ACTUALIZACIÓN
Defectos óseos glenohumerales: Un
recorrido por los avances diagnósticos y terapéuticos durante los últimos 20
años
Alejandro
Mejía-Grueso, Daniela Gutiérrez-Zúñiga, Nicolle Visbal-Otero, Felipe
Valbuena-Bernal
Departamento
de Ortopedia y Traumatología, Hospital Universitario San Ignacio, Pontificia Universidad
Javeriana, Bogotá, Colombia
Resumen
Introducción: El abordaje y el tratamiento de los defectos óseos glenohumerales han
evolucionado con la intención de brindar un manejo más individualizado para los
pacientes. Sin embargo, hasta la fecha, no existen artículos que recopilen
dichos avances históricos. Objetivo:
Describir la bibliografía más relevante sobre el análisis diagnóstico y las
opciones terapéuticas de los defectos óseos glenohumerales en los últimos 20
años. Materiales y Métodos: Se
realizó una búsqueda en la base de datos PubMed con los términos “Glenoid
defect”, “Humeral defect”, “Shoulder instability” y “Glenoid track”, filtrada
por año desde 2000 hasta 2021. Se incluyeron estudios publicados en inglés y
español, de pacientes adultos. Resultados:
En la búsqueda, se revisaron 56 artículos según los criterios planteados. Se
llevó a cabo una revisión narrativa cronológica sobre el abordaje de los
defectos óseos glenohumerales en inestabilidad anterior. Conclusiones: Los avances tecnológicos han permitido desarrollar
algoritmos de evaluación y manejo dirigidos a lograr los mejores desenlaces
según las características de cada paciente. La bibliografía actual recomienda
el tratamiento quirúrgico basado en la medición objetiva de los defectos óseos
glenohumerales, para lo cual la artroscopia y la tomografía con reconstrucción
3D ofrecen la cuantificación más acertada.
Palabras clave: Defectos óseos glenohumerales; inestabilidad del hombro; pista
glenoidea; lesiones de Hill-Sachs.
Nivel de Evidencia: IV Revisión narrativa
Glenohumeral Bone Defects: A Review of the Diagnostic and Therapeutic Advances Over
the Last 20 Years
Abstract
Introduction: The approach and treatment of glenohumeral
bone defects have evolved intending to provide more individualized management
for patients. However, to date, there are no articles that compile these
historical advances. Objective: To describe the most relevant literature on the
diagnostic analysis and therapeutic options for glenohumeral
bone defects reported in the last 20 years. Materials and Methods: A search was conducted in the PubMed
database with the terms “Glenoid defect”, “Humeral defect”, “Shoulder
instability” and “Glenoid track”, filtered by year from 2000 to 2021. Studies
published in English and Spanish, involving adult patients, were included. Results: We reviewed a total of 56
articles. A narrative chronological review of the approach to gleno-humeral bone defects in anterior instability was
performed. Conclusions:
Technological advances have allowed the development of evaluation and
management algorithms aimed at achieving the best outcomes according to the
characteristics of each patient. To date, the current literature recommends surgical
treatment of instability based on the objective measurement of glenohumeral bone defects, for which arthroscopy and 3D
reconstruction tomography offer the most accurate quantification.
Key words: Glenohumeral bone defects;
shoulder instability; glenoid track; Hill-Sachs lesions.
Level of Evidence: IV Narrative review
Introducción
El amplio
rango de movilidad de la articulación glenohumeral ocurre a expensas de una
demanda de múltiples mecanismos para preservar la estabilidad de la
articulación. Diferentes componentes dinámicos y estáticos son fundamentales
para preservar la congruencia articular y, de esta manera, hacer efectivo el
movimiento en los diferentes planos. Los componentes estáticos óseos son: la
cabeza humeral y la cavidad glenoidea con la que se articula que
comparativamente es más pequeña, cóncava y poco profunda. En reposo, el efecto
de concavidad-compresión secundario a una presión intrarticular negativa es el
principal factor estabilizador de la articulación. Otros estabilizadores, conocidos
como los estabilizadores dinámicos, que incluyen la cápsula, los ligamentos
glenohumerales y el manguito rotador, son importantes en diferentes grados de
movimiento. Desde el punto de vista óseo, las características de la cavidad
glenoidea, específicamente su profundidad, su ancho y su versión, además de la
posición de la escápula pueden alterar la estabilidad articular.1
Desde el
siglo XVI, Ambroise Paré, considerado el padre de la cirugía moderna, describió
las luxaciones glenohumerales y consideró complejas a aquellas asociadas a
fracturas.2 Hoy en día, se sabe que, en episodios de luxación aguda
y sus recurrencias, pueden generarse lesiones óseas bien sea por fracturas, por
pérdida por atrición o por impactación tanto a nivel glenoideo como humeral.3
Esto se conoce como defectos óseos glenohumerales, los cuales tienen un impacto
en la toma de decisiones terapéuticas al abordar a un paciente con
inestabilidad del hombro.
El
análisis de los defectos óseos glenohumerales ha sido objeto de estudio y debate
en la cirugía de hombro, durante los últimos 20 años, cambiando a medida que
han evolucionado las técnicas artroscópicas y los estudios por imágenes; esto
ha permitido modificar el tratamiento y sus resultados posoperatorios. En esta
revisión narrativa, se plantea la revisión de la bibliografía más relevante en
secciones divididas por quinquenios.
2000-2005 Así empieza el nuevo milenio
En 2000,
Burkhart y De Beer publican uno de los artículos más relevantes sobre la
inestabilidad glenohumeral.4 En un análisis de casos de defectos
glenoideos traumáticos y su relación con la falla terapéutica mediante la
cirugía de Bankart, establecen que la cirugía de Bankart artroscópica obtiene
los mismos resultados que la cirugía abierta si no hay defectos óseos glenoideos.
Estos hallazgos fueron descritos inicialmente como “pera invertida” por su
apariencia artroscópica. Además, describen, por primera vez, los defectos
humerales como lesiones de Hill-Sachs significativas si generan enganchamiento
con el reborde anterior de la glenoides en posición atlética funcional
(abducción de 90º combinada con rotación externa de 0 a 135º). Plantean el
tratamiento con shift capsular u
osteotomía humeral y consideran que los defectos glenoideos exigen injertos
óseos para recuperar la estabilidad. Se prefiere además el procedimiento de
transferencia de la coracoides al reborde anterior de la glenoides, más
conocido como el procedimiento de Latarjet.5
Más
adelante, en 2002, los mismos autores sugieren un método artroscópico para
establecer una cuantificación más precisa de los defectos glenoideos.6
En este mismo año, Porcellini y cols., al estudiar a pacientes con lesión de
Bankart con componente óseo, hallaron que la fijación artroscópica con anclajes
en defectos inferiores al 25% permite el retorno deportivo en el 92% de los
pacientes.7 En 2004, Lo y cols., utilizando el método artroscópico
de cuantificación de los defectos de Burkhart, analizan que la forma de “pera
invertida” requiere una pérdida ósea de, al menos, el 25-27% de la glenoides
inferior, y para su tratamiento, recomiendan injertos óseos con el fin de
restaurar la anatomía.8
2006-2010 Los años de mayor influencia francesa
En 2007,
en Francia, Boileau, tras realizar un estudio de identificación de factores de
riesgo de recurrencia con la cirugía de Bankart,9,10 publica la
escala ISIS (Instability Severity Index
Score), que tiene en cuenta factores, como la edad, la participación
deportiva y el tipo de deporte, así como características en la radiografía
convencional de los defectos óseos y la hiperlaxitud ligamentaria.11
Desde ese momento, la escala ISIS se convierte en una de las herramientas más
utilizadas para la toma de decisiones terapéuticas entre cirugías artroscópicas
tipo Bankart o procedimientos abiertos, como la cirugía de Latarjet, para
evitar la recurrencia de la inestabilidad.
Asimismo,
en 2007, Yamamoto y cols. introdujeron el concepto de la “pista glenoidea”,
analizando la zona de contacto entre la cabeza humeral y la glenoides en
diferentes posiciones de abducción, en un estudio cadavérico. La pista
glenoidea, más conocida como glenoid
track corresponde al 84% de la superficie de la glenoides, si no existen
defectos óseos. Los autores concluyen en que los defectos en la cabeza humeral
se pueden enganchar con el reborde anterior de la glenoides con los movimientos
del hombro en flexión y abducción, cuando el defecto humeral se extiende
medialmente sobre el margen medial de la pista.12
Chuang y
cols., tras plantear, en 2002, la técnica artroscópica de medición, exponen en
2007, un método para la cuantificación prequirúrgica de defectos glenoideos
mediante la tomografía computarizada con reconstrucción tridimensional (TC 3D).13
Un año más tarde, d’Elia y cols., utilizando tomografía con reconstrucción
multiplanar y análisis cuantitativo, recomiendan procedimientos de injerto óseo
para defectos superiores al 20%.1
En 2009,
Yamamoto y cols., en un estudio cadavérico para calcular los defectos que
ocasionan inestabilidad, halló que los defectos localizados en la porción
anterior de la glenoides de 6 mm, equivalentes al 20%, generan una
inestabilidad anterior significativa.14 Bollier y Arciero publican
un algoritmo y plantean un 20% como límite para indicar una cirugía de
Latarjet.15
Durante
el mismo año, al realizar una síntesis de la evidencia disponible hasta ese
momento, Provencher plantea un algoritmo calculando los defectos con TC 3D
preoperatoria o mediante valoración artroscópica (Figura). Los defectos <15%
en la glenoides son no significativos, mientras que aquellos >30% tienen
indicación de aumento óseo con injerto o cirugía de Latarjet. Para la zona gris
ubicada entre el 15% y el 30%, lo que, más adelante, se definiría como
“defectos subcríticos”, se propone considerar las características clínicas del
paciente en términos de su demanda funcional y la práctica deportiva.16
2011- 2015 La importancia del
enganchamiento dentro o fuera de la pista
En 2011,
Bhatia y cols. llevaron a cabo una revisión sistemática de estudios con nivel
de evidencia I, y plantearon el 25% como el defecto límite para recomendar
procedimientos óseos. En esta publicación, recalcaron la importancia de la
cuantificación de los defectos y de tener en cuenta al elegir el tipo de
cirugía, especialmente ante defectos limítrofes, la edad y la participación
deportiva de los pacientes.17 Enfocándose en el análisis de las
lesiones de Hill-Sachs, Giles y cols., en 2012, en un estudio biomecánico,
compararon las alternativas quirúrgicas para el tratamiento de los defectos
humerales, como remplissage (relleno
del defecto óseo de Hill-Sachs con cápsula y tendón del infraespinoso),
resuperficialización y el uso de aloinjertos. Demostraron que todos los
procedimientos son eficaces para mejorar la estabilidad, con la salvedad de que
el remplissage disminuye la rotación
externa.18 Provencher y cols., en un análisis de las lesiones de
Hill-Sachs, las definen como lesiones frecuentes que ameritan el estudio del
tamaño, la orientación y de las otras lesiones glenoideas o capsulolabrales
concomitantes. Indicaron que los defectos humerales >30% ameritan un manejo
quirúrgico, con procedimientos combinados, como artroplastias, aloinjertos, remplissage y resuperficialización.19
Unos años
más adelante, en un estudio de 100 pacientes con inestabilidad, Kurokawa y
cols. establecieron que la prevalencia de lesiones de Hill-Sachs era del 94% y
que el 7% de ellas tenía extensión medial respecto a la pista glenoidea.20
En 2013, Metzger y cols. publicaron un estudio clínico para aplicar el concepto
de la pista glenoidea explicado en estudios cadavéricos por Yamamoto y cols.
Como resultado, señalaron que el 13% de los pacientes con inestabilidad y
lesión de Hill-Sachs tiene un riesgo de enganchamiento de la lesión con
lesiones bipolares por fuera de la pista glenoidea. El 85% de estos pacientes
presenta un enganchamiento funcional en el examen bajo anestesia. Este
enganchamiento se puede predecir antes de la cirugía con mediciones precisas en
imágenes diagnósticas y se relaciona con la edad del paciente y los episodios
de recurrencia. Recalcaron la importancia de evaluar las lesiones de manera
bipolar, considerando que los defectos óseos a nivel glenoideo y humeral se
potencian, aumentando el riesgo de recurrencia.21 A mediados de este
mismo año, Bishop y cols., en un estudio comparativo entre las diferentes
opciones de imágenes para el estudio de los defectos óseos glenohumerales,
precisaron que la TC 3D es el estudio más confiable para cuantificar los
defectos glenoideos.22
En 2014,
Di Giacomo y cols. sintetizaron los conceptos previamente establecidos,
buscando una forma artroscópica y radiológica de analizar las lesiones
bipolares y cuantificar los defectos humerales para predecir su enganchamiento
a nivel glenoideo. Con este método se denomina a la lesión enganchante como lesión
de Hill-Sachs fuera de la pista u off-track.
De acuerdo con su tamaño y si su margen medial es más interno que la pista
glenoidea, lo se genera una ausencia de soporte óseo de la lesión. Sobre la
base de esta cuantificación, crearon un paradigma de tratamiento, clasificando
los hallazgos en cuatro tipos de pacientes, según los defectos glenoideos (<
o >25%) y el tipo de lesión de Hill-Sachs (on-track vs. off-track)
(Tablas 1 y 2). De acuerdo con esta categorización, se propone la decisión
terapéutica, desde cirugía de Bankart artroscópica hasta cirugía de Latarjet.
La recomendación de los autores es convertir las lesiones de Hill-Sachs de off-track a on-track, con procedimientos, como injertos óseos o remplissage para recuperar la
estabilidad.23
Más
adelante, en 2015, Shaha y cols. realizaron un estudio en una población
militar, y hallaron que los defectos <20% tratados con estabilización
mediante la cirugía de Bankart pueden tener desenlaces funcionales poco
satisfactorios. De acuerdo con un análisis por cuartiles según la pérdida ósea,
definieron a los defectos >13,5% como “subcríticos” en la población activa
con alta demanda funcional.24 Este concepto de defectos subcríticos
pone en duda el límite previo del 20% para recomendar procedimientos de
estabilización ósea y resalta la necesidad de evaluar el entorno funcional y la
demanda deportiva del paciente. Esto sería replanteado por el grupo de Yamamoto
y cols., en 2019, quienes, al evaluar una población civil de pacientes jóvenes
deportistas o con alta demanda funcional, definen una pérdida ósea glenoidea
subcrítica como aquella de entre el 17% y el 25%.25
2016-2021 La influencia no francesa inclina la
balanza
A partir
de 2016, dos estudios se enfocaron en evaluar la asociación de los defectos
óseos medidos en imágenes con la evolución natural de la inestabilidad y su
impacto clínico funcional. McNeil y cols. llevaron a cabo un análisis de la
pérdida ósea glenoidea por atrición, y hallaron que aumenta con la duración de
los síntomas de inestabilidad.26 Por su parte, Wolke y cols.
hallaron una relación entre los hallazgos en las imágenes y la pérdida ósea
cuantificada con los puntajes funcionales para escalas específicas de
funcionalidad del hombro y calidad de vida (WOSI, Rowe, SSV).27 Tres años más tarde,
Dickens y cols. publican uno de los primeros estudios que evalúa el impacto de
la evolución natural de la inestabilidad del hombro en los defectos óseos. Los
autores identifican que, después de un primer episodio de luxación, se puede
generar una pérdida ósea del 6,8% en el reborde anterior de la glenoides.
Teniendo en cuenta el impacto de los defectos óseos en la inestabilidad, el
estudio sugiere considerar la estabilización quirúrgica temprana en una
población joven y deportista.28
A partir
de 2017, varios autores se cuestionaron la fiabilidad de las estrategias de
medición tomográfica o artroscópica de los defectos óseos. Moroder y cols.
plantearon que hay una falta de estandarización de protocolos de toma y
medición de imágenes tomográficas para cuantificar los defectos glenoideos.29
Más adelante, en 2019, Funakoshi y cols. explicaron que existe una discordancia
entre los cálculos de los defectos bipolares en la planificación quirúrgica con
tomografía y los hallazgos intraoperatorios por artroscopia.30 Por su parte,
tras una revisión bibliográfica sistemática, Gowd y cols. detectaron una
inconsistencia en el análisis de las lesiones de Hill-Sachs, observaron que
solo el 3,2% de los estudios cuantifica los defectos humerales.31 En
2019, Yamamoto y cols. plantearon el nuevo concepto de lesiones on-track. En su análisis, dividen la
pista glenoidea en cuatro zonas. Según los autores, las lesiones de Hill-Sachs
periféricas, que ocupan más del 75% de la pista glenoidea, tienen peores
desenlaces funcionales.32
A finales
de 2020, se publicó uno de los estudios fundamentales para modificar el
entendimiento y las decisiones terapéuticas en la inestabilidad del hombro.
Complementando la corriente de Boileau dada por la escala ISIS con el concepto
de la pista glenoidea, Di Giacomo y cols. propusieron la escala GTIMS (Glenoid Track Instability Management Score)
(Tabla 3), un nuevo algoritmo de tratamiento que combina el concepto del track glenoideo con los factores de riesgo de la escala ISIS,
utilizando imágenes avanzadas de tomografía. Con este nuevo instrumento, se
obtiene una indicación de tratamiento más conservador que con la escala ISIS,
la cual recomienda dos veces más cirugías de Latarjet, con desenlaces clínicos
igualmente satisfactorios.33
También,
en 2020, Rossi y cols. publican un consenso de expertos efectuado con la
técnica de Delphi sobre el manejo de la inestabilidad glenohumeral con pérdida
ósea asociada. El consenso concluye en que un antecedente de inestabilidad
recurrente y cirugía de tejidos blandos fallida obliga a sospechar defectos
óseos. Además, para los expertos, la imagen de elección para su estudio es la
TC 3D utilizando la vista “en face” como el método más preciso para la medición
de la glenoides. A diferencia de esto, señalan que las lesiones de Hill-Sachs
aun hasta esta fecha son poco cuantificadas y clasificadas. Finalmente,
recomiendan el procedimiento de estabilización ósea para defectos glenoideos
>20%.34
Finalmente,
Yamamoto y cols. enuncian el concepto de la pista central o pista periférica (central track y peripheral track), subdividiendo la pista glenoidea en cuatro zonas
que incluyen la ocupación del Hill-Sachs en la pista. Para las lesiones dentro de la pista a nivel de su
configuración central, proponen el tratamiento con la cirugía artroscópica de
Bankart, dada la baja probabilidad de ser enganchantes. Por otro lado, los
defectos que ocurren dentro de la pista, pero en su porción periférica y si el
paciente es deportista de contacto, se recomienda la estabilización con la cirugía
de Latarjet o el remplissage. Sin
embargo, si el paciente realiza alguna práctica deportiva que no tiene
contacto, la estabilización artroscópica con la cirugía de Bankart sería la
opción ideal para el tratamiento. Esta recomendación se basa en los peores
resultados en escala WOSI sin inestabilidad recurrente para pacientes con
lesiones periféricas dentro de la pista glenoidea (ocupación ≥75% de la pista
glenoidea).32
Conclusiones
Las
luxaciones de hombro pueden generar defectos óseos glenohumerales que se
asocian con importantes síntomas de inestabilidad. Durante las últimas dos
décadas, múltiples autores han realizado aportes significativos sobre estos
defectos, los que permitieron modificar tanto el abordaje de los pacientes,
como las opciones terapéuticas y sus resultados posoperatorios. En la
actualidad, sabemos que la TC 3D y la artroscopia son herramientas
indispensables para la evaluación de defectos óseos, si bien aún no existe un
método perfecto para cuantificarlos. Así mismo, la introducción de la
categorización de las lesiones de Hill-Sachs como on-track u off-track, nos
otorga un paradigma de tratamiento para guiar las decisiones terapéuticas
quirúrgicas. En general, todos los aportes apuntan hacia una idea en común, en
la cual se concluye en que el tratamiento se debe orientar de manera holística
e individual para cada paciente, según su edad, entorno funcional, demanda deportiva
y defecto óseo glenohumeral.
La
bibliografía actual se inclina hacia el tratamiento dirigido por la medición
objetiva de los defectos glenoideos, y hay una tendencia a la especialización
del diagnóstico y el tratamiento. Finalmente, el trayecto evolutivo no ha sido
del todo fácil, presentó contraposiciones entre corrientes importantes, como el
caso de la escuela francesa defensora de la cirugía de Latarjet, la cual ha
sido atacada por la influencia americana.
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ORCID de D.
Gutiérrez-Zúñiga: https://orcid.org/0000-0001-6852-0350
ORCID de F.
Valbuena-Bernal: https://orcid.org/0000-0002-1993-3797
ORCID de N. Visbal-Otero: https://orcid.org/0000-0003-1766-4500
Recibido el
14-2-2022. Aceptado luego de la evaluación el 2-7-2022 • Dr. Alejandro Mejía-Grueso • amejiag.ortopedia@gmail.com
• https://orcid.org/0000-0001-8926-9724
Cómo citar este
artículo: Mejía-Grueso A, Gutiérrez-Zúñiga D, Visbal-Otero N, Valbuena-Bernal F.
Defectos óseos glenohumerales: Un recorrido por los avances diagnósticos y
terapéuticos durante los últimos 20 años. Rev
Asoc Argent Ortop Traumatol 2022;87(4):570-578. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2022.87.4.1518
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2022.87.4.1518
Fecha de publicación: Agosto, 2022
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2022, Revista de la
Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Licencia: Este artículo está bajo una Licencia
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