INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Uso de endoprótesis para el
tratamiento de enfermedades no neoplásicas de la rodilla
Fernando D. Jorge,
José M. Varaona, Lionel Prado, Francisco Tálamo, Pablo Pérez Cortés
Servicio
de Ortopedia y Traumatología, Hospital Alemán, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Argentina
RESUMEN
Introducción: Las
endoprótesis son el método de elección para la reconstrucción luego de las
resecciones oncológicas. Los avances en los materiales y diseños permitieron
expandir las indicaciones a enfermedades no neoplásicas. Su montaje
intraoperatorio simple y rápido, y su estabilidad mecánica inmediata permiten
una rehabilitación y una recuperación funcional tempranas. Sin embargo, la tasa
de fallas es elevada, aunque distinta de la de las enfermedades oncológicas.
Las causas predominantes son diferentes. Objetivos: Analizar nuestra experiencia con el uso de endoprótesis de
rodilla y compararla con los estudios publicados, evaluando los resultados
funcional y radiográfico, la supervivencia del implante y las causas de su
eventual falla. Materiales y Métodos: Se seleccionaron pacientes con enfermedad no neoplásica
compleja de rodilla que requirieran una reconstrucción con endoprótesis. Para
el examen clínico y la evaluación funcional se utilizó el puntaje de la Musculoskeletal Tumor Society, y para
las fallas de los implantes, la clasificación de Henderson y cols. modificada. Resultados: Se estudiaron 12 endoprótesis, con un seguimiento promedio
de 3.8 años. Se registraron 2 fallas (18%), con un tiempo promedio hasta la
falla de 47.5 meses. Una fue tipo 2 (aflojamiento aséptico) y la otra, tipo 4
(infección). No hubo otras complicaciones. En la evaluación funcional, el
puntaje final medio fue del 76,6%. Conclusión: Nuestros resultados respaldan el uso de endoprótesis para
enfermedades complejas no neoplásicas de rodilla en pacientes cuidadosamente
seleccionados, pese a ser un procedimiento quirúrgico complejo y con muchas
complicaciones.
Palabras clave:
Endoprótesis; rodilla; infección; complicaciones.
Nivel de Evidencia: IV
Use of Endoprosthesis for the
Treatment of Non-Neoplastic Pathologies of the Knee
ABSTRACT
Introduction: Endoprosthesis
is the gold standard for reconstruction after oncological resections. The
advances regarding its materials and designs allowed for the expansion of the
indications to non-neoplastic pathologies. Its simple
and fast intraoperative assembly and its immediate mechanical stability allow
for early rehabilitation and functional recovery. However, the failure rate is
high, although it is different from oncological pathologies. The predominant
causes are varied. Objectives: To analyze our
experience in the use of knee endoprosthesis and compare it with the
literature, evaluating functional outcomes, radiographic outcomes, implant survival
and causes of eventual failure. Materials and
Methods: Patients with complex non-neoplastic knee pathology
that required reconstruction with endoprosthesis were selected. Clinical
history, anamnesis, physical examination, and radiographs were reviewed. For
clinical examination and functional evaluation, the MusculoSkeletal
Tumor Society Score (MSTS Score) was used. For implant failures, the modified
Henderson et al. classification was used. Results: 12 endoprostheses were studied, with an average follow-up
of 3.8 years. Failures were recorded in 2 (18%), with a mean time to failure of
47.5 months. One type 2 failure (aseptic loosening) and one type 4 failure
(infection) were recorded. No other complications were noted. For the
functional evaluation, the mean final score was 76.6%. Conclusion: Our results support the use of endoprostheses for
complex non-neoplastic knee diseases in carefully selected patients, despite
being a complex surgical procedure with many complications.
Keywords:
Endoprosthesis; knee; infection; complications.
Level of Evidence: IV
INTRODUCCIÓN
Desde finales de la década de
1980, las mejoras en la calidad y el diseño de los implantes ortopédicos, los
avances en los métodos de diagnóstico por imágenes y en las técnicas
quirúrgicas, y la introducción de la quimioterapia, hicieron posible la cirugía
de conservación de miembros en pacientes con tumores musculoesqueléticos.1 Como consecuencia, las resecciones segmentarias
de huesos largos y articulaciones, y su posterior reconstrucción pasaron a ser
el procedimiento de elección.
Las endoprótesis modulares han
sido el sistema más utilizado en las últimas tres décadas y el método de
elección para la reconstrucción luego de estas resecciones segmentarias por una
enfermedad ósea tumoral. Esto se debe a su disponibilidad, su montaje
intraoperatorio relativamente simple y rápido, y a la estabilidad mecánica
inmediata que hace posible una rehabilitación y una recuperación funcional
tempranas.1-3
En los últimos años, los grandes
avances en los materiales y los diseños de las endoprótesis permitieron
expandir progresivamente las indicaciones para su uso en el tratamiento de
enfermedades no neoplásicas, como el trauma agudo con pérdida ósea grave y mala
calidad ósea, las fallas postraumáticas (seudoartrosis y secuelas de
infecciones), los defectos óseos complejos de gran tamaño en revisiones
protésicas o fracturas periprotésicas con aflojamiento de los componentes y
escaso stock óseo.4-8 El
tratamiento de estos cuadros con endoprótesis adquirió notable importancia
durante los últimos años en lo que se refiere al fémur distal y la tibia
proximal con compromiso de la articulación de la rodilla.6
Cuando se los utiliza para el
tratamiento de tumores óseos, estos sistemas provocan una alta tasa de complicaciones
y fallas por diversos factores, lo que determina que la cirugía de revisión sea
relativamente frecuente.2,3,8-11
En el caso de las enfermedades no neoplásicas, la tasa de falla de las
endoprótesis también es elevada, aunque distinta de la registrada en las
enfermedades oncológicas, y las causas predominantes pueden ser diferentes.6
El propósito de este estudio fue
evaluar nuestra experiencia con el uso de endoprótesis para el tratamiento de
enfermedades no neoplásicas que afectan la articulación de la rodilla. El
objetivo fue evaluar los resultados funcional, clínico y radiográfico, la
supervivencia del implante y las causas de su eventual falla, comparándolos con
los informados en la bibliografía.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio retrospectivo,
analítico y descriptivo, además de un análisis de la bibliografía sobre el
tema. Se seleccionó una población de pacientes a quienes se les había colocado
una endoprótesis de rodilla, en nuestro hospital, para el tratamiento de
enfermedades no neoplásicas o posneoplásicas (es decir, pacientes cuya
enfermedad inicial por la cual fueron tratados era un cuadro tumoral óseo, pero
que, por algún motivo diferente de la enfermedad, requirieron una endoprótesis
de rodilla). Se tuvo en cuenta el período comprendido entre enero de 2012 y
diciembre de 2019. El seguimiento mínimo aceptado fue de seis meses.
Los criterios de inclusión
fueron: pacientes de ambos sexos, sin restricción de edad, con diagnóstico de
enfermedad no tumoral (fracturas, seudoartrosis, infecciones, etc.) o
posneoplásica (infección, rotura del implante, aflojamiento aséptico, etc.) que
comprometiera la articulación de la rodilla y requiriera una reconstrucción con
una prótesis no convencional (endoprótesis) de rodilla o su revisión. Los criterios
de exclusión fueron: pacientes con enfermedades oncológicas primarias o
metastásicas tratadas de manera similar. Los criterios de discontinuación
fueron: pacientes que, por su propia voluntad, deseen retirarse del protocolo
de investigación, situación que manifestarán por escrito en el formulario de
revocación del consentimiento informado.
Se evaluaron 16 prótesis no
convencionales de rodilla en 14 pacientes. Se excluyó a tres pacientes (4
prótesis), porque tenían enfermedades oncológicas. Ninguno discontinuó el
estudio. Se analizaron finalmente 12 prótesis en 11 pacientes: nueve con
enfermedad no neoplásica y tres con enfermedad posneoplásica (Tabla 1).
Evaluación del paciente
Además de la revisión exhaustiva
de la historia clínica, todos los pacientes incluidos fueron citados para una
anamnesis y un examen físico a cargo del mismo profesional para evaluar, de
manera objetiva, su estado funcional.
Se consultó la historia clínica
para determinar la fecha de la cirugía, la edad al operarse, el diagnóstico, la
localización de la enfermedad, el tipo de implante utilizado, la fecha de la
cirugía de revisión, si correspondía, y otras eventuales complicaciones.
Se definió a las cirugías de
revisión como toda operación relacionada con la falla total o parcial de la
prótesis. Todas las fallas se clasificaron según Henderson10,12 (Tabla 2).
Este sistema fue modificado previamente para usarlo en cuadros no neoplásicos y
se lo dividió de la siguiente manera: complicaciones de tejidos blandos (tipo
1), aflojamiento aséptico (tipo 2), complicaciones estructurales (tipo 3) e
infecciones periendoprotésicas (tipo 4).
El examen clínico y la evaluación
funcional se realizaron utilizando el puntaje de la Musculoskeletal Tumor Society (MSTS).13
Si bien es un puntaje diseñado inicialmente para enfermedad tumoral, dada la
similitud del tratamiento (prótesis no convencionales), creemos que es adecuado
para la evaluación de nuestros pacientes (Tabla 3).
A todos se les tomaron
radiografías para analizar el estado de la prótesis cuando se llevó a cabo el
estudio y la presencia de signos o síntomas relacionados con fallas del
implante (aflojamiento, rotura, etc.) no registrados en la historia clínica.
RESULTADOS
Se analizaron 12 prótesis en 11
pacientes (9 primarias y 3 revisiones). Seis pacientes eran hombres y cinco,
mujeres. La edad promedio era de 60 años (rango 16-87). El seguimiento varió de
6.2 años a 11 meses (promedio 3.8 años). En la
Tabla 1, se detallan los diagnósticos. En total, se habían colocado
nueve prótesis por enfermedades no neoplásicas y tres por cuadros
posneoplásicos (un aflojamiento aséptico, una seudoartrosis del injerto óseo y
una rotura del implante) (Figuras 1-3).
Los tipos de prótesis utilizados
para la reconstrucción tenían alguna variación y fueron: siete prótesis
IOT-HCFMUSP Modular System (MDT Implantes, Rio Claro, SP, Brasil), tres
Megasystem-C (Waldemar Link GmbH & Co, Hamburgo,
Alemania) y dos OSSTM Orthopedic Salvage System (Biomet, Warsaw, IN, EE.UU.).
En detalle, se implantaron nueve
endoprótesis de fémur distal (75%), dos de tibia proximal (16,7%) y una de
fémur distal y tibia proximal (8,3%). Cuando se colocaba una prótesis de tibia
proximal, la reconstrucción del mecanismo extensor se realizaba suturando el
tendón rotuliano en el componente tibial, que proporciona orificios de fijación
en su parte proximal, y se creaba un colgajo rotatorio de gemelo interno para
reforzar la reinserción del tendón. No se efectuaron osteotomías de rótula.
Siempre se utilizaron tallos cementados tanto en el fémur como en la tibia. Se
colocaron prótesis abisagradas (MDT) en siete casos y una bisagra rotatoria
(Waldemar Link GmbH & Co y Biomet) en cinco.
El tiempo promedio desde la
cirugía primaria hasta la falla del implante fue de 47.5 meses y osciló entre
55 y 40 meses.
El implante falló en dos
pacientes (18%) y las causas fueron: una infección y un aflojamiento aséptico.
El primer caso (paciente 5) fue una paciente que sufrió una infección del sitio
quirúrgico luego de una artroplastia total de rodilla primaria, y requirió una
reconstrucción con endoprótesis de rodilla luego de tratar la infección.
Finalmente, a causa de otra infección, se retiró la endoprótesis y se colocó un
espaciador con antibiótico. Luego de esto, se perdió el
seguimiento de la paciente. El segundo (caso 9) fue un paciente que sufrió una
fractura de fémur distal que evolucionó a seudoartrosis y se le colocó una
endoprótesis de rodilla. A los 40 meses, debió ser sometido a una cirugía de
revisión por aflojamiento aséptico de la prótesis.
Utilizando la clasificación de
Henderson,10 los tipos de falla de la
endoprótesis en nuestra serie fueron: falla mecánica tipo 2, es decir,
aflojamiento aséptico (n = 1; 50%) e infección o falla tipo 4 (n = 1; 50%). No
se constataron casos de fallas de tejidos blandos ni estructurales, como rotura
del implante o fractura periprotésica.
Cuando se realizó este estudio,
uno de los 11 pacientes había fallecido por otras causas no relacionadas con su
enfermedad de la rodilla (caso 1). Nueve de los 10 restantes estuvieron
disponibles para la evaluación clínica y radiográfica.
La evaluación funcional se
realizó en nueve pacientes. Los puntajes medios de los parámetros individuales
fueron: dolor 4,3 (rango 0-5), rango de movilidad 3,4 (rango 0-5), fuerza 3,6
(rango 0-5), estabilidad 3,8 (rango 0-5), deformidad 4,1 (rango 0-5), función
3,4 (rango 0-5) y aceptación emocional 4,1 (rango 1-5). El puntaje medio fue de
26,8 (rango 19-35), lo que representa un puntaje final medio del 76,6% (Tabla 4).
Según las radiografías, ningún
paciente tenía signos de infección, aflojamiento del material, rotura de la
prótesis, fractura periprotésica ni ningún otro signo de falla del implante en
el momento del análisis. Cabe destacar que, en el paciente 9, se evaluaron también
las radiografías anteriores a la revisión, donde se constataron signos de
aflojamiento aséptico (Figuras 4 y 5).
En las
Tablas 1 y 4, se resumen los datos, la evolución y el MSTS de cada
paciente incluido en el estudio.
DISCUSIÓN
El uso de las endoprótesis o
prótesis no convencionales luego de grandes resecciones oncológicas se ha
transformado en el método de elección para los cirujanos onco-ortopedistas,
pues brindan una muy buena opción para la reconstrucción y el reemplazo de
segmentos esqueléticos.1 Actualmente,
las endoprótesis están ganando impulso también como una estrategia
reconstructiva útil y efectiva cuando la pérdida ósea es importante después de
enfermedades no neoplásicas, como un trauma agudo con pérdida ósea grave,
seudoartrosis, infecciones, pérdida de stock óseo en revisiones protésicas,
fracturas periprotésicas, etcétera.4-8
Se ha demostrado que la tasa de
supervivencia del implante no difiere significativamente si las endoprótesis se
colocan en pacientes con enfermedades posneoplásicas o con cuadros no
neoplásicos.14
En este estudio, hemos evaluado a
pacientes con enfermedades no neoplásicas y posneoplásicas que habían sido
tratados con endoprótesis de rodilla.
Más allá del incremento en su uso
y su popularidad, la supervivencia del implante sigue siendo la principal
preocupación que puede limitar el uso rutinario de endoprótesis para controlar
enfermedades no neoplásicas.2,3,6,8-11
Al respecto, cabe mencionar que existen características propias de los
pacientes con enfermedades no neoplásicas, como las postraumáticas, infecciosas
y periprotésicas, que son peculiares y muy diferentes de las de los pacientes
oncológicos. El estado general y las comorbilidades, el
estado de los tejidos blandos, las características de la lesión, las cirugías
previas, la presencia de adherencias y las infecciones previas, son factores
que deben considerarse cuidadosamente al usar la endoprótesis en estos casos.
Estos factores adquieren una gran relevancia a la hora de determinar el fracaso
o no de la prótesis.5
Se han publicado resultados muy
variables y contrapuestos sobre la supervivencia de los implantes en estos
pacientes. Por ejemplo, Berend y Lombardi7
comunicaron una tasa de supervivencia global sin reoperación del 97% al año,
95% a los dos años y 83% a los cinco años para las endoprótesis de fémur distal
y rodilla. Por el contrario, la revisión sistemática de Korim y cols. arrojó
una tasa media de fracaso del 83% a los 3.3 años para las prótesis femorales
distales.6
En nuestro estudio, con un seguimiento
promedio de 3.8 años, la tasa de falla fue del 18%. Si bien los resultados
publicados al respecto son muy variables, nuestros resultados son alentadores y
se ubican dentro del rango mencionado en la bibliografía.
La infección sigue siendo una de las
complicaciones más desafiantes después del reemplazo articular y una de las
principales causas de falla temprana del implante.15
Si bien la tasa de infección general es relativamente baja (alrededor del 1%
después de las artroplastias de cadera y rodilla primarias),16 esta tasa aumenta drásticamente si hay
ciertos factores de riesgo, como mal estado de salud, resección extensa de
tejidos blandos, tiempos de cirugía prolongados y necesidad de múltiples
transfusiones de sangre.9,17
Además, el antecedente de una infección del sitio quirúrgico también se
considera uno de los principales factores de riesgo para la reinfección después
de la reconstrucción endoprotésica.18
Todos estos factores entran en juego a la hora de realizar un tratamiento con
una endoprótesis de rodilla.
Una infección profunda después
del reemplazo endoprotésico de rodilla puede ser una complicación devastadora
que aumente la necesidad de nuevos procedimientos quirúrgicos y lleve a la
falla de la endoprótesis.
La tasa de infección de las endoprótesis
luego de resecciones tumorales o de su uso en enfermedad no tumoral es alta en
ambos casos, pero no difiere demasiado. En pacientes con enfermedad tumoral,
Jeys y cols.11 informaron tasas
de infección del 11%, con una alta incidencia de infección en los primeros dos
años. Pala y cols.,2 y Mavrogenis
y cols.19 publicaron tasas de
infección del 9,3% y 8,6%, respectivamente. En una revisión sistemática de
Racano y cols.,20 la tasa media
de infección periendoprotésica fue del 10%.
En el caso de cuadros no
neoplásicos, De Gori y cols.14
comunicaron una tasa de infección del 11,5%, mientras que Korim y cols.
hallaron una tasa media del 15% para las prótesis femorales distales.6
En nuestro estudio, hubo un solo
caso de infección periendoprotésica (paciente 5) que representó el 9,1% del
total. Esto se corresponde con lo publicado en la bibliografía.
En cuanto al aflojamiento
aséptico de las endoprótesis en el tratamiento de enfermedades no neoplásicas,
las tasas oscilan entre el 0% y el 9,5%.4 En
nuestra serie, hubo un solo caso (paciente 9) (9,1%).
No existe un consenso claro sobre
un método de fijación frente a otro y tampoco está claro si las endoprótesis
cementadas y las no cementadas tienen una supervivencia y complicaciones
comparables.3,21 Con respecto al
aflojamiento aséptico, en algunos estudios, el riesgo fue menor con las
prótesis no cementadas,1,19
mientras que otros autores, como Houdek y cols.,8
no observaron esa diferencia. En nuestro estudio, siempre se utilizaron
endoprótesis con tallos cementados tanto en el fémur como en la tibia.
El mecanismo de bisagra también
se considera un factor importante que aumentaría el riesgo de aflojamiento
aséptico en las endoprótesis de rodilla. Los diseños de bisagra en las
endoprótesis de rodilla provocan estrés entre la interfaz prótesis-cemento o
prótesis-hueso, lo que aumenta la incidencia de aflojamiento.22 La adición de la bisagra rotatoria fue
una modificación de diseño importante que ayuda a reducir estas tensiones
mecánicas en la interfaz del implante con el hueso.23
En nuestra serie, se utilizó una
prótesis abisagrada en siete pacientes y una prótesis con bisagra rotatoria en
otros cinco. El único caso de aflojamiento aséptico (paciente 9) ocurrió con
una endoprótesis abisagrada.
Otro factor por considerar es que
las grandes longitudes de estas prótesis crean grandes tensiones de flexión en
la interfaz prótesis-hueso que pueden contribuir al aflojamiento y la fractura
periprotésica o de la misma prótesis.22
En nuestra serie, no hubo fallas estructurales, como la rotura de la prótesis o
las fracturas periprotésicas. Con respecto a la evaluación posoperatoria de la
función y la calidad de vida, diversos estudios demostraron que el tratamiento
con endoprótesis de rodilla permite lograr una buena función y alivia el dolor,
y también mejora notablemente la calidad de vida de los pacientes.7,24
Si bien es un puntaje diseñado
inicialmente para enfermedad tumoral, dada la similitud del tratamiento
(prótesis no convencionales), utilizamos el puntaje de la MSTS13 para la evaluación funcional.
Según lo publicado, el resultado
medio general en el puntaje de la MSTS en pacientes con reconstrucciones
endoprotésicas varía del 78% al 86%,2
pero la mayoría de los estudios incluye pacientes con enfermedad tumoral.
En nuestra serie, el puntaje de
la MSTS promedio fue del 76,6%, comparable con otros hallazgos en la
bibliografía.25
Los puntajes del rango de
movilidad articular y la función fueron los más bajos de todos, con un puntaje
promedio de 3,4 (rango 2-5). En concordancia, Tun y cols., y McGoveran y cols.
también hallaron resultados más bajos en la función.25
Notamos que existe una
correlación entre el bajo puntaje funcional general y los puntajes bajos en la
función, el rango de movilidad articular y la fuerza, en tanto que los
resultados relacionados con el dolor y la aceptación emocional son mejores.
Nuestro estudio tiene ciertas
limitaciones que deben ser consideradas. Se trata de un estudio retrospectivo,
no aleatorizado, con un pequeño número de pacientes que lo expone a sesgos de
diversos tipos. Las diferencias en el diagnóstico y el hecho de que las
prótesis sean de diferentes fabricantes y con diseños de implantes distintos
también son factores que pueden afectar los resultados. Otras limitaciones son
un tiempo de seguimiento que no fue lo suficientemente extenso en todos los
casos y el análisis de una gran diversidad de grupos etarios.
Como fortalezas, podemos decir
que es un estudio de centro único y que pocos cirujanos fueron los responsables
de la colocación de todas las endoprótesis.
CONCLUSIONES
Nuestros resultados respaldan el
uso de endoprótesis modulares como una solución para controlar enfermedades
complejas no neoplásicas, pese a que se trata de un procedimiento quirúrgico
complejo y con muchas complicaciones. Es posible afirmar que nuestra tasa de
complicaciones, como la infección y el aflojamiento aséptico, así como también
la supervivencia del implante y el resultado funcional, son similares a los
publicados.
Con el respaldo de resultados
positivos en estudios publicados, el uso de endoprótesis debe considerarse como
una opción de rescate de extremidades en pacientes cuidadosamente
seleccionados, cuando otras opciones quirúrgicas no son factibles.
Recomendamos este método de
reconstrucción para el tratamiento de las enfermedades antes mencionadas.
BIBLIOGRAFÍA
1.
Capanna
R, Scoccianti G, Frenos F, Vilardi A, Beltrami G, Campanacci DA. What was
the survival of megaprostheses in lower limb
reconstructions after tumor resections? Clin Orthop
Relat Res 2015;473(3):820-30. https://doi.org/10.1007/s11999-014-3736-1
2.
Pala E, Trovarelli G, Calabrò T, Angelini A, Abati CN, Ruggieri P. Survival of
modern knee tumor megaprostheses: Failures,
functional results, and a comparative statistical analysis. Clin Orthop Relat
Res
2015;473(3):891-9. https://doi.org/10.1007/s11999-014-3699-2
3. Ahlmann
ER, Menendez LR, Kermani C, Gotha H. Survivorship and
clinical outcome of modular endoprosthetic
reconstruction for neoplastic disease of the lower limb. J Bone Joint Surg Br 2006;88:790-5. https://doi.org/10.1302/0301-620X.88B6.17519
4.
Windhager R,
Schreiner M, Staats K, Apprich S. Megaprostheses
in the treatment of periprosthetic fractures of the knee joint: indication,
technique, results and review of literature. Int Orthop 2016;40(5):935-43. https://doi.org/10.1007/s00264-015-2991-4
5.
Calori GM,
Colombo M, Malagoli E, Mazzola S, Bucci M, Mazza E. Megaprosthesis in post-traumatic and periprosthetic large
bone defects: issues to consider. Injury
2014;45(6):S105-S110. https://doi.org/10.1016/j.injury.2014.10.032
6.
Korim MT, Esler CNA, Reddy VRM, Ashford RU. A
systematic review of endoprosthetic replacement for
non-tumour indications around the knee joint. Knee
2013;20(6):367-75. https://doi.org/10.1016/j.knee.2013.09.001
7. Berend KR, Lombardi Jr AV. Distal femoral replacement
in nontumor cases with severe bone loss and instability. Clin Orthop Relat
Res 2009;467(2):485-92. https://doi.org/10.1007/s11999-008-0329-x
8.
Houdek MT, Wagner ER, Wilke BK, Wyles CC,
Taunton MJ, Sim FH. Long term outcomes of cemented endoprosthetic
reconstruction for periarticular tumors of the distal femur. Knee 2016;23(1):167-72.
https://doi.org/10.1016/j.knee.2015.08.010
9. Hardes J, Gebert C, Schwappach A,
Ahrens H, Streitburger A, Winkelmann W, et al.
Characteristics and outcome of infections associated with tumor endoprostheses.
Arch Orthop
Trauma Surg 2006;126(5):289-96. https://doi.org/10.1007/s00402-005-0009-1
10. Henderson
ER, Groundland JS, Pala E, Dennis JA, Wooten R,
Cheong D, et al. Failure mode classification for tumor endoprostheses:
retrospective review of five institutions and a literature review. J Bone Joint Surg Am 2011;93(5):418-29. https://doi.org/10.2106/JBJS.J.00834
11. Jeys LM, Grimer RJ, Carter SR, Tillman RM. Periprosthetic infection
in patients treated for an oncological orthopaedic
condition. J Bone Joint Surg Am
2005;87(4):842-9. https://doi.org/10.2106/JBJS.C.01222
12. Pala E, Henderson ER, Calabrò T, Angelini A, Abati
CN, Trovarelli G, et al. Survival of current production tumor
endoprostheses: complications, functional results, and a comparative
statistical analysis. J Surg Oncol
2013;108(6):403-08. https://doi.org/10.1002/jso.23414
13.
Saebye CKP,
Keller J, Baad-Hansen T. Validation of the Danish version of the
musculoskeletal tumour society score questionnaire. World J Orthop 2019;10(1):23-32. https://doi.org/10.5312/wjo.v10.i1.23
14. De Gori
M, Scoccianti G, Frenos F,
Bettini L, Familiari F, Gasparini G, et al. Modular
endoprostheses for nonneoplastic conditions: Midterm complications and
survival. BioMed Res Int 2016;2016:2606521. https://doi.org/10.1155/2016/2606521
15. Willis-Owen
CA, Konyves A, Martin DK. Factors affecting the
incidence of infection in hip and knee replacement: an analysis of 5277 cases. J Bone Joint Surg Br 2010;92(8):1128-33. https://doi.org/10.1302/0301-620X.92B8.24333
16.
Lamagni T.
Epidemiology and burden of prosthetic joint infections. J Antimicrob Chemother 2014;69(1):i5-i10. https://doi.org/10.1093/jac/dku247
17.
Pilge H, Gradl
G, von Eisenhart-Rothe R, Gollwitzer H. Incidence and
outcome after infection of megaprostheses. Hip Int 2012;22(Suppl 8):S83-S90. https://doi.org/10.5301/HIP.2012.9576
18. Morii T,
Yabe H, Morioka H, Beppu Y, Chuman H, Kawai A, et al. Postoperative deep
infection in tumor endoprosthesis reconstruction around the knee. J Orthop Sci
2010;15(3):331-9. https://doi.org/10.1007/s00776-010-1467-z
19. Mavrogenis AF, Pala E, Angelini A, Calabro T,
Romagnoli C, Romantini M, et al. Infected prostheses after lower-extremity bone
tumor resection: clinical outcomes of 100 patients. Surg Infect (Larchmt) 2015;16(3):267-75. https://doi.org/10.1089/sur.2014.085
20.
Racano A, Pazionis T, Farrokhyar F, Deheshi B, Ghert M. High infection rate outcomes in long-bone tumor
surgery with endoprosthetic reconstruction in adults:
a systematic review. Clin Orthop Relat Res 2013;471(6):2017-27. https://doi.org/10.1007/s11999-013-2842-9
21.
Pala E, Mavrogenis AF,
Angelini A, Hendreson ER, Letson DG, Ruggieri P.
Cemented versus cementless endoprostheses for lower limb salvage surgery. J BUON
2013;18(2):496-503. PMID: 23818368
22.
Taylor SJ, Walker PS, Perry JS, Cannon SR, Woledge R. The forces in the distal femur and the knee
during walking and other activities measured by telemetry. J Arthroplasty 1998;13(4):428-37. https://doi.org/10.1016/s0883-5403(98)90009-2
23.
Pala E, Trovarelli G,
Angelini A, Maraldi M, Berizzi A, Ruggieri P. Megaprosthesis of the knee in tumor and revision surgery. Acta Biomed 2017;88(2S):129-38. https://doi.org/10.23750/abm.v88i2-S.6523
24.
Al-Taki
MM, Masri BA, Duncan CP, Garbuz DS. Quality of life following
proximal femoral replacement using a modular system in revision THA. Clin Orthop Relat
Res
2011;469(2):470-5. https://doi.org/10.1007/s11999-010-1522-2
25.
Tunn PU, Pomraenke D, Goerling U,
Hohenberger P. Functional outcome after endoprosthetic
limb-salvage therapy of primary bone tumours—a
comparative analysis using the MSTS score, the TESS and the RNL index. Int Orthop 2008;32:619-25. https://doi.org/10.1007/s00264-007-0388-8
ORCID de J. M. Varaona: https://orcid.org/0000-0003-3540-4809
ORCID de F. Tálamo: https://orcid.org/0000-0001-9060-6433
ORCID de L. Prado: https://orcid.org/0000-0001-6759-3152
ORCID de P. Pérez Cortés: https://orcid.org/0000-0002-3324-7048
Recibido el 15-10-2022. Aceptado luego de la evaluación el
6-1-2023 •
Dr.
Fernando D. Jorge •
fernandodjorge@gmail.com • https://orcid.org/0000-0002-2596-9147
Cómo citar este artículo: Jorge FD, Varaona JM, Prado L,
Tálamo F, Pérez Cortés P. Uso de endoprótesis para el tratamiento de
enfermedades no neoplásicas de la rodilla. Rev
Asoc Argent Ortop Traumatol 2023;88(5):466-477. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.5.1678
Información
del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.5.1678
Fecha de
publicación: Octubre, 2023
Conflicto
de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2023,
Revista de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Licencia: Este artículo está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Compartir Obras Derivadas
Igual 4.0 Internacional. (CC-BY-NC-SA 4.0)