INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Osteotomía periacetabular de Ganz
para el tratamiento de la displasia del desarrollo de la cadera: experiencia
inicial y resultados de los primeros 44 casos
Gerardo Zanotti,
Carlos M. Lucero, Fernando Díaz Dilernia, Pablo Slullitel, Fernando Comba,
Francisco Piccaluga, Martín Buttaro
Centro de
Cadera “Sir John Charnley”, Instituto de Ortopedia y Traumatología “Carlos E.
Ottolenghi”, Hospital Italiano de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Argentina
RESUMEN
Objetivo: Describir la técnica quirúrgica, las indicaciones y los resultados
iniciales de la osteotomía periacetabular bernesa para tratar la displasia del
desarrollo de la cadera. Materiales y
Métodos: Entre mayo de 2011 y mayo de 2020, se realizaron 44 osteotomías
periacetabulares bernesas en 44 pacientes (35 mujeres, edad promedio 30 años
[rango 23-38]). Todos tenían diagnóstico de displasia de cadera sintomática. El
ángulo centro-borde promedio fue de 17° (rango 9°-20°) y el índice acetabular
promedio, de 18 (rango 15°-20°). En 22 casos, se evaluaron y
repararon los hallazgos intrarticulares por artroscopia en el mismo acto
quirúrgico. Se evaluaron la corrección obtenida, la consolidación de la
osteotomía y los resultados funcionales al final del seguimiento. Resultados: En 22 pacientes, se detectó
hipertrofia y rotura del labrum acetabular asociadas a displasia de cadera.
Diez pacientes tenían quistes paralabrales. El ángulo centro-borde promedio
posoperatorio fue de 32° (rango 27°-35°) y el índice acetabular, de 6° (rango
4°-9°). El tiempo quirúrgico para la osteotomía periacetabular bernesa fue de
130 min, cuando se sumó un procedimiento artroscópico, el tiempo fue de 148
minutos. Conclusiones: La osteotomía
periacetabular bernesa es técnicamente demandante, pero logra resultados
predecibles en pacientes con integridad del cartílago articular y deformidades
corregibles. La artroscopia antes de la osteotomía permite evaluar las
condiciones del cartílago, diagnosticar y tratar lesiones intrarticulares
asociadas con esta enfermedad y decidir si es necesaria la corrección del
déficit de cobertura.
Palabras clave: Displasia; cadera; artrosis; labrum; osteotomía; Ganz.
Nivel de Evidencia: IV
Ganz Periacetabular Osteotomy for the Treatment
of Developmental Dysplasia of the Hip: Initial Experience and Results From the
First 44 Cases
ABSTRACT
Objective: To describe the surgical technique, indications, and
initial results of the Bernese periacetabular osteotomy (PAO) for the treatment
of developmental dysplasia of the hip. Materials
and Methods: Between May 2011 and May 2020, 44 PAOs were performed in 44
patients (35 women) with an average age of 30 years (23-38). All patients had a
diagnosis of symptomatic hip dysplasia. The average center-edge angle was 17°
(9° to 20°) and the average acetabular index was 18° (15° to 20°). In 22 cases,
the intra-articular findings were evaluated and repaired by arthroscopy in the
same surgical stage. The correction obtained, the consolidation of the
osteotomy, and the functional outcomes at the end of the follow-up were
evaluated. Results: Hypertrophy and
rupture of the acetabular labrum associated with hip dysplasia were evidenced
in 22 patients. Paralabral cysts were found in 10 patients in the series. The
average postoperative center-edge angle was 32° (27° to 35°) and the acetabular
index was 6° (4° to 9°). The surgical time for PAO was 130 minutes; in patients
where an arthroscopic procedure was added, the time was 148 minutes. Conclusions: PAO is technically
demanding, but has predictable outcomes in patients with articular cartilage
integrity and correctable deformities. Arthroscopy before osteotomy allows
assessing cartilage conditions, diagnosing and treating intra-articular lesions
associated with this pathology, and deciding on the need to correct the soft
tissue deficit.
Key words: Dysplasia; hip; osteoarthrosis; labrum; osteotomy;
Ganz.
Level of Evidence: IV
Introducción
Las
alteraciones anatómicas de la cadera conducen al desarrollo de daños
articulares irreversibles.1,2 En la actualidad, la displasia del
desarrollo de la cadera (DDC) y el síndrome de fricción femoroacetabular se
consideran los cuadros que más comúnmente conducen a la artrosis de cadera en
el adulto joven.3
La
osteotomía periacetabular bernesa (OPAB), descrita por Ganz es el tratamiento
de elección para la DDC con retroversión acetabular o sin este procedimiento,
ya que busca corregir la pobre cobertura o la incongruencia acetabular y, por
ende, la inestabilidad que caracteriza a dicha enfermedad.4 El
proceso de corrección se caracteriza por devolverle cobertura a la cabeza
femoral, y corregir la anteversión y retroversión del acetábulo, según cada
paciente en particular.
El
paciente candidato a una OPAB es aquel que presenta una DDC sintomática,
adolescente o adulto joven con deformidad corregible y rango de movilidad
conservado.5 En general, está recomendada para pacientes (>10
años) con cartílago trirradiado cerrado y pacientes <40 años debido a las
características articulares más cercanas a la artrosis. Para los pacientes
sintomáticos >40 años que tienen una cadera displásica, las indicaciones
para ejecutar un procedimiento de preservación de la articulación son
controvertidas.6-9
Las
contraindicaciones para la OPAB incluyen artrosis avanzada (Tönnis 2 o 3), con
subluxación articular que puede alterar la congruencia articular. Por otro
lado, los pacientes con restricciones severas en el rango de movilidad también
son malos candidatos para este procedimiento.10,11
El
objetivo de este estudio es describir la técnica quirúrgica, resaltar las
indicaciones e informar los resultados iniciales de una serie de 44 pacientes
sometidos a una OPAB para tratar la DDC, en nuestro Centro. En segundo lugar,
buscamos analizar los resultados clínicos y radiográficos a corto plazo de la
osteotomía combinada con una artroscopia de cadera en el mismo acto quirúrgico.
Materiales y Métodos
Luego de
obtener la aprobación del Comité de Ética de la institución, evaluamos
retrospectivamente a 44 pacientes con DDC operados entre 2011 y 2020. En 22
casos, se había realizado una artroscopia de cadera, debido a una lesión
labral, sin lesión de tipo CAM en el cuello femoral y se continuó con una OPAB
en un mismo tiempo quirúrgico (grupo A); en los 22 casos restantes, se había
efectuado una OPAB en forma aislada (grupo B), ya que no tenían una lesión del
labrum ni lesión de tipo CAM en los estudios previos.
La
información fue recolectada de la historia clínica electrónica de la
institución, que está digitalizada desde 2004. La mediana de edad de la serie
era de 30 años (rango intercuartílico [RIC] 23-38), 31 años (RIC 26-42) para el
grupo A y 30 años (RIC 23-35) para el grupo B (p = 0,30). Quince pacientes del
grupo A y 20 del grupo B eran mujeres (p = 0,06). La mediana de seguimiento era
de 28 meses (RIC 12-40), 34 meses (RIC 21-45) para el grupo A y 15 meses (RIC
11-30) para el grupo B (p = 0,03). No se registraron pérdidas en el seguimiento
(Tabla 1).
La
evaluación radiográfica preoperatoria incluyó una incidencia de pelvis
anteroposterior que permitió clasificar a los pacientes y determinar los
ángulos acetabulares, y una de perfil del lado afectado con medición del ángulo
alfa. Todos los casos correspondían al grado I de la clasificación de Crowe,12
porque tenían un desplazamiento proximal <10% y una subluxación de la cabeza
femoral <50%. La mediana del índice acetabular (IA) preoperatorio era de 19°
(RIC 16-20) para el grupo A y 17° (RIC 15-18) para el grupo B (p = 0,14). La
mediana del ángulo centro-borde lateral (ACBL) preoperatorio era de 16° (RIC
8-19) para el grupo A y 19° (RIC 10-20) para el otro grupo (p = 0,19). Solo en
siete y seis pacientes del grupo A y B, respectivamente, se observó una
retroversión acetabular verdadera, definida por la presencia de dos de los
siguientes signos radiográficos: signo del entrecruzamiento, signo de la pared
posterior y signo de la espina ciática (p = 0,74) (Figura 1). En ambos grupos,
se evaluó el compromiso articular utilizando la clasificación de Tönnis.13
El deterioro articular fue similar en ambos grupos y, en ningún caso, fue
superior al grado 2 (p = 0,91) (Tabla 1).
La
evaluación clínico-funcional se realizó antes de la cirugía y después con el
Harris Hip Score modificado (HHSm), el puntaje de la University of California at Los Angeles (UCLA) y la escala
analógica visual (EAV) para dolor. La mediana del HHSm preoperatorio fue de 61
(RIC 58-64) para el grupo A y 61 (RIC 57-61) para el grupo B (p = 0,39). La
mediana del puntaje de la UCLA preoperatorio fue de 7 (RIC 6-8) para el primer
grupo y 6 (RIC 6-8) para el segundo (p = 0,42). El puntaje de la EAV
preoperatorio tuvo una mediana de 8 (RIC 7-9) en el grupo A y 8 (RIC 7-8) en el
grupo B (p = 0,37) (Tabla 1).
Todas las cirugías estuvieron a cargo del mismo
cirujano, especializado en patología de la cadera siguiendo los principios
descritos para ambas técnicas quirúrgicas.14,15 El cirujano senior realizó un fellowship en cirugía de preservación articular en un centro de
alto volumen con un nivel de responsabilidad creciente durante seis meses.
Ninguno de los pacientes había sido operado antes. Se utilizó la clasificación
de la American Society of
Anesthesiologists (ASA)16 para categorizar el estado fisiológico
preoperatorio: 11 pacientes del grupo A y 13 del grupo B eran ASA I (p = 0,44). Bajo anestesia epidural hipotensiva, se
realizó el procedimiento artroscópico en un primer tiempo quirúrgico, sobre una
mesa de tracción, en los pacientes del grupo A. Luego del cambio a una mesa
radio-lúcida y la colocación de nuevos campos estériles, se efectuó un abordaje
de Smith-Petersen en todos los pacientes para continuar con la OPAB. En el
grupo A, la reparación labral artroscópica se efectuó con arpones
biodegradables de 3,2 mm (Arthrex®). La cantidad de arpones utilizados dependió
de los que fueran necesarios para obtener la estabilidad labral en cada caso
específico, sin contar con un protocolo previo. No se reparó la capsulotomía al
finalizar el procedimiento artroscópico en ningún paciente. Luego de obtener la
corrección acetabular deseada con la OPAB, el fragmento se fijó con tornillos
de cortical de 4,5 mm en ambos grupos (DePuy-Synthes®) (Figura 2). En ningún
paciente del grupo B, se realizó la reparación labral. La mediana del tiempo
quirúrgico de la serie fue de 141 min (RIC 129-175), 148 min (RIC 139-190) para
el grupo A y 130 min (RIC 113-151) para el grupo B (p = 0,004).
Se administró profilaxis antitrombótica con
heparina de bajo peso molecular (40 mg/día) por vía subcutánea, durante cuatro
semanas a los pacientes de ambos grupos.17 No se indicó un
tratamiento profiláctico de rutina para las calcificaciones heterotópicas.
Luego de la cirugía, el miembro inferior operado fue colocado en posición
neutra. Debido a la preservación de la continuidad del anillo pélvico, se
autorizó la deambulación precoz con asistencia. Se indicó una carga parcial de
15 kg de peso sobre el lado operado durante las primeras ocho semanas,
realizando ejercicios de movilidad de la cadera con flexión limitada a 90°,
rotación interna neutra, 30° de rotación externa y 30° de abducción por 3-6
semanas. Los movimientos activos y pasivos continuos fueron supervisados por el
Servicio de Kinesiología desde el primer día posterior a la cirugía para
prevenir las adherencias capsulares. Se permitió el aumento gradual de la carga
de peso cuando se observaron signos de consolidación ósea en el control
radiográfico posoperatorio de las ocho semanas. Luego continuaron con
fisiokinesioterapia en los siguientes 2-3 meses para mejorar el rango de
movilidad y la fuerza muscular. El seguimiento clínico y radiográfico se
realizó a los 15 y 45 días, y a los 3, 6 y 12 meses de la cirugía y luego
anualmente, con una radiografía anteroposterior, oblicuas alar y obturatriz, y
de perfil de cadera del lado afectado. Se consideró que la OPAB estaba
consolidada cuando se observaban puentes óseos en dos de las incidencias
radiográficas.18 Se registraron las complicaciones y se consideró falla
infecciosa a todo caso que requirió un tratamiento quirúrgico adicional por
infección del sitio quirúrgico; y falla no infecciosa a todo paciente que
requirió una cirugía de revisión, sin importar la causa.
Análisis estadístico
Las
variables continuas se expresan como mediana y RIC o como promedio y desviación
estándar (DE), según si tienen una distribución anormal o no, respectivamente.
Las variables categóricas se expresan como frecuencias y porcentajes. Las
variables continuas fueron comparadas utilizando la prueba t de Student cuando
tuvieron una distribución normal y la prueba U de Mann-Whitney cuando no la
tuvieron. Se emplearon la prueba de ji al cuadrado y exacta de Fisher para
comparar variables categóricas. Se compararon las variables demográficas y los
hallazgos radiográficos de ambos grupos para analizar la evolución de los
resultados clínicos. Se realizó un análisis de regresión logística multivariada
para evaluar si el procedimiento artroscópico adicional se asocia a una mejoría
en los resultados clínico-funcionales posoperatorios. Se consideró
estadísticamente significativo un valor p <0,05. Se empleó el programa STATA
13™ (Stata Corp., College Station, Texas, EE.UU.) para el análisis estadístico.
Resultados
Análisis radiográfico
No se
registraron casos de progresión de la degeneración articular en ninguno de los
dos grupos. Con respecto a las mediciones angulares posoperatorias, la mediana
del IA mejoró en un valor de 11º (RIC 9-13) y el ACBL en un valor de 16º (RIC
14-18) en toda la serie (p <0,001), pero no se registró una diferencia
estadísticamente significativa en la medición posoperatoria entre ambos grupos
(Tabla 2).
Evaluación funcional
La
mediana del HHSm posoperatorio fue de 87 (RIC 87-91) para el grupo A y 87 (RIC
87-87) para el grupo B (p = 0,15). La mediana del puntaje de la UCLA
posoperatorio fue de 7 (RIC 6-8) para el primer grupo y 8 (RIC 7-8) para el
segundo (p = 0,33). En la EAV del posoperatorio, los pacientes del grupo A
manifestaron una mediana de dolor de 0 (RIC 0-2) y los del grupo B, una mediana
de 1 (RIC 0-1) (p = 0,84). Solo una paciente del grupo A desarrolló un síndrome
de dolor regional complejo y mantuvo un valor igual al del preoperatorio
(puntaje 7). En el análisis general de la serie, la mejoría posoperatoria de
los puntajes del HHSm y de la UCLA fue de 26 (RIC 26-30) y de 1 (RIC 0-2),
respectivamente, (p <0,001). El dolor preoperatorio mejoró 7 puntos en
promedio (RIC 6-8) en la EAV (p <0,001). No se registraron diferencias
significativas en la medición de la mejoría posoperatoria, entre ambos grupos
(Tabla 2).
Complicaciones
No se
registraron complicaciones neurovasculares mayores en ningún grupo. Hubo dos
complicaciones en el grupo A: un paciente sufrió una fractura incompleta sin
desplazamiento de la pared posterior del acetábulo durante la cirugía que no
influyó en la rehabilitación posterior, y otro refirió una meralgia parestésica
por el compromiso del nervio femorocutáneo, que mejoró notablemente al cabo de
90 días y no requirió intervención posterior. En el grupo B, también se
registró un compromiso sensitivo del nervio femorocutáneo que se resolvió con
tratamiento conservador al igual que en el paciente del grupo A. Por último,
dos pacientes sufrieron una infección superficial de la herida quirúrgica, que
se curó con antibióticos por vía oral, durante 14 días [grupo A (1) vs. grupo B
(1), p = 0,64] (Tabla 2).
Análisis de regresión lineal
El
análisis de regresión lineal univariado no encontró asociación estadísticamente
significativa entre ninguna de las variables de la evaluación clínico-funcional
con respecto a la realización del procedimiento artroscópico (Tabla 3).
Discusión
La
osteotomía de Ganz está ampliamente reconocida como la más anatómica de las
osteotomías de redirección periacetabular; no obstante, es el procedimiento más
complejo, pero ha logrado un éxito reproducible a corto plazo.
Es
fundamental ser estrictos en cada paso de la cirugía. Para esto se debe
controlar bajo fluoroscopio cada gesto que se realice durante el procedimiento.
Se debe ser muy cuidadoso al ejecutar la primera osteotomía, ya que un corte
muy bajo dificulta la correcta posición de los fragmentos, y si es muy alto, se
puede vulnerar la articulación, una de las complicaciones más temidas (Figura
3). El tercer corte es, a nuestro entender, el más importante, porque
transcurre entre la columna posterior, a medial, y la articulación, a lateral.
Cualquier variación en este corte puede llevar a la violación de la
articulación, vulnerar la columna posterior y, por ende, comprometer la
estabilidad propia de la pelvis. El corte en el hueso ilíaco es otro punto
importante por tener en cuenta. Es fundamental respetar la distancia del corte
a la superficie superior del acetábulo, ya que las osteotomías muy cerca pueden
dañar la arteria glútea media y obturatriz generando una necrosis acetabular.19
Es necesario y fundamental el control
intraquirúrgico de la posición final de la corrección del acetábulo. Antes de
comenzar la cirugía, es obligatorio realizar un control radiográfico de la
posición de la pelvis sobre la mesa quirúrgica respetando los parámetros que
describió Tannast.20 Una vez realizada la corrección acetabular, se
toma una proyección anteroposterior de la cadera para evaluar la correcta
posición acetabular. En esta proyección, se evalúan la cobertura de la cabeza
femoral midiendo los ángulos ACBL y el IA, la posición de las paredes anterior
y posterior del acetábulo, la distancia entre la cabeza femoral y el fondo del
acetábulo, el arco de Shenton y la posición de la imagen en lágrima.
En 22
pacientes, se realizó una artroscopia de cadera antes de la OPAB, en el mismo
acto quirúrgico. Este procedimiento es beneficioso por dos motivos. Primero, le
permite al cirujano identificar la patología intrarticular. Los desgarros del
labrum, los colgajos condrales y la condromalacia pueden observarse
directamente. Esto puede tener un valor pronóstico importante para los
pacientes que se someten a una OPAB y, en algunas circunstancias, puede llevar
al cirujano a tomar la decisión de no continuar con una osteotomía
inmediatamente después del procedimiento artroscópico. En todos los pacientes,
se constató una lesión del labrum y se reparó con arpones. La cantidad de
anclajes utilizados dependió de los que fueran necesarios en cada caso
específico para obtener la estabilidad labral, sin contar con un protocolo
previo.
En cuanto
a la evaluación radiográfica de las mediciones angulares posoperatorias, la
mediana del IA mejoró en 11º (RIC 9-15) y el ACBL en 18º (RIC 15-24) en toda la
serie (p <0,001), pero no se registró una diferencia significativa en la
medición posoperatoria entre ambos grupos (Tabla 2). El ACBL posoperatorio
promedio fue de 32º en la serie (RIC 27°-35°): grupo A 32° (RIC 26°-35°) y
grupo B: 32 (RIC 30°-35°). El IA posoperatorio fue de 6° (RIC 4°-9°): grupo A
7° (RIC 6°-11°) y grupo B 5° (RIC 4°-8°). Estas mediciones se mantuvieron en el
tiempo, sin sufrir cambios en los controles posoperatorios.
Existe un
período de curva de aprendizaje bien informado para la OPAB, que se cree que
incluye aproximadamente las primeras 20 osteotomías y durante el cual las
complicaciones quirúrgicas mayores no son infrecuentes. De acuerdo con nuestra
experiencia inicial, la tasa de complicaciones en los primeros 44 casos
operados en nuestra institución fue del 11%.
En ningún
paciente de nuestra serie, fue necesaria la conversión a prótesis total de
cadera. Si bien el seguimiento es corto, existen series que muestran malos
resultados en pacientes >40 años al operarse, como un menor puntaje
preoperatorio de Merle d’Aubigné y Postel, una prueba de pinzamiento anterior
preoperatoria positiva, cojera preoperatoria y puntaje preoperatorio aumentado
de artrosis según la clasificación de Tönnis.21-23 En la
bibliografía, se sugiere firmemente que los pacientes jóvenes con caderas
displásicas y cambios articulares mínimos o leves son los candidatos ideales
para esta operación. En aquellos pacientes con cambios articulares moderados o
severos, la OPAB se vuelve menos predecible y la tasa de conversión a una
prótesis total de cadera es alta.24-26
Nuestro
estudio presenta varias limitaciones. En primer lugar, existe el sesgo de
selección debido a su naturaleza retrospectiva. Segundo, los datos inherentes
al rango de movilidad fueron registrados por diferentes autores, sin una prueba
de confiabilidad entre los medidores, por lo que existe el riesgo de error de
medición y sesgo de evaluación. Por otro lado, decidimos utilizar el HHSm como
un resultado clínico basado en su validez y confiabilidad, pero tiene la
limitación de que no evalúa la función durante las actividades deportivas y
recreativas ni la calidad de vida relacionada con la cadera. Sin embargo,
nuestro estudio compara un grupo de pacientes en quienes se realizó la OPAB
solo frente a un grupo sometido a una artroscopia de cadera antes de la
osteotomía, y se pudo observar una íntima relación entre el tratamiento
combinado de manera secuencial. Además, nuestro estudio evidencia datos sólidos
en el seguimiento a corto plazo relacionados con los resultados funcionales y
las complicaciones en un centro de alto volumen quirúrgico con cirujanos
entrenados. Como fortaleza del estudio, remarcamos que todos los pacientes
fueron operados por un mismo cirujano.
Conclusiones
Los
primeros resultados en este grupo inicial de pacientes tratados con OPAB en
nuestra institución muestran una corrección radiográfica confiable de la
deformidad y una mejora en la función, con una tasa de complicaciones
aceptable. Creemos que la ejecución de una artroscopia de cadera antes de la
OPAB en el mismo acto quirúrgico es una opción válida para evaluar el estado
articular sin aumentar la morbilidad del procedimiento; sin embargo, no hemos
podido demostrar una asociación estadísticamente significativa entre ninguna de
las variables de la evaluación clínico-funcional con respecto a la realización
del procedimiento artroscópico.
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ORCID de C. M. Lucero: https://orcid.org/0000-0003-1325-7027
ORCID de F. Díaz Dilernia: https://orcid.org/0000-0002-7830-2207
ORCID de P. Slullitel: https://orcid.org/0000-0002-8957-075X
ORCID de F. Comba: https://orcid.org/0000-0002-2848-2983
ORCID de F. Piccaluga: https://orcid.org/0000-0002-9887-4886
ORCID de M. Buttaro: https://orcid.org/0000-0003-3329-778X
Recibido el 6-11-2020. Aceptado luego de la
evaluación el 24-2-2021 • Dr. Gerardo
Zanotti • gerardozanotti@gmail.com • https://orcid.org/0000000180904832
Cómo citar este artículo: Zanotti G, Lucero CM, Díaz Dilernia F,
Slullitel P, Comba F, Piccaluga F, Buttaro M. Osteotomía periacetabular de Ganz
para el tratamiento de la displasia del desarrollo de la cadera: experiencia
inicial y resultados de los primeros 44 casos. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol 2021;86(6):727-736. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.6.1286
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.6.1286
Fecha de publicación: Diciembre, 2021
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2021, Revista de la
Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Licencia: Este artículo está bajo una
Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Compartir Obras Derivadas
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