INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Artroplastia invertida
lateralizada para artropatía del manguito rotador en pacientes >60 años.
Resultados y complicaciones a corto plazo
Diego Gómez, Tamara
Dainotto, Gonzalo Viollaz, Gustavo J. Teruya, Alejandro Tedeschi, Rafael Durán,
Álvaro Muratore Equipo de
Miembro Superior, Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital Británico de
Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
RESUMEN
Objetivo: Comunicar los resultados y las complicaciones a corto plazo de la artropatía
del manguito rotador tratada con artroplastia invertida lateralizada en
pacientes >60 años. Materiales y
Métodos: Se identificaron retrospectivamente las artropatías del manguito
rotador tratadas con prótesis invertida lateralizada entre 2015 y 2019.
Criterios de inclusión: edad >60 años, adecuada función deltoidea y
seguimiento mínimo de 24 meses. Antes de la cirugía y después, se registraron
el rango de movilidad activa, y los puntajes de Constant-Murley y de la escala
analógica visual para dolor. En las radiografías, se determinaron los grados de
artrosis glenohumeral, de muescas escapulares y de aflojamiento de la prótesis.
Se documentaron las complicaciones, la satisfacción con el procedimiento y la
supervivencia del implante. Resultados:
La serie incluyó 40 hombros operados en 38 pacientes (edad promedio 72 años,
rango 61-91), con un seguimiento promedio de 25 meses. La elevación anterior
aumentó de 82,63° a 136,71° (p <0,001); la rotación externa, de 16,59° a
32,11° (p <0,001) y la rotación interna, de L5 a L3 (p <0,001). El
puntaje de Constant-Murley ascendió de 28,25 a 69,97 (p <0,001) y el de
dolor disminuyó de 8,34 precirugía a 1,26 poscirugía (p <0,001). La tasa de
complicaciones fue del 12,5% y la supervivencia del implante, del 97,4%. Conclusiones: La artroplastia invertida
lateralizada es una excelente alternativa quirúrgica para la artropatía del
manguito rotador en pacientes >60 años, los resultados son satisfactorios,
la tasa de complicaciones es aceptable y la supervivencia del implante es del
97,4%.
Palabras clave: Artroplastia invertida lateralizada; artropatía; manguito rotador;
prótesis invertida.
Nivel de Evidencia: IV
Reverse Total Shoulder Arthroplasty in Patients
>60 Years of Age With Rotator Cuff Tear Arthropathy. Short-Term Outcomes and
Complications
ABSTRACT
Background: The purpose of this study is to show the short-term
results and complications in a series of patients >60 who underwent a
reverse arthroplasty for the treatment of rotator cuff arthropathy in a high
complexity hospital. Materials and
Methods: We retrospectively analyzed our Service’s database to identify
patients with rotator cuff arthropathy who had undergone a reverse shoulder
arthroplasty between 2015 and 2019. Inclusion criteria: 60 years of age or
older, functional deltoid, at least one year of follow-up. The range of motion
was measured pre and postoperatively in flexion, external rotation, and
internal rotation, as well as Constant score and visual analog scale for pain.
The grade of arthritis, scapular notching, and prosthetic loosening was
radiographically assessed. We identified complications, satisfaction, and
prosthesis survivorship. Results:
Forty shoulders in 38 patients of 72 years of age on average (61-91) underwent
reverse shoulder arthroplasty, with 25 months of follow-up. Flexion increased
from 82.86° to 136.71° (p<0.001), external rotation went from 16.59° to
32.11° (p<0.001), and internal rotation from L5 to L3 (p<0.001). Constant
score rose from 28.25 to 69.97 (p<0.001) and visual analog scale for pain
decreased from 8.34 to 1.26 (p<0.001). The complication rate was 12.5% and a
97.4% prosthesis survivorship was registered. Conclusions: We believe that reverse shoulder arthroplasty
represents an excellent option in the treatment of rotator cuff arthropathy in
patients older than 60 in view of the satisfactory functional outcomes with an
acceptable complication rate.
Key words: Lateralized reverse arthroplasty; rotator cuff
arthropathy; shoulder arthroplasty.
Level of Evidence: IV
La
artropatía del manguito rotador (AMR), descrita inicialmente por Charles Neer,1
es un cuadro desafiante al que nos enfrentamos los cirujanos de hombro. Se
estima que un 4% de las lesiones del manguito rotador son masivas y evolucionan
con atrofia e infiltración grasa muscular, artrosis glenohumeral, dolor y
limitación de la movilidad.2,3 La AMR representa el estadio final de
esta condición, en la que se intensifica la sintomatología y compromete
severamente la realización de las actividades cotidianas.4
Entre las
alternativas quirúrgicas para tratar la AMR, la artroplastia invertida (AI) se
ha convertido en el patrón de referencia,5 logra una mejoría
promedio en la escala de Constant-Murley6 de 45-55 puntos7
y valores de elevación activa posoperatoria de 138°.7-12 Sin
embargo, pese a que es un procedimiento con resultados predecibles, la tasa de
complicaciones varía entre el 17% y el 20%, y la de reoperación oscila entre el
3,5% y el 11,9%.7,8,13 Las principales causas son luxación de la
prótesis (1,2-4,7%), infección (3-3,8%), aflojamiento del componente glenoideo
(1,8-8,8%),14 fracturas periprotésicas (1,1-1,5%) y lesiones
neurológicas (0,4-1,2%).8,13
El diseño
original de la prótesis invertida, ideado por Grammont, consistió en medializar
y distalizar el centro de rotación de la articulación glenohumeral para
potenciar el brazo de palanca deltoideo.15 Estos implantes
provocaron algunas complicaciones específicas, como la generación de muescas
escapulares,15 que disminuyeron gracias a las AI lateralizadas,
aportando, a su vez, una menor incidencia de luxación de la prótesis y un mayor
rango de movilidad en las rotaciones.11
En la
actualidad, es escasa la bibliografía nacional sobre el tratamiento de las AMR
con AI.7 Por este motivo, un estudio clínico sobre los resultados y
las complicaciones en el medio local puede proveer la información necesaria
para la planificación y la toma de decisiones, con el fin de mejorar la calidad
de la atención de este grupo específico de pacientes.
El
objetivo del estudio fue evaluar los resultados y las complicaciones a corto
plazo derivados de la AI lateralizada en pacientes >60 años con AMR en un
centro de alta complejidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Materiales y métodos
Se
analizó retrospectivamente la base de datos de nuestro Servicio con el objetivo
de identificar los casos de AMR tratados con una AI lateralizada por un mismo
equipo quirúrgico, entre enero de 2015 y enero de 2019.
Se
aplicaron los siguientes criterios de inclusión: 1) artropatía por síndrome del
manguito rotador (Hamada ≥3),
2) edad >60 años, 3) deltoides funcionante, 4)
seguimiento mínimo de 24 meses y 5) uso de prótesis con diseño lateralizado.
Se
excluyó a pacientes con secuelas postraumáticas, artritis reumatoide, cuadros
neurológicos (enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple).
Técnica quirúrgica
Con el
paciente en posición de silla de playa, bajo anestesia plexual, se realiza un
abordaje deltopectoral, con tenotomía insercional completa del subescapular y
sección de la cápsula articular. Se luxa la cabeza humeral en posición de
rotación externa máxima y se procede a la osteotomía humeral con 20° de
retroversión y 135° de inclinación. Posteriormente, se trabaja el canal humeral
con raspas crecientes hasta obtener una sensación de fricción cortical. La
raspa de mayor calibre utilizada se deja colocada para proteger el húmero
proximal durante el tiempo glenoideo.
Al
realizar la exposición glenoidea, se resecan los osteofitos y el labrum
degenerativo, optimizando la visión de la superficie articular. Luego, se lleva
a cabo el fresado del cartílago articular conservando el mayor stock óseo
posible. La metaglena se implanta proyectando una inclinación <10º con
versión neutra. La fijación definitiva se efectúa con dos tornillos de
compresión de 5,5 mm. Utilizamos glenoesferas de 36 mm para mujeres y hombres
pequeños, y reservamos la glenoesfera de 39 mm para hombres corpulentos.
El
componente humeral definitivo se coloca de forma no cementada, siempre que la
calidad ósea metafisaria lo permita. A continuación, se selecciona el tamaño
del inserto de polietileno definitivo para obtener una construcción protésica
balanceada y estable. Se realiza la reinserción del subescapular con puntos
transóseos.
Se
inmoviliza a todos los pacientes por 30 días con un cabestrillo tipo Velpeau,
los ejercicios de movilidad pasiva comienzan a la semana de la cirugía y la
rehabilitación kinésica, a la cuarta semana.
La
evaluación y el registro de los datos estuvieron a cargo de un residente de
ortopedia y traumatología que no formó parte de los procedimientos quirúrgicos
(TD). Los datos preoperatorios se obtuvieron, de manera retrospectiva,
revisando las historias clínicas de consultorios. Se registraron los rangos de
movilidad preoperatorio y posoperatorio en el último control. La movilidad
activa se evaluó con goniómetro en elevación anterior, rotación externa con el
miembro en aducción y rotación interna con la mano en la espalda, se registró
como máximo nivel el segmento alcanzado por el pulgar de acuerdo con la
descripción de Greene y Heckman.16 La función muscular del deltoides
la definió el cirujano tratante, según la escala motora de Daniels,
considerando deltoides funcionante al equiparar con un valor de M5.17
La
función se evaluó con la escala de Constant-Murley6 y el dolor, con la escala
analógica visual,18 antes del procedimiento y después de él.
Además,
se evaluó el grado de satisfacción posoperatoria mediante dos preguntas: 1.
¿Qué grado de satisfacción siente respecto al procedimiento realizado? Las
posibles respuestas eran tres: insatisfecho, satisfecho, muy satisfecho. 2.
¿Recomendaría esta intervención a una persona conocida con la misma patología
que usted a modo de tratamiento? En este caso, las opciones eran sí o no.
Se
identificaron las complicaciones intraoperatorias y posoperatorias en los
registros de las historias clínicas de internación, los protocolos quirúrgicos
y los controles por consultorios externos. Se consideró que una complicación
era menor cuando no alteró el resultado final ni fue necesaria una reoperación;
en caso contrario, se la consideró una complicación mayor.
Se
definió como revisión a cualquier procedimiento quirúrgico, cerrado o abierto,
relacionado con la artroplastia.
Evaluación radiográfica
Se
utilizó la clasificación de Hamada19 para determinar el grado de
artrosis glenohumeral en las radiografías preoperatorias de hombro de frente y
axial de escápula. En todos los casos, se completó el estudio con una
tomografía computarizada para ejecutar la planificación prequirúrgica,
jerarquizando la presencia de defectos óseos, y las variaciones de inclinación
y retroversión glenoidea.
La
valoración radiográfica posoperatoria se realizó a los 10 días, 6 semanas, 12
semanas, 24 semanas y luego anualmente. En las últimas radiografías tomadas, se
evaluó la presencia de muescas escapulares según la clasificación de Sirveaux,11
de signos de aflojamiento glenoideo, según Cuff y cols.,3 de cambios
en el posicionamiento del componente respecto a las radiografías anteriores y
de líneas de radiolucencia alrededor del vástago según Sperling20.
Análisis estadístico
Las
variables continuas se expresan en porcentajes como frecuencias absolutas y
relativas. Se aplicó la prueba t de Student para datos preoperatorios y
posoperatorios apareados con distribución normal focalizando la magnitud de las
diferencias de media. Se empleó la prueba de rangos con signo de Wilcoxon en la
comparación de medianas con distribución no normal. Se consideró
estadísticamente significativo un valor p <0,05. Se utilizó el programa IBM®
SPSS® Statistics versión 25.
Resultados
Se
analizaron 44 AI lateralizadas, y la serie quedó conformada por 40 AI
realizadas en 38 pacientes que tenían una edad promedio de 72 años (rango
61-91) y cumplían con los criterios de inclusión. El seguimiento promedio fue
de 25 meses (rango 2-4 años). Se excluyeron cuatro AI, porque el seguimiento
era <2 años. Se utilizó la prótesis ARROW® (FH Orthopaedics, Mulhouse,
Francia) en todos los casos. La glenoesfera fue de 36 mm en 37 hombros y de 39
mm en los tres restantes. La dimensión la definió el cirujano a cargo de
acuerdo con el tamaño del paciente. Las características demográficas de la
muestra se detallan en la Tabla 1.
Se
registró una elevación anterior posoperatoria de 136,71° (rango 30-160°), con
un incremento de 54,08°(rango 80-170°) respecto del valor inicial (p
<0,001); una rotación externa preoperatoria que aumentó de 16,59° (rango
0-60°) a 32,11° (rango 5-70°) (p <0,001) y una rotación interna
posoperatoria hasta L3 en promedio, lo que representó una mejoría de dos
segmentos corporales (p <0,001) (Figura 1).
El
puntaje promedio de la escala de Constant-Murley mejoró de 28,25 (rango 12-40)
a 69,97 (rango 44-83) en el último seguimiento (p <0,001) y el de la escala
analógica visual, de 8,34 (rango 7-10) antes de la cirugía a 1,26 (rango 0-6)
en el posoperatorio (p <0,001) (Tabla 2).
La tasa
de complicaciones fue del 12,5% (5 casos). Cuatro fueron intraoperatorias (2
complicaciones menores y 2 mayores). Dos complicaciones menores (5%) fueron una
fractura glenoidea que requirió la colocación de una glena de revisión en el
mismo acto quirúrgico, sin que esto afectara el resultado obtenido. Una paciente
sufrió dos complicaciones mayores. Se trató de uno de los primeros casos de
nuestro Centro, en el comienzo de la curva de aprendizaje. La paciente sufrió
una fractura periprotésica intraoperatoria de la diáfisis humeral, sintetizada
con cerclajes y tratada con un brace,
que evolucionó con neuropraxia del nervio radial y resolución parcial. Otra
paciente evolucionó con un cuadro de insuficiencia acromial, debido a una
fragilización acromial preoperatoria que repercutió en el rango de movilidad
(Figura 2).
En las radiografías, se detectó que dos pacientes
tenían muescas glenoideas grado I (Figura 3). No hubo casos de aflojamiento del
componente humeral, sí se registró como única complicación mayor posoperatoria
el aflojamiento mecánico del componente glenoideo en un paciente a los 14 meses
de la cirugía inicial; en este caso, se procedió a la revisión con colocación
de una glena de revisión (Figura 4). La tasa de supervivencia del implante fue
del 97,5%.
En cuanto
a la satisfacción con la cirugía, 28 pacientes (74%) refirieron estar muy
satisfechos; ocho, satisfechos (21%). Solo dos (5%) se manifestaron
insatisfechos con el resultado: la paciente que sufrió las dos complicaciones
mayores registradas y la otra paciente con fragilización acromial
preoperatoria. Asimismo, el 95% afirmó que recomendaría la AI a una persona
conocida que sufra AMR.
Discusión
El
hallazgo más importante del estudio es la tasa de satisfacción del 95%, con una
supervivencia del implante del 97,5% y una tasa global de complicaciones del
12,5%.
La alta
tasa de supervivencia coincide con los resultados hallados en la bibliografía.
Con la revisión como punto de corte, los estudios comunican tasas de
supervivencia de aproximadamente el 95% a los cinco años21 y del 91%
a los 10 años22. Como las series publicadas muestran sus registros a
partir de los cinco años de seguimiento, a diferencia de los dos años mínimos
de nuestra serie, nuestros resultados pueden verse afectados en la comparación
con la bibliografía. Este estudio, al contar con un seguimiento mínimo de dos
años, puede subestimar la tasa de complicaciones futuras observadas en estudios
con un seguimiento más prolongado.
Los
valores medios obtenidos fueron 136,71° para la elevación anterior y 32,11°
para la rotación externa, que concuerdan con los de otros autores, como Nolan y
cols., y Boileau y cols., en 71 y 21 casos, respectivamente (en ambos, la
elevación anterior obtenida fue de 121° y la rotación externa, de 15° y 11°,
respectivamente) con prótesis medializadas, e inclusive alcanzando valores más
altos de rotación externa en comparación.12,23 Asimismo, en una
serie de 34 pacientes, Wiater y cols. informan una elevación anterior de 131° y
una rotación externa de 26,6° en promedio, empleando prótesis lateralizadas.9
El
puntaje de la escala de Constant-Murley resultante fue de 69,97, acorde al
indicado por otros autores, que oscila entre 59 puntos, según Boileau y cols.,
en 45 pacientes, controlados durante 40 meses, y 86 puntos obtenidos por Bacle
y cols., con un implante lateralizado a 10 años de seguimiento.10,12
Asimismo, el puntaje posoperatorio de la escala analógica visual fue de 1,26,
similar a los publicados.9,12,23
La tasa
de complicaciones (12,5%) fue inferior a las de otras publicaciones que varían
entre el 15% y el 22%.8,11,12,23 Se observaron solo dos muescas
glenoideas grado I, y no hubo episodios de luxación de la prótesis. Atribuimos
la baja tasa de muescas e inestabilidad al uso de implantes lateralizados, los
cuales, a diferencia de los medializados tipo Grammont, permiten un mayor rango
de movilidad libre de topes óseos.24 Valenti y cols., utilizando el
mismo implante, no comunicaron episodios de luxación de la prótesis en 76
hombros.24 Esto se justifica tanto por la tensión magnificada de las
partes blandas remanentes, como por la concavidad pronunciada del inserto de
polietileno.24 Además, la reparación del subescapular podría
representar un factor de protección respecto a las luxaciones de la prótesis.
Sin embargo, esto sigue siendo un tema controvertido.25
Se produjo una fractura de la diáfisis humeral al
realizar la reducción definitiva en uno de nuestros primeros pacientes, quien
además evolucionó con parálisis del nervio radial. En una serie de 203 AI,
García-Fernández y cols. describieron tres casos de fracturas humerales, de las
cuales solo una era diafisaria y ocurrió durante el fresado medular en la
revisión de una hemiartroplastia.26 Por su parte, Chuinard y cols.
informaron 26 fracturas humerales intraquirúrgicas en 457 AI. En esta serie, 25
ocurrieron en revisiones y una se produjo en una artroplastia primaria, durante
el labrado del canal medular.27 Por otra parte, la lesión directa
del nervio radial durante el procedimiento quirúrgico de AI es infrecuente
según la bibliografía. Consideramos que estas infrecuentes complicaciones
neurológicas, tal como postulan Boileau y cols., se deben a la elongación que
sufren las ramas terminales del plexo braquial durante el acto quirúrgico por
el alargamiento de la longitud del húmero.12
Entre las
fracturas intraoperatorias de glena, en una revisión sistemática, Zumstein y
cols. comunicaron una prevalencia del 0,9% en 782 hombros, que estuvieron
principalmente relacionadas con el fresado articular.13 Sirveaux y
cols. tuvieron una prevalencia del 1,5% en 1953 AI, el riesgo fue mayor en
ascenso severos de la cabeza humeral.11 El 5% de fracturas
glenoideas en nuestra serie resulta levemente superior al reportado por
Sirveaux y cols.11 Esto se justifica, en parte, por la curva de
aprendizaje con este implante, que además se caracteriza por una resección ósea
glenoidea más agresiva. Un paciente tuvo un aflojamiento mecánico del
componente glenoideo a los 14 meses de la cirugía; esta complicación ocurre en
el 1,8-8,8% de los casos.14,28 Pese a que aún no se han identificado
factores de riesgo asociados, en su serie de 202 hombros tratados con prótesis
lateralizada y una incidencia del 1,2% de esta complicación en cirugías
primarias, Bitzer y cols. identificaron como factores de riesgo el uso de
injerto óseo para suplir defectos glenoideos y la fijación del baseplate con tornillos no bloqueados.14
En nuestro paciente, el aflojamiento se debió a una toma insuficiente de los
tornillos glenoideos, que fue tratado luego con una metaglena de revisión; el
paciente cursa el sexto mes posoperatorio sin complicaciones agregadas.
En esta
serie, una paciente presentaba fragilización acromial preoperatoria, lo cual
repercutió desfavorablemente en el rango de movilidad máximo a la elevación
anterior, era solo de 90° en el último control posoperatorio. Este resultado se
puede explicar teniendo en cuenta que la inserción acromial del deltoides es un
elemento clave en la función de la AI.15 El descenso y la
medialización del centro de rotación glenohumeral con el objetivo de restaurar
la tensión deltoidea son fundamentales para mejorar la elevación anterior
activa. Se ha propuesto que la patología acromial preoperatoria puede
comprometer la función deltoidea y afectar el correcto funcionamiento de la
prótesis, a diferencia de Walch y cols., quienes evaluaron a 28 pacientes con
AMR tratada mediante AI y con patología acromial, y compararon los resultados
funcionales con los obtenidos en pacientes sin lesión acromial. Estos autores
no hallaron diferencias en el rango de movilidad posoperatorio y el puntaje de
la escala de Constant-Murley.28
Es
preciso considerar algunas limitaciones antes de analizar estos datos, teniendo
en cuenta las limitaciones inherentes a la metodología descriptiva
retrospectiva. Asimismo, el hecho de no contar con un grupo de control
imposibilitó comparar los resultados de prótesis lateralizada con los obtenidos
con implantes medializados. El tiempo mínimo de seguimiento de dos años no
permite identificar fehacientemente la tasa de complicaciones a largo plazo,
esto justifica la baja frecuencia de complicaciones registradas en esta serie.
Entre las fortalezas, destacamos que se trata del primer informe nacional con
este tipo de implantes, que incluye una cantidad considerable de pacientes que
cuentan con un registro preciso de los resultados funcionales y las
complicaciones posoperatorias inmediatas, así como con la evaluación de la
satisfacción de los pacientes.
Queda
pendiente para una próxima línea de trabajo una serie comparativa con prótesis
medializadas y un seguimiento más prolongado.
Conclusiones
Consideramos
la AI lateralizada como una excelente alternativa quirúrgica para la AMR en
pacientes >60 años, proporciona resultados clínicos y radiográficos
satisfactorios, con una tasa de complicaciones aceptable y una supervivencia
del implante del 97,4% a los 25 meses de seguimiento promedio. Creemos que
nuestro estudio representa un aporte a la bibliografía nacional, pues proporciona
un mejor fundamento para la planificación quirúrgica y la toma de decisiones a
fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren esta enfermedad.
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Recibido el
25-9-2020. Aceptado luego de la evaluación el 1-4-2021 • Dr. Diego Gómez • drdjg@hotmail.com • https://orcid.org/0000-0003-0258-6802
Cómo citar este
artículo: Gómez D, Dainotto T, Viollaz G, Teruya GJ, Tedeschi A, Durán R,
Muratore Á. Artroplastia invertida lateralizada para artropatía del manguito
rotador en pacientes >60 años. Resultados y complicaciones a corto plazo. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol
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Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.6.1209
Fecha de publicación: Diciembre, 2021
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
Copyright: © 2021, Revista de la
Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Licencia: Este artículo está bajo una
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