PRESENTACIÓN DE CASOS
Quiste óseo aneurismático
vertebral agresivo: presentación de un caso y revisión bibliográfica
José F. Baigorria,
Micaela Besse, José A. Rosado Pardo, Alejandro Steverlynck, Aníbal J. Sarotto
Servicio
de Ortopedia y Traumatología, Sanatorio Victorio Franchín, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
Introducción: El quiste óseo aneurismático es una lesión seudotumoral lítica,
expansiva, compuesta por espacios llenos de sangre separados por tabiques.
Representa el 15% de los tumores primarios en la columna, y su presentación de
comportamiento agresivo es aún más infrecuente. Se han descrito diferentes
opciones terapéuticas en función de su estadio y tasa de recurrencia.
Presentamos a un paciente con compromiso neurológico secundario a un quiste
óseo aneurismático en la columna torácica, de comportamiento agresivo, que
requirió resolución quirúrgica. Conclusión:
Las opciones de tratamiento del quiste óseo aneurismático se deben adecuar a
cada caso en particular, según sus características.
Palabras clave: Quiste óseo aneurismático; columna torácica; mielopatía.
Nivel de Evidencia: IV
Aggressive Aneurysmal Bone
Cyst of the Spine. Case report and Literature Review
ABSTRACT
Introduction: An aneurysmal bone cyst is
an expansive, lytic, pseudotumoral lesion that
consists of blood-filled spaces separated by septa. It represents 15% of
primary spinal tumors. An aggressive presentation is even rarer. Different
therapeutic options are described depending on its stage and recurrence rate.
We present the case of a patient with neurological involvement due to the
aggressive behavior of an aneurysmal bone cyst in the thoracic spine, which
required surgical treatment. Conclusion:
Treatment options for aneurysmal bone cysts must adapt to each case, depending
on its characteristics.
Keywords: Aneurysmal bone cyst;
thoracic spine; myelopathy.
Level of Evidence: IV
INTRODUCCIÓN
El quiste
óseo aneurismático (QOA) fue descrito, por primera vez, por Jaffe y
Lichtenstein, en 1942, como una lesión intraósea y osteolítica, diferenciándolo
de hemangiomas y otros tumores de células gigantes.1 Se trata de una lesión
ósea seudotumoral lítica, expansiva, compuesta por espacios llenos de sangre
separados por tabiques de tejido conectivo formados por tejido óseo reactivo,
fibroblastos y células gigantes de tipo osteoclasto.2
El QOA
forma parte de los tumores benignos y representa entre el 1% y el 1,4% de todos
los tumores óseos primarios.3 La mayoría de los casos se han
identificado en las primeras dos décadas de la vida; es infrecuente hallarlos
después de los 30 años. Representan el 15% de los tumores primarios en la
columna.4
Su
comportamiento puede variar en los distintos estadios, desde latente hasta
agresivo, como describió Enneking,5 de tal
forma que su presentación clínica puede implicar desde un hallazgo
imagenológico hasta síntomas compresivos, como dolor, déficit neurológico,
inestabilidad espinal o deformidad.6
Los estudios complementarios revelan imágenes
patognomónicas de niveles “líquido-líquido”. El diagnóstico definitivo se
obtiene mediante biopsia. Se han descrito diferentes opciones terapéuticas
según su comportamiento, ubicación y tasa de recurrencia.
Debido a
que existen pocos reportes de casos de QOA agresivos en la columna, los
algoritmos de diagnóstico y tratamiento siguen siendo controvertidos y
variables. Como tratamientos, se han propuesto desde el curetaje simple, con
injerto óseo o sin él, la inyección de un agente fibrosante, la cirugía de
resección completa, la radioterapia y la embolización arterial selectiva hasta
la combinación de estas metodologías.7
Aunque
los resultados terapéuticos suelen ser buenos, en todos los protocolos de
terapia, se describe la recidiva local, la que no se puede predecir con
exactitud, ya que, en la bibliografía, estas tasas son muy variables, incluso
alcanzan cifras de hasta el 25%.8
Presentamos
el caso de un paciente con diagnóstico de QOA vertebral de comportamiento
agresivo, con síntomas de lesión medular, tratado mediante abordaje quirúrgico.
CASO CLÍNICO
Hombre de
32 años, sin antecedentes clínicos ni quirúrgicos de relevancia, que consulta
en nuestra institución por dorsalgia de un mes de evolución. No refiere
antecedentes traumáticos.
La
anamnesis y el examen físico revelaron hipoestesias en ambos pies, parestesias
y clonus aquileano en miembros inferiores. La fuerza se hallaba disminuida, 4/5
según la escala MRC (Medical Research
Council) de fuerza muscular.9
Al
ingreso se solicitaron estudios por imágenes. La radiografía evidenció el signo
del “guiño del búho” a nivel de la décima vértebra torácica (T10) (Figura 1).
La
tomografía computarizada mostró una imagen lítica expansiva, con rotura de la
cortical, que comprometía el pedículo, la apófisis transversa, el arco
posterior a predominio derecho y el cuerpo de T10 (<50%) (Figura 2).
En la
resonancia magnética de columna torácica, se identificó la misma lesión
expansiva, con contenido líquido y con extensión al canal torácico, lo que
generaba compresión medular y estenosis del canal, sin permitir el pasaje de
líquido cefalorraquídeo (Figura 3).
Los
potenciales evocados evidenciaron afectación de vías somatosensitivas en el
segmento torácico inferior/ unión toracolumbar.
Se
realizó una punción-biopsia bajo guía tomográfica mediante un acceso pedicular
de T10 derecho; se obtuvieron 3 cm3 de material hemático para el
estudio citológico y un fragmento de taco óseo para el estudio histológico. No
hubo complicaciones durante el procedimiento. En los cortes histológicos de
todas las muestras, se observaron tabiques fibrosos con hueso reticular,
células mononucleares ovales y fusiformes sin atipias, y células gigantes tipo
osteoclasto, lo que llevó al diagnóstico final de QOA (Figura 4).
Sobre la
base del diagnóstico y la clínica del paciente, se optó por adoptar una
conducta quirúrgica. Se realizó una angiografía medular digital bajo anestesia
general (Figura 5), la cual evidenció hipervascularización dependiente de T10
derecha. En el mismo acto, se efectuó un tratamiento endovascular de embolización con emboesferas.
A las 24
h, se llevó a cabo la cirugía, que consistió en la exéresis extendida del arco
posterior de T10. Se practicó un extenso curetaje, fresado y fenolización de la
cavidad. Se halló manguito tumoral peridural embolizado, el cual se resecó
(Figura 6).
Finalmente,
se estabilizó mediante la implantación de barras y tornillos pediculares de T9
a T11 (Figura 7).
Con buena
evolución y sin progresión del déficit neurológico, el paciente fue dado de
alta a los 4 días. A los 6 meses de la cirugía, el paciente deambula sin
limitaciones, y la fuerza muscular ha mejorado, sin progresión del déficit
neurológico en el examen de seguimiento clínico.
DISCUSIÓN
El QOA se
incluye dentro del grupo de tumores óseos primarios benignos. Si bien su
histología así lo define, el QOA puede presentar un comportamiento que deriva
en un crecimiento rápido, con destrucción local. Es una lesión muy
vascularizada compuesta por cavidades de contenido hemático, separadas por
tabiques de tejido conjuntivo, y está rodeada por una capa de hueso cortical,
con la potencial capacidad de expandirse.10
Los
sitios comunes de aparición son fémur, tibia, húmero, columna, pelvis,
mandíbula, clavícula, costillas y huesos de manos y pies. En la columna vertebral,
la región cervical se ve comprometida en el 30-40% de los casos, la columna
torácica, en el 25-50% y el segmento lumbar, en el 40-45%.11 Por lo
general, se origina en los elementos óseos posteriores; el cuerpo vertebral es
un sitio menos frecuente de compromiso.
La causa
del QOA no está resuelta hasta el momento, aunque se han propuesto diferentes
hipótesis, las que incluyen el desarrollo de una hemorragia subperióstica
postraumática, una alteración vascular del hueso o una hemorragia en una lesión
preexistente.12
Tal como
se presentó en nuestro caso, el motivo de consulta más frecuente referido por
el paciente es el dolor local.13 Los síntomas neurológicos
sobrevienen por el desarrollo y el comportamiento agresivo expansivo de la
lesión.
Los estudios
por imágenes constituyen un pilar fundamental en el proceso diagnóstico del
QOA, ya que presentan rasgos característicos. El aspecto lítico, de carácter
expansivo, con niveles líquido-líquido, son hallazgos patognomónicos. El paso
siguiente será la punción-biopsia, que confirmará el resultado de la
histopatología.14
El
tratamiento del QOA continúa siendo un tema de controversia, debido a la falta
de pautas definidas. Se han descrito múltiples opciones, para ser empleadas en forma única o combinadas, que incluyen el curetaje con
injerto óseo o sin él, la tumorectomía completa, la embolización selectiva
preoperatoria, la radioterapia, la quimioterapia y las inyecciones
intralesionales.15
El
curetaje con aporte de injerto óseo tiene una tasa de recurrencia del 20%, por
lo que requiere una escisión más agresiva. Considerar siempre la estabilización
quirúrgica si se desarrolla una deformidad posoperatoria o por el grado de
resección ósea.16
La
radioterapia como opción queda hoy reservada para pacientes con alto riesgo de
no tolerar una cirugía o para aquellos que no responden al tratamiento
quirúrgico, más aún considerando los riesgos potenciales de mielopatía
posradiación o transformación sarcomatosa.17,18
Dentro de
las opciones de quimioterapia, se menciona el denosumab, un anticuerpo
monoclonal humano que se une al activador del receptor de citocinas del ligando
del factor nuclear kappa B. De este modo, previene la acción de los agonistas
que actúan a través de los receptores RANKL y evita la posterior activación y
proliferación de los osteoclastos. Si bien los reportes en casos de QOA son
limitados, la quimioterapia ha sido considerada una opción válida de
tratamiento para aquellos QOA sintomáticos no susceptibles de ser abordados
quirúrgicamente o que han presentado recidivas frecuentes.19,20
Las
inyecciones intralesionales de calcitonina, esteroides, médula ósea
concentrada, entre otras opciones, se mencionan en la bibliografía actual,
mayormente en informes o series de casos. Si bien estas representan un método
percutáneo con escasas complicaciones y efectos adversos, las publicaciones
evidencian resultados variables, en los que predomina la remisión parcial.21,22
Por
último, frente a grandes tumores hipervasculares con alto riesgo de hemorragia,
se debe considerar la embolización selectiva preoperatoria. Nuestro paciente
fue sometido a este procedimiento como parte del tratamiento preoperatorio. En
los últimos años, la embolización se ha preferido como primera opción cuando el
diagnóstico es seguro, técnicamente factible y existe la posibilidad de
intervención quirúrgica dentro de las 24-48 h posteriores. Se han informado
tasas de curación cercanas al 87% con esta estrategia.23,24
En este
caso, se realizó un curetaje agresivo con vaciado de la lesión, asociado a
fenolización del lecho como método local. Se asoció con la descompresión amplia
del arco posterior, por lo cual fue imperiosa la necesidad de fusión
instrumentada. La embolización digital preoperatoria fue sumamente útil, no
solo contribuyó al tratamiento posterior, sino que sirvió también para prevenir
un sangrado masivo intraoperatorio, ya que el paciente presentaba un árbol
vascular peridural extenso totalmente trombosado, que se podía observar en la
resonancia preoperatoria.
CONCLUSIONES
El QOA es
un tumor benigno con potencial para comportarse agresivamente y con riesgo
considerable de recurrencia local. Si bien son numerosas las opciones de
tratamiento, estas se deben adecuar a cada caso en particular, teniendo en
consideración las características del quiste.
Se
concluye que, en este caso, fue necesario el tratamiento quirúrgico, en
concordancia con los hallazgos clínicos, los resultados de estudios
complementarios y el estadio tumoral.
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ORCID de M. Besse: https://orcid.org/0000-0002-4388-1384
ORCID de A. Steverlynck: https://orcid.org/0000-0003-1968-4572
ORCID de J. A. Rosado
Pardo: https://orcid.org/0000-0001-8467-3453
ORCID de A. J.
Sarotto: https://orcid.org/0000-0002-2199-5524
Recibido el
25-11-2021. Aceptado luego de la evaluación el 17-1-2022 • Dr. José F. Baigorria • jfbaigorria@gmail.com • https://orcid.org/0000-0002-3453-2246
Cómo citar este
artículo: Baigorria JF, Besse M, Rosado Pardo JA, Steverlynck A, Sarotto AJ.
Quiste óseo aneurismático vertebral agresivo: presentación de un caso y
revisión bibliográfica. Rev Asoc Argent
Ortop Traumatol 2022;87(6):804-813. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2022.87.6.1470
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2022.87.6.1470
Fecha de publicación: Diciembre, 2022
Conflicto de intereses: Los autores no declaran
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