagitalmente dentro de la incisura.
Por lo tanto, la valoración exacta de la reducción sindesmal no puede
determinarse con estudios en dos dimensiones y la TC aparece como la solución
lógica. Nuevamente no existe consenso respecto a qué medir en la TC, o cómo
hacerlo. Nosotros tomamos estos siete parámetros tomográficos por considerarlos
suficientes para evaluar una mala reducción con todos sus posibles
desplazamientos. Cabe destacar, además, la considerable variación
interindividual de la morfología de la STPD22,23
y las mínimas diferencias entre los dos tobillos de un individuo.13 Por lo tanto, el tobillo contralateral no
lesionado debe ser el parámetro de normalidad cuando analizamos los resultados.24 En nuestra muestra, hubo tres casos con
malos resultados evaluados por TC, todos asociados a una fractura del maléolo
posterior. En uno, la fractura del maléolo posterior (tipo 2 de Rammelt) consolidó
ascendida y desplazada a medial, generando un desplazamiento del peroné hacia
posterior en el plano sagital, asociada a una rotación externa y una traslación
coronal con ensanchamiento de la sindesmosis (Figura
4).
El segundo paciente tenía también
una fractura del maléolo posterior tipo 2, pero sin desplazamiento. En este
caso, el maléolo posterior consolidó anatómicamente, pero el peroné quedó en
rotación externa y desplazado en el plano coronal (Figura
5).
La tercera mala reducción se asoció a una fractura del maléolo posterior
tipo 1 y el desplazamiento anormal ocurrió en el plano coronal, con un peroné
sin déficit rotatorio. Solo el primer paciente tuvo una mala evolución clínica;
en los otros dos, la reducción no satisfactoria no tuvo implicancias
funcionales.
Es llamativo que dos de las tres malas reducciones registren un peroné
rotado externamente dentro de la incisura. La visualización artroscópica
anterior de la sindesmosis debería evitar el problema. Diversas publicaciones
han advertido sobre el efecto que la profundidad y la versión de la incisura
pueden llegar a tener en la correcta reducción sindesmal.14,17,22 Cherney y cols. lograron establecer
una relación entre la profundidad de la incisura y los defectos de reducción en
rotación externa y traslación posterior del peroné.23 Los autores consideran que, al colocar una pinza de
reducción y cerrar la sindesmosis, la anatomía del paciente podría predisponer
a una mala reducción coronal o rotatoria. Si el paciente tiene una incisura
plana, la presión ejercida por la pinza producirá una traslación anterior o
posterior del peroné. A su vez, en una incisura profunda, las tuberosidades
tibiales anterior y posterior prominentes no permiten una traslación anterior
del peroné. En este caso, la fuerza ejercida por la pinza producirá un
desplazamiento posterior o rotatorio. Idealmente, la fuerza ejercida por la
pinza deberá ser perpendicular al eje de la incisura tibial, limitando así la
rotación y la traslación lateral que podría generar la pinza al cerrarse.
En nuestro estudio, la tasa de malos resultados fue del 23% (evaluados
por TC), se acerca a los valores obtenidos con reducciones abiertas y está
lejos de las altas tasas de malas reducciones (evaluadas por TC) de las
técnicas percutáneas. Miller y cols.24
compararon los resultados obtenidos en 25 pacientes tratados con una reducción
percutánea, con los de 149 tratados, de manera prospectiva, pero con un
protocolo de reducción abierta mediante un abordaje posterolateral y posterior
fijación de la sindesmosis. En el grupo de visualización directa, la tasa de
malos resultados fue del 16% comparada con el 52% del grupo con técnica
percutánea, todos evaluados por TC. En un estudio similar, Pelton y cols.25 registraron una diferencia
estadísticamente significativa cuando trataban las fracturas con una reducción
a cielo abierto. Los autores llegaron a la conclusión de que la reducción
percutánea tiene tasas de malas reducciones inaceptables, por lo que descontinuaron
su uso. Además, advierten que la necesidad de un segundo abordaje a nivel
sindesmal o prolongar el utilizado para la reducción y fijación del peroné
suman morbilidad al procedimiento.
CONCLUSIONES
La asistencia artroscópica para el tratamiento de las FM nos ha
permitido obtener razonables bajas tasas de malas reducciones, evaluadas por
TC. La baja sensibilidad de las radiografías para evaluar déficits de reducción
durante la cirugía, así como la imposibilidad de contar, en nuestro medio, con
un tomógrafo en el quirófano hacen de la artroscopia una herramienta sumamente
útil para el manejo de este cuadro. Recomendamos la asistencia artroscópica
para una fijación percutánea más segura y por tratarse de una forma menos
mórbida de obtener iguales buenos resultados.
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ORCID de M. Rofrano:
https://orcid.org/0000-0003-1947-8218
ORCID de J. M. Varaona: https://orcid.org/0000-0003-3540-4809
ORCID de G. Azulay:
https://orcid.org/0000-0002-9612-0239
ORCID de F. Pereira:
https://orcid.org/0000-0002-2850-5428
ORCID de S. Andrés:
https://orcid.org/0009-0003-8736-0411
ORCID de F. Tálamo:
https://orcid.org/0000-0001-9060-6433
Recibido el 20-1-2023. Aceptado
luego de la evaluación el 16-2-2024 • Dr.
HORACIO HERRERA • herrerahoracio@rocketmail.com
• https://orcid.org/0000-0002-0036-8468
Cómo
citar este artículo: Herrera H, Rofrano M, Azulay G, Andrés S, Varaona JM,
Pereira F, Tálamo F. Asistencia artroscópica y fijación interna percutánea en
fracturas de Maisonneuve. Evaluación por imágenes de los resultados. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol
2024;89(2):132-142. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2024.89.2.1713
Información
del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2024.89.2.1713
Fecha de
publicación: April, 2024
Conflicto
de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2024,
Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Licencia: Este artículo está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Compartir Obras Derivadas
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