INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Fracturas
basicervicales tratadas con clavo intramedular con tornillo cefálico único.
Serie de casos y revisión bibliográfica
Cristina
Llarena-Barroso,* Alejandro Morales-Ortega,**,#
Carlos López Orosa##
*Servicio de Traumatología y
Cirugía Ortopédica, Hospital Universitario Rey Juan Carlos, Madrid, España
**Servicio de Medicina Interna,
Hospital Universitario de Fuenlabrada, Madrid, España
#Departamento de Medicina y
Especialidades Médicas, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, España
##Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica, Hospital Universitario de
Fuenlabrada, Madrid, España
RESUMEN
Introducción: Debido a la inestabilidad rotatoria de
las fracturas basicervicales, en estudios recientes, se sugiere el uso de una hoja espiral, doble tornillo o tornillos de
compresión en lugar del tornillo cefálico único. Objetivo: Analizar los
resultados de las fracturas basicervicales
tratadas con tornillo cefálico único en nuestro centro.
Materiales y Métodos: Estudio
retrospectivo de una serie de casos formada a partir de la revisión de todas
las fracturas extracapsulares de fémur proximal tratadas con clavo
intra-medular con tornillo cefálico único entre 2016 y 2020. Se revisaron las
historias clínicas y las radiografías de 269 pacientes, y solo 12 (6,4%) de
ellos cumplieron los criterios de inclusión (fracturas en dos fragmentos no
patológicas y con seguimiento mínimo de 9 meses). Se evaluaron diferentes
factores, como distancia punta-ápex, posición del tornillo cefálico, calidad de
la reducción, tiempo quirúrgico, complicaciones y reintervención, y se
analizaron las posibles diferencias entre los pacientes que sufrieron
complicaciones y los que no. Resultados: Cuatro de los 12 pacientes tuvieron una falla de
la fijación que evolucionó a cut-out
(única complicación identificada en la muestra). No hubo diferencias
estadísticamente significativas entre pacientes con cut-out o sin cut-out
respecto al resto de las variables analizadas. Conclusiones: La elevada
proporción de pacientes que desarrollaron cut-out
sugiere considerar la hipótesis de que debería evitarse fijar las fracturas
basicervicales con tornillo cefálico único. Dada su alta tasa de inestabilidad rotatoria, podría ser más apropiado el
uso de implantes que la contrarresten.
Palabras clave: Fracturas basicervicales; cut-out; tornillo cefálico único; clavo
intramedular.
Nivel de Evidencia: IV
Basicervical Fractures Treated with Single-Screw Cephalomedullary Nail. Case Series and Review of the
Literature
ABSTRACT
Background: Given the
rotational instability of basicervical fractures,
recent studies suggest using a spiral blade, a second screw or compression screws
instead of single-screw cephalomedullary nail
fixation. Objective:
The aim of our study is to analyze the outcomes
of basicervical fractures treated with single-screw cephalomedullary nails. Materials and Methods: This is a retrospective study based on a case series
identified from all extracapsular femoral fractures treated with single-screw cephalomedullary nails in our hospital from 2016 to 2020.
Clinical records and radiographs from 269 patients were
reviewed; only 12 (6.4%) subjects met inclusion criteria (two-part
non-pathologic fractures with at least a 9-month follow-up). Different factors were evaluated, including: tip-apex distance, cephalic screw
position, reduction quality, surgical time, complications and re-operations;
differences between patients who experienced complications and those who did
not were also assessed. Results: Four subjects out of the 12 included patients
experienced fixation failure and implant cut-out.
There were no statistically significant differences between subjects with and
without cut-out regarding the analyzed variables. Conclusions:
The high cut-out rate observed in our sample suggests
considering the hypothesis that single-screw cephalomedullary
nail fixation should not be used in basicervical
fractures. Alternative fixation devices capable of controlling the high
rotational instability of these fractures may be preferable.
Keywords: Basicervical fracture; cut-out; single-screw; cephalomedullary nail.
Level of Evidence: IV
INTRODUCCIÓN
La
frecuencia de las fracturas de cadera se ha ido incrementando en los últimos
años debido al aumento de la edad de la población.1
Estas fracturas conllevan una alta morbimortalidad, provocan grandes
limitaciones y dificultades para recuperar la marcha, y pueden llevar a
complicaciones graves, como enfermedad tromboembólica venosa, neumonía o
úlceras por presión.2 Es por ello
que la intervención quirúrgica precoz y el inicio temprano de la marcha son
imprescindibles en la mayoría de estos pacientes.
Un
subtipo de fractura de cadera son las basicervicales, consideradas de
transición entre la zona intracapsular y extracapsular. Clásicamente se
caracterizan por ser fracturas en dos fragmentos con un trazo en la base del
cuello femoral, medial a la línea intertrocantérica, por encima del trocánter
menor (Figura 1).1,2 Son poco frecuentes, pues su prevalencia
oscila entre el 1,8% y el 7,7%.3,4
Su tratamiento es complejo, porque su situación intermedia entre las fracturas
intracapsulares y extracapsulares provoca una alta inestabilidad biomecánica
axial (su trazo, más vertical y lateral que el de las fracturas
pertrocantéricas, se ve sometido a mayores fuerzas cizallantes y varizantes) y
rotatoria (ya que el fragmento proximal carece de inserciones musculares que lo
fijen), lo que conlleva una elevada tasa de complicaciones (hasta del 54%),
entre ellas, se destaca el fenómeno de cut-out.4-6 Por este motivo, varios autores
consideran que su manejo debería diferir del de otras fracturas
extracapsulares.4-7
Aunque el
tratamiento más frecuente, como en las fracturas peritrocantéricas, sea el
enclavado endomedular con tornillo cefálico único,8
estudios recientes sugieren que, debido a su inestabilidad rotatoria, las
fracturas basicervicales se deben considerar un factor de riesgo específico
para el desplazamiento secundario o la falla de la fijación con clavos
intramedulares.4,5,9 En
consecuencia, precisan una fijación en la cabeza femoral diferente del tornillo
cefálico único, para lo cual se propone usar hoja espiral, doble tornillo o
tornillos de compresión.4,7
El
propósito de este estudio fue analizar los resultados obtenidos con el
tratamiento mediante enclavado endomedular con tornillo cefálico único en las
fracturas basicervicales, en nuestro centro. Además, se realizó una revisión
bibliográfica no sistemática para intentar alcanzar una mayor comprensión de
los motivos que pueden conducir al fracaso de la cirugía en este tipo de
fracturas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se llevó
a cabo un estudio descriptivo, observacional, retrospectivo y transversal sobre
una serie de casos formada a partir de la revisión de todos los pacientes con
fracturas extracapsulares de fémur proximal operados en nuestro centro, entre
2016 y 2020.
A partir
de la historia clínica y las radiografías (anteroposterior y lateral), se
incluyó a pacientes con una fractura basicervical, definida radiográficamente
como fractura en dos fragmentos con un trazo en la base del cuello femoral,
medial a la línea intertrocantérica, por encima del trocánter menor, pero más
lateral que la fractura transcervical (tipo AO 31B2.1). Se excluyó a aquellos
con las fracturas “basicervicales equivalentes” (AO 31A1.1, A2.1, A2.2, A2.3) a
fin de conseguir una muestra lo más homogénea posible; con enfermedades
secundarias a tumores; un seguimiento <9 meses o que no habían sido operados
con un clavo intramedular con tornillo cefálico único modelo Gamma-3 (Stryker®,
Kiel, Alemania). Dos de los autores, de forma independiente, llevaron a cabo la
revisión de los pacientes para identificar a aquellos que cumplieran los
criterios de inclusión; en caso de desacuerdo, se consultaría con un tercer
evaluador no implicado en el diseño del estudio.
Se
evaluaron diferentes factores: sociodemográficos (edad y sexo), clínicos
(lateralidad de la fractura y tiempo de ingreso), relacionados con la cirugía
(tiempo hasta la intervención, duración de la cirugía, ángulo del tornillo
cefálico y necesidad de reducción abierta) y posoperatorios (carga precoz en
las primeras 48 h desde la intervención).
En la
radiografía posoperatoria de control, se determinó la distancia punta-ápex
(DPA) según la fórmula de Baumgaertner y cols.10
La posición del tornillo cefálico se clasificó como buena, aceptable o mala,
según Garden-broek.11 La calidad
de la reducción se valoró según los criterios propuestos por Fogagnolo.12 Estas variables fueron evaluadas,
de forma conjunta, por dos de los autores.
Dentro de
las complicaciones quirúrgicas se valoró si había una falla de la fijación,
definida como colapso de la fractura y migración del tornillo cefálico en la
cabeza femoral (cut-out), ausencia de consolidación
clínico-radiográfica a los seis meses y necesidad de reintervención.
Este
estudio fue aprobado por el Comité de Ética de Investigación Clínica de nuestra
institución.
Análisis estadístico
Las
variables cuantitativas se describen como mediana (rango intercuartílico, RIC),
mientras que las cualitativas se expresan como número absoluto. Los datos se
analizaron con las pruebas de contraste de hipótesis U de Mann-Whitney, para
variables cuantitativas, y la prueba χ2 o la prueba exacta de Fisher para las
cualitativas. Se estableció un nivel de significación bilateral de 0,05. Todos
los cálculos se realizaron con el programa SPSS versión 25.
RESULTADOS
De las
269 fracturas extracapsulares de fémur tratadas en nuestro centro, 12 pacientes
(6,4%) tenían una fractura basicervical y cumplían los criterios de inclusión,
sin discrepancias entre los dos autores evaluadores. Todos eran mayores de edad
y la fractura se había producido por mecanismos de baja energía.
La
mediana de la edad era de 78 años (RIC 66,8-89,0), el 75% eran mujeres. En ocho
casos, la fractura era del lado izquierdo. El ángulo del clavo más utilizado
fue 125º (8 pacientes), la mediana de la DPA era de 15,6 mm (RIC 11,3-22,4) y
11 reducciones fueron consideradas anatómicas, no fue necesaria la reducción
abierta en ninguno de los casos (Tabla 1).
Todos los pacientes comenzaron con carga precoz durante el ingreso.
Cuando se
recolectaron los datos, 11 de los 12 pacientes estaban vivos. Uno había
fallecido a causa de una bacteriemia por Staphylococcus
aureus secundaria a una infección cutánea sin relación con el proceso de
osteosíntesis.
En ocho
casos, se consiguió la consolidación de la fractura sin movilización del
implante ni colapso de esta. En los otros cuatro casos, se produjo una falla de
la fijación que evolucionó a cut-out,
tres de ellos fueron operados nuevamente (Figura 2);
al cuarto paciente se le ofreció una nueva cirugía, pero la rechazó. La mediana
de la DPA en estos cuatro casos fue de 23,9 mm, frente a 13,8 mm en los
pacientes sin esta complicación (p = 0,09); sin embargo, como se puede apreciar
en la Tabla 1, los únicos dos pacientes de
toda la muestra con una DPA >25 mm presentaron cut-out. En tres de los casos con cut-out, la posición del tornillo cefálico, según la clasificación
de Gardenbroek, fue “aceptable” y solo uno tenía una “mala” posición; en tres
de ellos, la reducción fue “buena” según Fogagnolo (Tabla
1).
La
mediana del tiempo de cirugía fue de 66,5 min en los pacientes con cut-out y de 56,2 min en el resto (p =
0,61). Los pacientes sin cut-out
tendieron a permanecer más tiempo hospitalizados (Tabla
2), porque, en este grupo, tres solicitaron un centro de cuidados
intermedios para el alta, por lo que no pudieron ser dados de alta hasta su
concesión.
En todos
los casos, el cut-out se detectó
antes de los tres meses de la intervención; en ninguno, se identificaron
traumatismos ni caídas desencadenantes. No hubo otra complicación
intraoperatoria en los 12 casos. En ningún caso de cut-out, se había alcanzado la consolidación de la fractura antes
de detectarse la complicación. En los otros pacientes, se visualizó una
adecuada consolidación en la radiografía de control a los tres meses de
seguimiento. Solo en un paciente (caso 3) se visualizó la varización del cuello
femoral en una radiografía de control un mes después de la cirugía.
DISCUSIÓN
Las
fracturas de cadera de trazo basicervical son poco frecuentes; su definición es
compleja y no siempre unánime, lo que explica que su prevalencia sea muy
variable en los estudios (1,8%-7,6% de las fracturas de cadera).4,5,7,13,14 De
hecho, se considera que hasta dos tercios de las fracturas basicervicales son
erróneamente clasificadas por una incorrecta radiografía axial de cadera.7,13
Para
evitar confusiones y homogeneizar la muestra en nuestro estudio, solo hemos
seleccionado estrictamente aquellas fracturas en dos fragmentos de trazo simple
en la base del cuello femoral, medial a la línea intertrocantérica, por encima
del trocánter menor, tal como las definen Blair y cols.3 No se han incluido otros trazos ni
fracturas equivalentes;14
de esta manera, hemos obtenido una prevalencia del 6,4%, muy similar a la de
estudios semejantes.4,5,7
Dada su
baja frecuencia y su localización intermedia intra/extracapsular, el
tratamiento es controvertido, ya que tienen características de ambos tipos de
fracturas. Presentan una inestabilidad rotatoria al carecer de inserciones
musculares que estabilicen el fragmento proximal (característica de las
fracturas subcapitales) y también axial por tener un trazo muy vertical (típica
de las extracapsulares).2,6,7
Esta combinación de inestabilidades determina altas tasas de complicaciones
(9-54%);4,5,7 en nuestro estudio,
fue del 33%.
A lo
largo del tiempo, las fracturas basicervicales han sido tratadas de diferentes
formas: como fracturas intracapsulares o como extracapsulares. Al ser fracturas
más verticales y laterales que un trazo típico subcapital, tienen menor soporte
óseo lateral y están sometidas a mayores fuerzas varizantes. Esto provoca,
según diferentes estudios,3,6,7,15
que los tornillos canulados (tratamiento habitual en las fracturas
subcapitales) causen más complicaciones (19-50%) que otros dispositivos, como
el tornillo-placa deslizante tipo DHS (8-10%).7,13
Por lo tanto, parece mejor elección tratar estas fracturas como
extracapsulares, utilizando clavos endomedulares, ya que se logran mejores
resultados que con el tornillo-placa deslizante para las fracturas inestables,
como son las basicervicales.2
En
nuestra serie, la tasa de complicaciones (cut-out)
fue del 33%, en concordancia con estudios cuyo manejo quirúrgico fue semejante.4,5 Además, es preciso tener en cuenta que,
a diferencia de otros autores (Hu y cols.8),
hemos seleccionado solo aquellos trazos simples basicervicales; si se hubieran
incluido fracturas más complejas con trazo basicervical asociado, es probable
que se hubieran obtenido tasas de complicaciones incluso más altas.7,14 Si bien se dispone de estudios que
comunican resultados favorables en cuanto a las complicaciones posquirúrgicas
con los implantes ya comentados (DHS o clavos endomedulares),3,15,16 se han propuesto otras opciones
terapéuticas para las fracturas basicervicales, entre las cuales cabe señalar
las hojas espirales cefálicas. Estas tienen un comportamiento biomecánico y
clínico diferente del de los tornillos, ya que, mientras que estos requieren el
fresado del hueso para su colocación, la hoja espiral se introduce compactando
el hueso esponjoso. Esto aumenta la estabilidad del sistema microtrabecular
alrededor del implante, lo cual resulta especialmente interesante al ser considerada
la rotura microtrabecular como uno de los factores precipitantes del proceso
que desencadena el cut-out. Según
estudios, como el de Lenich y cols.,17 el cut-out se inicia con la rotura de las microtrabéculas, seguida de
la rotación de la cabeza femoral alrededor del implante, la migración del
implante y el colapso en varo de la fractura. Así la fijación de la fractura
con una hoja espiral ha sido mejor que el tornillo cefálico único en diversos
estudios.5,7,8,18-22 No obstante,
con la hoja espiral, también, se puede producir el cut-out; además, tiene un comportamiento paradójico: aunque su
resistencia a las fuerzas iniciadoras del cut-out
es superior a la del tornillo cefálico, una vez que ha comenzado la migración
del implante, el desarrollo de esta complicación es más rápido.7 Asimismo, este tipo de hojas se ha
asociado con otras complicaciones conocidas como cut-through, que consiste en la perforación de la cabeza femoral
por la espiral, que se introduce en la articulación de la cadera, sin un desplazamiento
de la fractura.23
Otra
técnica muy utilizada consiste en añadir un tornillo antirrotatorio por fuera
del implante para bloquear la inestabilidad rotatoria.6,14,18 No
obstante, el tornillo adicional se ha utilizado más con sistemas tornillo-placa
deslizante tipo DHS, pero los resultados clínicos y biomecánicos han sido
dispares.6,14,18,24 Otras formas
de compensar la inestabilidad rotatoria pueden ser la cementación del implante
cefálico o el uso de implantes con dos tornillos integrados asociados.7,25
Es
importante señalar que la elección correcta del implante no exime de la
adecuada técnica quirúrgica. Así, la localización del implante cefálico debe
tener una correcta DPA (<25 mm) y una localización centro-centro en ambas
proyecciones radiográficas.4,7,11
En nuestros resultados, se aprecia una diferencia respecto a las medianas de la
DPA, que fue mayor en los pacientes con cut-out;
aunque esta diferencia no fue estadísticamente significativa, se puede observar
una tendencia a la significancia (p = 0,08); además, los únicos dos casos en
que la DPA fue >25 mm presentaron cut-out.
Respecto a la posición del tornillo cefálico, fue buena o aceptable en la
mayoría de los pacientes; hubo solo un caso (paciente 10) situado en posición
centro-superior que también desarrolló cut-out.
Por ello, es posible que estos errores en la técnica quirúrgica hayan podido
influir en el desarrollo de esta complicación.
Asimismo,
es importante recordar que la planificación quirúrgica es fundamental en estos
casos, tanto la correcta identificación de la fractura basicervical, como la
correcta selección del ángulo del tornillo cefálico.
Las
limitaciones de este estudio son su diseño retrospectivo, sin un grupo de
control y el reducido tamaño de la muestra debido a la baja frecuencia de las
fracturas basicervicales estrictas (únicas incluidas en este estudio a fin de
asegurar una muestra lo más homogénea posible).
En vista
de nuestros resultados y de la revisión bibliográfica, consideramos que las
fracturas basicervicales deben ser tratadas con especial cuidado, seleccionando
adecuadamente el implante y con una correcta técnica quirúrgica. En este
sentido, podría ser útil la elección de dispositivos que contrarresten la
inestabilidad rotatoria inherente a este tipo de fracturas, ya sea mediante
hojas espirales, tornillos antirrotatorios por fuera del clavo, clavos con dos
tornillos integrados o implantes aumentados con cemento.
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ORCID de A.
Morales-Ortega: https://orcid.org/0000-0002-8110-4498
ORCID de C. López
Orosa: https://orcid.org/0000-0002-8734-0205
Recibido
el 16-10-2022. Aceptado luego de la evaluación el 30-4-2023 • Dra.
Cristina Llarena-Barroso • c.llarena@yahoo.es • https://orcid.org/0009-0002-8870-6165
Cómo
citar este artículo: Llarena-Barroso C,
Morales-Ortega A, López Orosa C. Fracturas basicervicales tratadas con clavo
intramedular con tornillo cefálico único. Serie de casos y revisión
bibliográfica. Rev Asoc Argent Ortop
Traumatol 2023;88(5):485-492. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.5.1679
Información
del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.5.1679
Fecha de
publicación: Octubre, 2023
Conflicto
de intereses: Los autores no declaran
conflictos de intereses.
Copyright: © 2023,
Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
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