ARTÍCULO ESPECIAL
Lesiones de hombro atribuibles a
la aplicación de la vacuna contra la COVID-19
Daniel Moya,* Diego Gómez,* Rufino C. Ruíz,**
Marcela Balzarini,*** Laura Muñoz González#
* Servicio de Ortopedia y
Traumatología, Hospital Británico de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Argentina
**Servicio
de Ortopedia y Traumatología, Sanatorio Dupuytren,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
***Unidad Febril de Urgencia,
Hospital “Bernardino Rivadavia”, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
#Servicio
de Fisiatría, Complejo Asistencial Zamora, Castilla y León, España
Resumen
Las lesiones de
hombro atribuibles a la vacunación son aquellos efectos adversos secundarios a
una inoculación. Su causa más frecuente ha sido la vacunación contra la gripe,
pero la actual campaña masiva por la pandemia de SARS-CoV-2 determina que los
especialistas conozcan este cuadro para un mejor diagnóstico y tratamiento.
Estas lesiones tienen una evolución tórpida y prolongada. Deben notificarse a
las agencias de control sanitario. Su tratamiento se basa en la administración
temprana de corticoides y la rehabilitación.
Palabras clave: COVID-19; bursitis subacromial; vacuna; dolor de hombro.
Nivel de Evidencia: V
Shoulder Injuries Related to COVID-19
Vaccination
Abstract
Shoulder injury
attributable to vaccination (SIRVA) is an adverse event secondary to
inoculation. Its most frequent cause has been vaccination against influenza,
but the current massive campaign against the SARS-CoV-2 pandemic makes it an
injury whose knowledge is of importance for specialists. It includes different
structural lesions and has a torpid and prolonged evolution. SIRVAs must be
reported to the sanitary control agencies. Their treatment is based on the use
of corticosteroids and rehabilitation.
Key words: COVID-19; bursitis; vaccine; shoulder pain.
Level of Evidence: V
Introducción
La
emergencia mundial generada por la irrupción de la pandemia de SARS-CoV-2 ha
determinado la necesidad de una campaña masiva de vacunación con el fin de
lograr la inmunización colectiva rápidamente. Esto conlleva la aplicación
diaria de millones de vacunas en todos los rincones del planeta.1
El lugar
utilizado para la inoculación es el músculo deltoides por tratarse de un área
segura, que permite una buena respuesta inmunológica con bajos efectos
adversos, sin dificultar la deambulación y es un área de fácil exposición para
el paciente.2,3 Sin embargo, no está libre de complicaciones. El
efecto adverso comunicado con más frecuencia, cualquiera sea el tipo de vacuna
aplicada en el hombro, es el dolor en la zona de inoculación.4-9
También puede haber enrojecimiento, picazón, edema, dolor a la palpación,
induración y hematoma.4-12 Todos estos síntomas suelen ser leves y
transitorios, desaparecen en dos o tres días luego de la vacunación.12
En un
porcentaje menor de casos, se produce una sintomatología local severa y
persistente que incluye dolor intenso, pérdida de la movilidad activa y pasiva
e incapacidad funcional. La sigla en inglés que identifica a esta situación es
SIRVA (Shoulder Injury Related to Vaccine
Administration), término con implicancias medicolegales que fue acuñado por
Atanasoff, en 2010.4 No hemos encontrado reportes en español
relacionados con este cuadro. Lo hemos traducido como “Lesiones de Hombro
Atribuibles a la Vacunación” (LHAV).
El
objetivo de esta presentación es brindar información al traumatólogo general
para poder diagnosticar, reportar y tratar adecuadamente estos casos.
Definición
Sería un
error considerar que todo cuadro doloroso localizado en el hombro luego de la
aplicación de una vacuna sea atribuible a esta. Un alto porcentaje de las
personas que reciben la vacuna inyectable contra la gripe informan
sensibilidad, hinchazón y dolor en el lugar de aplicación,4 pero
esto no justifica la calificación de LHAV.
Existe
una definición muy precisa que incluye una serie de condiciones para poder
considerar a una lesión severa como atribuible a la aplicación de una vacuna:13,14
1.
El cuadro
de dolor debe comenzar dentro de las 48 h posteriores a la inoculación.
2.
La
sintomatología debe durar, al menos, siete días desde su comienzo.
3.
El cuadro
incluye la pérdida de la movilidad activa que también se puede acompañar de
disminución de la movilidad pasiva.
4.
La sintomatología
previa inmediata a la inoculación pone en duda la existencia de un evento
atribuible al acto de la vacunación.
Las LHAV
se presentan más comúnmente con bursitis subacromial y subdeltoidea,4-6,8,9-15
y lesiones del manguito rotador.4,5,8,13,15 En cuanto a los tendones
más afectados, se han comunicado lesiones en el supraespinoso, subescapular,
infraespinoso y redondo menor.13,14 Szari y cols.10
describieron un caso de LHAV con imágenes por resonancia magnética de
tendinopatía en los cuatro tendones del manguito rotador y posible tendinopatía
calcificante del redondo menor.
Se han
reportado tendinopatía bicipital,4 sinovitis y derrame glenohumeral,14-16
cuadros de capsulitis adhesiva,5,8,11,16 miositis,16
formación de abscesos estériles intramusculares,15 osteítis,16
acumulación de líquido en el deltoides16 (Figura 1) y en el manguito
rotador,16 artritis erosiva,16 artritis séptica,8
osteomielitis17 y osteonecrosis18.
También
se han publicado informes de lesiones nerviosas que incluyen la rama anterior
del nervio axilar, radiculopatía de C6 y parálisis radial completa.19,20
Se han comunicado casos de síndrome de Parsonage-Turner secundarios a la
vacunación.21
La
experiencia es más limitada con la vacunación contra la COVID-19, porque su
implementación es reciente. Hasta el momento, se han informado dos casos de
bursitis subacromial,12,15 un caso de artritis séptica8 y
cuatro casos de plexitis braquial21. Cabe resaltar que el caso
publicado por Chuaychoosakoon y cols.12 es discutible porque, en las
radiografías, se aprecia una avanzada artrosis glenohumeral previa.
Epidemiología
No se
conoce la tasa exacta de complicaciones locales severas secundarias a la
vacunación en el área del hombro. Indudablemente existe un reporte inferior de
efectos adversos.5,10 Uno de los factores que contribuye a esto es
que el sistema, en la mayoría de los países, se basa en la notificación
voluntaria de sospechas de reacciones adversas por parte de los profesionales
de la salud y de los pacientes, por lo que es difícil medir la incidencia real.
En los
Estados Unidos, existe el National
Vaccine Injury Compensation Program (VICP) que, desde 2010, recibe los
reclamos relacionados con las lesiones presuntamente provocadas por la
vacunación. Según el informe del Vaccine
Adverse Event Reporting System (VAERS) de ese país, entre 2010 y 2016, hubo
1006 informes de disfunción del hombro después de la aplicación de la vacuna
antigripal inactivada en comparación con un estimado de 130 millones de dosis
de esta vacuna administrada cada temporada de gripe en los EE.UU.10
Si bien
el porcentaje es bajísimo, las denuncias se han incrementado progresivamente.
En 2011, se presentaron siete reclamos ante el Programa VICP, mientras que, en
2016, fueron 446.13
La bibliografía
revela que la mayoría de los casos ocurren en mujeres.4,5 Si bien
los reportes corresponden a un amplio rango etario (de 21 meses a 90 años), lo
más frecuente es que se produzca en la edad media de la vida, con un promedio
de alrededor de 50 años.5 El motivo más frecuente es la vacunación
contra la gripe,4,5 pero puede ocurrir después de cualquier tipo de
vacuna aplicada en el hombro.
Casi la
mitad de las personas con lesiones en el hombro informaron que les habían
aplicado la vacuna demasiado alto en el brazo.4 El dolor suele
aparecer en las primeras 48 h posteriores a la vacunación.4,14,19
Mecanismo de la lesión
En la
mayoría de los casos, el cuadro está generado por una técnica inadecuada de
inoculación.3,8,12-15 Se han descrito detalladamente las áreas
seguras de inoculación, el largo adecuado de las agujas según las
características del paciente y otros detalles técnicos.
La
técnica puede fallar a causa de una inoculación muy alta que provoca un
compromiso de la bursa subacromio-subdeltoidea, o muy baja con posible
compromiso neurológico, o muy profunda con agresión del periostio o la
articulación,13 o muy superficial depositando la vacuna en el tejido
celular subcutáneo que no está suficientemente vascularizado como para
facilitar una adecuada respuesta inmune y se asocia con un aumento de las
reacciones adversas locales.17
Más allá
de esto, la lesión originada por la vacunación suele ser mayor de lo que cabría
esperar de un simple traumatismo con una aguja.4,15 Cuando se
inocula una vacuna, se produce una reacción antígeno-anticuerpo en el músculo
que genera molestias, pero en general, son transitorias y moderadas. Cuando la
solución de la vacuna es inadvertidamente inyectada en un espacio sinovial,
como los del hombro, los anticuerpos de infecciones o vacunaciones previas
pueden conducir a una reacción inflamatoria mucho más prolongada.4,15
Aunque la COVID-19 es una enfermedad nueva y la población está recibiendo
vacunas por primera vez, es poco probable que un adulto no haya estado expuesto
a un adenovirus en el pasado.
Thompson
y Ensrud11 publicaron un caso de capsulitis adhesiva de ambos
hombros después de la aplicación de la vacuna antigripal en uno de ellos, esto
sugiere una respuesta inmunomediada.
Aunque
los estudios mencionados avalan la posibilidad de una respuesta inmunitaria,
aún no se ha llevado a cabo un estudio clínico definitivo que respalde esta
teoría.
Por
último, los compuestos de aluminio en el adyuvante de algunas vacunas pueden
haber contribuido también a provocar reacciones inflamatorias intensas.5
Cuadro clínico
Típicamente
los pacientes se presentan con un cuadro de dolor intenso y disminución del
rango de movilidad después de la inoculación de la vacuna. En muchos casos, el
dolor comienza en el acto, sobre todo, cuando la aguja ingresó en la bursa
subacromial o generó una lesión en los nervios periféricos. En esta última
situación, el cuadro comienza con dolor urente en el mismo acto de la
inoculación. En casos de sepsis, podrá haber fiebre e incluso escalofríos.8
El dolor es
de moderado a intenso y se localiza en la zona deltoidea con propagación al
brazo. El mantenimiento en el tiempo llevará al compromiso cervicodorsal.
En la
etapa aguda, es importante evaluar y documentar el área de ingreso de la aguja.
Se podrá observar eritema, tumefacción y hematoma. En etapas crónicas, esto
desaparece y prevalece la atrofia muscular. La palpación de la región deltoidea
suele ser dolorosa.
La
movilidad activa está severamente limitada por el dolor y, con el paso del
tiempo, puede instalarse un cuadro de capsulitis adhesiva con pérdida de la
movilidad pasiva.
Siempre
deben evaluarse la columna cervical y el estado cardiovascular del paciente.
Exámenes complementarios
Las
imágenes de estudios complementarios variarán de acuerdo con el tipo de lesión.
Las radiografías son inespecíficas y, en general, no proporcionan información
diagnóstica útil.
Los
hallazgos iniciales denotan cambios inflamatorios en partes blandas. Es
frecuente detectar un aumento del líquido dentro de la bursa subacromial/subdeltoidea
en la ecografía y la resonancia magnética (Figura 2). Salmon y cols.22
compararon estas imágenes iniciales con las diferidas a los cinco meses y
observaron una regresión del derrame articular y una disminución de la
bursitis, por lo que estos estudios pueden no ser muy demostrativos en cuadros
crónicos.14
La
miositis relacionada con la vacuna se manifiesta como un edema focal o difuso
dentro del músculo en el lugar de la inyección, más comúnmente en el deltoides.16
Es
posible detectar signos de tendinopatía o incluso de rotura parcial y de
espesor completo del manguito rotador, pero suelen ser lesiones previas.
Los
cambios óseos incluyen edema medular focal, típicamente en la cara lateral del
húmero proximal.23 También se han descrito lesiones corticales
erosivas.
Se
publicó un caso de osteonecrosis que se manifestó con hallazgos típicos en los
estudios por imágenes, como hiperemia, edema de médula ósea y colapso de la
cabeza humeral.18 Asimismo, se observaron señales focales de la
médula ósea dentro de la cabeza humeral, probablemente por la inyección de la
sustancia de la vacuna directamente en las estructuras óseas que podría
conducir a una osteítis focal.23
Siempre
es una buena idea solicitar análisis de laboratorio, como hemograma,
eritrosedimentación y reactantes de fase aguda, cuando el paciente consulta por
primera vez.
Si
existen dudas con respecto al compromiso neurológico periférico, se debe tener
en cuenta que debe transcurrir como mínimo un mes para que un estudio
electrofisiológico sea significativo. Si hay signos compatibles con el síndrome
de Parsonage-Turner, es útil solicitar una resonancia del plexo braquial con
medio de contraste y sin él.
Diagnóstico diferencial
Se han
descrito más de 90 causas de dolor de hombro. Se debe sospechar la posibilidad
de LHAV en un paciente que se presenta con dolor agudo de hombro después de la
administración de una vacuna en la región deltoidea.
Si el
paciente tiene una enfermedad confirmada antes del evento, síntomas previos o
imágenes de lesiones crónicas, estos hallazgos pondrán en duda que sufra una
LHAV, pero no la descartan.
Lo
primero que hay que descartar es un cuadro séptico. Distinguir la bursitis
infecciosa de la relacionada con la vacuna es particularmente difícil en las
imágenes por sí solas. Si bien es muy probable que las radiografías del hombro
tengan una apariencia normal, puede haber irregularidad cortical del húmero.23
En la resonancia magnética, la bursa llena de líquido aparecerá hiperintensa en
la secuencia T2. En la ecografía, se observará como una estructura anecoica
llena de líquido rodeada de paredes hiperecoicas.23 En estos casos,
la historia clínica y los resultados de los análisis de laboratorio son los
elementos más útiles para distinguir estas etiologías.
El
diagnóstico de una lesión secundaria a la inoculación de una vacuna en la
región deltoidea puede parecer muy evidente y simple, pero no siempre el
paciente es evaluado inicialmente por un traumatólogo. Se ha publicado un caso
de un paciente con diagnóstico de síndrome de Parsonage-Turner, tratado con
gabapentina por un neurólogo, aunque, en realidad, se trataba de una
osteomielitis del extremo proximal del húmero.17 Uno de nuestros
pacientes fue tratado por un neurólogo con pregabalina durante cuatro meses,
sin respuesta clínica; en realidad, se trataba de un cuadro de bursitis
secundaria a una inoculación practicada inadecuadamente.
La LHAV
es una situación que puede determinar una larga lista de trastornos
musculoesqueléticos que ya hemos mencionado; por este motivo, consideramos que
la participación de un especialista en Ortopedia y Traumatología es esencial
para su manejo diagnóstico y terapéutico.
Como se
sabe la prevalencia de lesiones del manguito rotador es altísima en la población
asintomática; por lo tanto, su sola presencia en un cuadro de LHAV no implica
necesariamente que sea producto de la inoculación.
Tratamiento
En la
actualidad, no existe consenso en la bibliografía sobre cómo manejar estas
lesiones relacionadas con la vacunación. Tras descartar una infección y
considerando que se trata de un proceso inflamatorio agudo que puede afectar
distintas estructuras del hombro, lo ideal es comenzar inmediatamente con la
administración de corticoides.
Atanasoff
y cols.4 comunicaron que más de la mitad de una serie de 13
pacientes con LHAV requirieron, al menos, una inyección de corticoides en algún
momento.
Se ha
propuesto la aplicación de corticoides en el espacio subacromial, pero no hay
evidencia científica que la respalde en este cuadro.24 Teniendo en
cuenta que se trata de una situación de intenso dolor en el hombro, sumar otra
agresión mecánica en la zona no es una buena idea. Según nuestra experiencia,
el uso de corticoides de depósito en la región glútea tiene el mismo efecto
analgésico que el aplicado en el espacio subacromial, con muchos menos riesgos.
En los
casos de síndrome de Parsonage-Turner, además del uso inicial de corticoides,
se ha propuesto la administración de inmunoglobulinas basándose en la hipótesis
neuroalérgica del síndrome. En pacientes con lesiones neurológicas periféricas,
es también habitual administrar complejos vitamínicos B.
La rehabilitación con ejercicios suaves que incluya
un programa domiciliario de ejercicios, es esencial y aconsejada por todos los
autores.4,14 Su implementación temprana y progresiva contribuye a
controlar el dolor y a prevenir la instalación de cuadros de hombro congelado.
En casos
crónicos, puede estar indicado administrar agentes miorrelajantes cuando hay
compromiso cervicodorsal. En cuadros que no responden al tratamiento
conservador, se ha indicado la cirugía.4,15 Llamativamente, en la
serie de Atanasoff y cols.,4 el 31% de los pacientes requirió una
intervención quirúrgica, y la mitad de ellos necesitó una segunda cirugía.
Pronóstico
La
recuperación de estos cuadros no es fácil ni rápida. La mejoría definitiva
puede llevar desde semanas hasta años.4 En la primera serie publicada que
incluía 13 pacientes,4 menos de un tercio se recuperó por completo.
La mayoría sufrió síntomas persistentes, como dolor y limitación del rango de
movilidad a largo plazo, y todos tuvieron síntomas durante, al menos, seis
meses.4
Reporte sanitario
La
Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, dependiente del
Ministerio de Salud, en el documento de diciembre de 2020 llamado “Lineamientos
Técnicos para la Campaña Nacional de Vacunación contra la COVID-19”, define el
concepto de Evento Adverso Supuestamente Atribuible a la Vacunación e
Inmunización (ESAVI). Se considera ESAVI a “cualquier situación de salud no
esperada (signo no favorable o no intencionado, hallazgo anormal de
laboratorio, síntoma o enfermedad) que ocurre posterior a la vacunación y que
no necesariamente tiene una relación causal con la vacunación o con el producto
biológico”.
Un ESAVI
grave es “todo aquel evento que deriva en hospitalización o la prolonga,
resulta en discapacidad significativa o persistente, anomalía congénita o
fallecimiento. Los eventos graves deben notificarse de manera obligatoria al
sistema de vigilancia en forma inmediata”. Consideramos que la LHAV es un ESAVI
grave por implicar, en muchos casos, una incapacidad significativa y
persistente.
Todos los
ESAVI deben ser notificados. También deben notificarse todos los “errores de la
vacunación” que pueden o no haber generado un efecto adverso, por ejemplo,
errores durante la aplicación, utilización de diluyentes no apropiados, agujas
incorrectas, vías de aplicación equivocadas, la aplicación de sobredosis. Si,
por error, se hubiera administrado la vacuna por otra vía distinta de la
intramuscular, la dosis debe considerarse no válida y notificarse como ESAVI.
Para
informar un ESAVI se debe completar una ficha de notificación que se puede
obtener en internet25 y enviarla a la autoridad competente de
acuerdo con cada jurisdicción. En el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
al correo electrónico: reportesesavicaba@gmail.com. Esa información se
comunicará finalmente a la plataforma SIISA (Sistema Integrado de Información
Sanitaria Argentino).
Consideraciones finales
Las LHAV
son poco frecuentes, pero cuando ocurren, su evolución es tórpida y su manejo,
complicado. La posibilidad de LHAV no supera las enormes ventajas de la
vacunación. Se debe sospechar este cuadro en todas las personas sin
antecedentes de dolor o disfunción del hombro que experimenten dolor repentino
y reducción del rango de movilidad después de una inoculación en el área
deltoidea.
El mejor
proceder en esto casos incluye: 1) el diagnóstico temprano, 2) descartar una
infección y lesiones neurológicas, 3) detectar qué estructuras
musculoesqueléticas están comprometidas, 4) el tratamiento inicial con
corticoides, 5) la rehabilitación suave que incluya un programa domiciliario de
ejercicios, 6) la notificación obligatoria a las autoridades sanitarias.
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[Consulta: 21 de agosto, 2021.]
ORCID de D. Gómez: https://orcid.org/0000-0003-0258-6802
ORCID de R. C. Ruíz: https://orcid.org/0000-0002-3300-0141
ORCID de M. Balzarini: https://orcid.org/0000-0002-8306-5517
ORCID de L. Muñoz González: https://orcid.org/0000-0002-5323-3276
Recibido el 21-8-2021. Aceptado luego de la
evaluación el 23-8-2021 • Dr. Daniel
Moya • drdanielmoya@gmail.com • https://orcid.org/0000-0003-1889-7699
Cómo citar este artículo: Moya D, Gómez D, Ruíz RC, Balzarini M, Muñoz
González L. Lesiones de hombro atribuibles a la aplicación de la vacuna contra
la COVID-19. Rev Asoc Argent Ortop
Traumatol 2021;86(6):842-849. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.6.1421
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.6.1421
Fecha de publicación: Diciembre, 2021
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2021, Revista de la
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