INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Lesiones traumáticas
en la mano por el uso de amoladora. Un problema en nuestro medio
Fernando
J. Taboadela, Daniela Mantella Gorosito, Augusto Corti, Martín Francese,
Florencia Borre, Marcelo Maquieira, Jésica Presas, Ayelén Menéndez, Jaime Duque
Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital Interzonal General
de Agudos “Prof. Dr. Luis Güemes”, Haedo, Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
Introducción: Las lesiones en las manos causadas por
amoladora son comunes y generalmente ocurren en adultos jóvenes. En países en
desarrollo, el ámbito doméstico y el trabajo informal son los escenarios más
frecuentes. El objetivo de este estudio fue describir factores asociados a las
lesiones por amoladora, y cuantificar y clasificar las heridas, según la
gravedad y la región anatómica de la mano involucrada. Materiales y Métodos: Se realizó un estudio epidemiológico,
retrospectivo. Entre 2016 y 2020, estudiamos a los pacientes con heridas de
mano causadas por amoladora. Se analizaron el nivel educativo, la experiencia
con la herramienta, el material cortado, el uso de equipo de protección
personal, la edad y el sexo. Para determinar el patrón de las lesiones se
realizó un análisis clínico-anatómico y radiológico detallado e
individualizado. La gravedad fue evaluada con el Hand Injury Severity Score. Resultados:
Se evaluó a 928 pacientes (920 hombres y 8 mujeres, edad promedio 42 años).
Solo el 22,4% usaba equipo de protección personal en el momento del accidente.
El 84,5% (776 casos) realizaba tareas inusuales para la que esta herramienta no
fue diseñada. La mano más afectada fue la izquierda (62,06%). En 784 pacientes,
las heridas involucraban los dedos, el patrón de asociación predominante fue
entre el 2do y 3er dedo (54,44%). Las lesiones fueron leves (24,1%), moderadas
(41,3%), graves (26%) y mayores (8,6%). Conclusiones:
Las lesiones por amoladora pueden resultar devastadoras. Una actualización
epidemiológica reforzaría la necesidad de desarrollar métodos preventivos con
el fin de disminuir su alta incidencia.
Palabras clave: Amoladora; lesiones traumáticas; mano;
epidemiología.
Nivel de Evidencia: IV
Traumatic Injuries to the Hand From the Use of an Angle Grinder. A Problem in Our Field
ABSTRACT
Introduction: Hand injuries caused by angle
grinders are frequent and generally take place among young adults. In
developing countries, the domestic and informal work environments are the most
frequent places where this could happen. The present study is aimed at
describing associated factors to these types of injuries. Lesions were
quantified and classified according to the severity and anatomic region of the
hand involved. Methods: An
epidemiologic, retrospective study was performed between 2016 and 2020. The
patients’ level of education, previous experience using the machine, use of
personal protective equipment (PPE), sex, and age were analyzed. To determine
the pattern of the injuries, a clinical-anatomical and a detailed and
individualized radiological analysis were performed on each patient. The severity
was measured using the “Hand Injury Severity Score” (HISS). Results: 928 patients were studied (920
men, 8 women, average age of 42 years [range 18-67]). Only 22.4% were wearing
PPE at the time of the accident. 776 participants were performing tasks for
which the tool was not intended (84.5%). The left hand was the most affected
(60%). In 784 patients, the injuries involved their fingers (84.48%); the
predominant pattern was the index and middle finger (55%). According to the
HISS, 24.1% were minor injuries, 41.3% were moderate, 26% were serious, and
8.6% were severe. Conclusions:
Injuries caused by an angle grinder can be devastating. We believe that an
epidemiological update is likely to increase the need to develop preventive
methods to decrease its high incidence.
Key words: Angle grinder; traumatic injuries;
hand; epidemiology.
Level of Evidence: IV
Introducción
Las lesiones en las manos causadas por amoladora son comunes y,
por lo general, ocurren en adultos jóvenes. Se caracterizan por una extensión y
distribución muy variables. Estas lesiones tienen un impacto significativo en
las actividades de la vida diaria, así como en las funciones físicas, que
afectan los aspectos socioeconómicos.1
Además de ocurrir en un contexto laboral también se producen
durante diferentes actividades de la vida cotidiana. En los países en vías de
desarrollo, el ámbito doméstico y el trabajo informal son los escenarios más
frecuentes. El subregistro de este tipo de heridas es común debido a la alta
tasa de desempleo, la insuficiencia de la ley de seguridad y salud en el
trabajo.2,3
El uso de herramientas disfuncionales, la ausencia de equipos de
protección personal (EPP), la distracción, la fatiga y la realización de tareas
inusuales se asocian con lesiones graves e incapacitantes.4 Un
reporte de casos australiano de 2003 indicó que menos del 5% de los pacientes
que acudieron con heridas por amoladora comunicaron que usaban el EPP adecuado.5
En nuestra región, la amoladora se asocia con una de las tasas más
altas de heridas por horas de uso.6
En 2004, Frank y cols. describieron las lesiones en la mano
producidas por el uso de la sierra circular, con un interesante análisis del
que se desprende que las lesiones más frecuentes afectan a los dedos, en
general, al menos dos de ellos, con predominio del pulgar y el índice. A su
vez, con el incremento del número de dedos afectados, el nivel de la lesión se
acercó más a la falange proximal. En la mayoría de los casos en los que hubo
amputación de un dedo, se observaron afecciones de los dedos adyacentes.7
Realizamos una amplia búsqueda bibliográfica y no logramos hallar
un estudio que describa, en detalle, el espectro de lesiones ocasionadas por
amoladora y aún quedan interrogantes sobre cuáles son los factores de riesgo
modificables en los que debería enfocarse el desarrollo de medidas preventivas.
El gran número de pacientes que ingresan en nuestro hospital con
heridas causadas por esta herramienta y la amplia variedad de patrones de
lesión que tratamos nos motivó a emprender este estudio.
Objetivo
Nos propusimos describir factores asociados a las lesiones por
amoladora, y cuantificar y clasificar las heridas, según la región anatómica de
la mano involucrada y la gravedad.
Materiales y Métodos
Se realizó un estudio retrospectivo de tipo descriptivo de cohorte
transversal. Entre 2016 y 2020, se registraron todos los pacientes que
ingresaron en el Servicio de Emergencia de nuestro hospital con heridas de mano
causadas por una amoladora. Los criterios de inclusión fueron: lesiones agudas
causadas por amoladora, en un ámbito doméstico o de trabajo informal, que hayan
afectado la(s) mano(s) y el(os) dedo(s), entendiendo la zona del cuerpo por
estudiar como la región anatómica distal a una línea imaginaria entre las
eminencias de los huesos carpianos, pisiforme y escafoides. Se excluyó a los
pacientes con heridas producidas por otra causa, que hayan comprometido otra
región anatómica, lesiones con más de siete días de evolución, trabajadores en
un ámbito regulado bajo normas de bioseguridad y aquellos sin registro de
contacto o con datos filiatorios insuficientes.
Todos los pacientes incluidos en el estudio estaban en la base de
datos de nuestro hospital, y fueron contactados y notificados sobre su
participación. Se diseñó un consentimiento informado para su registro y se
confeccionó un cuestionario con preguntas básicas del cual se desprendieron las
siguientes variables para analizar: edad, sexo, nivel educativo, hora y lugar
del incidente, antecedentes en el uso de esta herramienta, material cortado y
uso de elementos de protección en el momento del accidente. Otras variables
analizadas fueron los patrones de lesión y su gravedad. Para determinar el tipo
y el patrón de las lesiones se realizó un análisis clínico-anatómico y
radiológico detallado e individualizado.
La gravedad de las lesiones se evaluó con el Hand Injury Severity Score (HISS) (Tablas 1 y 2).8 Este
sistema evalúa el daño en la piel, en las estructuras musculoesqueléticas y
neurales. Se calculó para cada caso y se agruparon como: lesión menor (HISS
<20), moderada (HISS 21-50), grave (HISS 51-100) o mayor (HISS >101).
Según el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación,9
el EPP que un trabajador debería usar para este tipo de labor es: calzado de
protección, guantes, casco, antiparras e indumentaria de protección adecuada a
cortes. Puesto que las manos son la región anatómica involucrada en este
estudio consideramos únicamente el uso de guantes al referirnos al EPP en
nuestros pacientes.
Resultados
De un total de 1062 pacientes, 134 no pudieron ser contactados por
lo que fueron excluidos del estudio, 928 cumplieron con los criterios de
inclusión, eran 920 hombres (99,13%) y ocho mujeres (0,86%), con una media de la
edad de 42 años (rango 18-67).
La mayoría refirió que estaba cortando madera en el momento del
accidente (84,5%), marcando una amplia diferencia con el resto de los
materiales (metales 12,1% y cerámica 3,4%). Solo el 22,4% declaró usar EPP
cuando sufrió el accidente, mientras que los restantes no utilizaban
protección.
Con respecto al nivel educativo, solo 46
pacientes contaba con estudios universitarios o terciarios (4,96%), 375
no tenían estudios secundarios completos (40,41%) y 415 sí los habían finalizado
(44,72%), 91 pacientes habían completado sus estudios primarios (9,81%) y solo
uno era analfabeto (0,1%).
En el interrogatorio, el 25,9% de los encuestados refirió haber
usado la amoladora por primera vez, mientras que el resto aseguró que la había
utilizado antes. Al analizar los registros horarios se observó que un gran
número de los accidentes (72,4%) ocurrió durante la tarde (entre las 12:00 y
las 20:00). El día con mayor incidencia, en nuestro estudio, fue el viernes
(27,6%) (Figuras 1 y 2).
El 36,21% (336 pacientes) se había lesionado la mano derecha; el
62,07% (576 casos), la mano izquierda y el 1,72 (16 pacientes), ambas manos. El
84,48% de las lesiones (784) involucraban los dedos, en 448 de estas (48,27%)
solo estaba afectado un dedo, y hubo un predominio del pulgar (57,14%), seguido
del índice (35,7%) (Figura 3).
En 336 casos, había más de un dedo afectado (36,2%), la
combinación de dos dedos fue la de mayor presentación (52,38%). El 13,8% (128
pacientes) tenía cuatro dedos involucrados por el accidente (Figura 4), y solo
32 (3,45%) sufrieron heridas en tres dedos. No hubo casos con compromiso de los
cinco dedos. El patrón predominante resultó ser la asociación entre el 2.do y
3.er dedo (54,44%). El resto de las combinaciones no mostraron diferencias
significativas en la frecuencia de presentación (Figura 5).
Las amputaciones traumáticas solo afectaron a los dedos, y
representaron el 15,51% (144 pacientes). El tercer dedo fue el más prevalente
(41,67%), y el nivel de amputación fue mayor en F2 para este dedo (60%) (Figura
6).
Del total de pacientes registrados, 240 sufrieron fracturas de, al
menos, un hueso, todas se consideraron expuestas. Nuestros hallazgos demuestran
que el compromiso óseo de los dedos 2.° y 1.°, en
orden de frecuencia, fue el más prevalente (Tabla 3). En el dedo índice,
predominó el compromiso de la F2 (75,53%) mientras que, en el pulgar, el de la
F1 (80,5%). Los huesos metacarpianos estaban afectados en el 3,45% de los
heridos y no hubo diferencias entre la frecuencia de presentación.
En cuanto a la gravedad de las lesiones, se tuvo en cuenta el
puntaje HISS al evaluar el compromiso de cada herida, incluyendo las lesiones
tendinosas (se hallaron 659 lesiones: 371 comprometían tendones extensores y
288, tendones flexores), el compromiso tanto neurológico como vascular (96 y 32
casos, respectivamente) y si la lesión era en la mano o solo de los dedos. Se
determinó que el 24,1% eran lesiones leves; el 48,3%, lesiones moderadas; el
19%, graves y el 8,6%, mayores.
Discusión
Las lesiones de la mano adquieren gran importancia, porque es una
región anatómica de excepcional valor, por su utilización en casi todas las
profesiones y ocupaciones.10
Según nuestros hallazgos, encontramos algunas similitudes y
diferencias con la bibliografía respecto al patrón de las lesiones. En
concordancia con lo descrito por Frank y cols., la mano lesionada con más
frecuencia fue la izquierda (62,02%).7 A su vez, cuando había compromiso de los
dedos, en forma aislada, el más afectado era el pulgar, seguido del índice.
Encontramos una diferencia en el patrón de lesión prevalente, en su
investigación, la asociación entre el primero y segundo dedo fue la más
frecuente. Sin embargo, en nuestro estudio, la asociación entre el segundo y
tercer dedo resultó la combinación prevalente.
En cuanto a la gravedad de las lesiones, predominaron las
moderadas (48,3%). Las graves (19,0%) y las mayores (8,6%) en conjunto con las
moderadas superan ampliamente en porcentaje a las lesiones leves (24,1%), lo
que nos permite confirmar que las lesiones producidas por esta herramienta
resultan, en su mayoría, incapacitantes para el paciente.11
Los factores temporales y transitorios (incluidos la hora y el
momento del día) pueden combinarse en diferentes condiciones para desencadenar
sinérgicamente una lesión. Según la bibliografía, la mayor frecuencia de
lesiones ocurrió durante la mañana (entre las 8:00 y las 12:00),12
pero, en nuestro estudio, la franja horaria más frecuente fue durante la tarde
(entre las 12:00 y las 20:00).
Tal como lo describen Chow y cols. o Ribak y cols., la mayoría de
los accidentes se produjo entre el lunes y el viernes, con un marcado descenso
el sábado y el domingo.13,14
En cuanto a los EPP, hay controversia entre los autores sobre la
eficacia de su uso, debido a los diferentes mecanismos y tipos de heridas. Por
su parte, Sorock y cols.15 sostienen que la implementación del uso
de guantes logró reducir el riesgo relativo de daños en la mano hasta un 60%, y
que su uso se identificó como un factor de protección significativo. Por el
contrario, otros autores actuales aseveran que su uso podría causar incomodidad
al manipular la herramienta y asociarse con un riesgo elevado de lesión.16
Stewart y cols.17 afirman que los guantes tienen un factor protector
para lesiones menores, pero no evitan lesiones de mayor gravedad. Solo el 22,4%
de nuestros pacientes refirió utilizar EPP en el momento del accidente y
sufrieron de las más diversas lesiones, las leves fueron las menos frecuentes
(30,7%).
Una amoladora es una herramienta eléctrica que se usa para cortar,
reducir el tamaño o pulir varios elementos, como piedra, hormigón, metal,
madera y cerámica, entre otras. La amoladora tiene un disco que gira entre 6000
y 15.000 veces por minuto. Cuando se usa de forma incorrecta, puede producir
traumatismos graves.6 Utilizar equipos inusuales para la tarea que se está
realizando es un factor de riesgo transitorio.18 Es importante
recalcar que el uso de una herramienta como la amoladora en trabajos para los
que no fue diseñada es uno de los factores de riesgo más importantes que
encontramos. El patrón que se repitió por excelencia fue el empleo de la
amoladora para cortar madera o leña, y fue la principal causa para generar todo
tipo de lesiones. Estas ocurren debido a un “retroceso” del disco desde la
superficie, lo que hace que la hoja afilada llegue directamente al usuario.
Además, un operador inexperto puede elegir el disco incorrecto para el tipo de
sustrato que se corta, lo que aumenta aún más el riesgo de accidentes.19,20
Asimismo, destacamos que el uso de un disco de tamaño inadecuado, desgastado o
astillado aumenta la probabilidad de que este se rompa o se trabe.21
Las fortalezas de nuestro estudio son el tamaño de la muestra y el
detallado registro de los patrones de lesión. Por el contrario, las debilidades
son su carácter retrospectivo y también la heterogeneidad de las variables
analizadas.
Conclusiones
En nuestro medio, las lesiones por amoladora son frecuentes y
pueden resultar devastadoras. En este estudio, el 84,5% de los pacientes estaba
cortando madera o leña cuando sufrió el accidente. El fácil acceso a esta
herramienta y a sus diversos discos, así como la insistencia por parte de los
usuarios en utilizarla para cortar este material, son factores clave en la
producción de lesiones.
Creemos que una actualización epidemiológica reforzaría la
necesidad de desarrollar métodos preventivos y proporcionar una mayor
capacitación a los usuarios con el fin de disminuir su alta incidencia.
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PMID: 2818547
ORCID de D. Mantella Gorosito: https://orcid.org/0000-0003-1098-9070
ORCID de M. Maquieira: https://orcid.org/0000-0003-3374-2644
ORCID de A. Corti: https://orcid.org/0000-0003-1954-0894
ORCID de J. Presas: https://orcid.org/0000-0002-4381-5723
ORCID de M. Francese: https://orcid.org/0000-0002-3346-0420
ORCID de A. Menéndez: https://orcid.org/0000-0002-3052-2788
ORCID de F. Borre: https://orcid.org/0000-0003-0799-1647
ORCID de J. Duque: https://orcid.org/0000-0002-5723-0814
Recibido el 18-1-2022. Aceptado
luego de la evaluación el 6-2-2022 • Dr.
Fernando J. Taboadela • fernando.taboadela@hotmail.com
• https://orcid.org/0000-0003-4468-016X
Cómo citar este artículo: Taboadela FJ, Mantella Gorosito
D, Corti A, Francese M, Borre F, Maquieira M, Presas J, Menéndez A, Duque J.
Lesiones traumáticas en la mano por el uso de amoladora. Un problema en nuestro
medio. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol
2022;87(2):197-206. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2022.87.2.1497
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2022.87.2.1497
Fecha de publicación: Abril, 2022
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2022, Revista de la
Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
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