INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Implicancia
de la radiografía con tracción y rotación interna en la evaluación de las
fracturas de fémur proximal
Fernando M. Bidolegui, Sebastián Pereira, Gabriel Vindver
Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital Sirio
Libanés, ECICARO, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Resumen
Introducción: La correcta valoración de las
radiografías cuando ingresa un paciente con una fractura de fémur proximal
tiene una implicancia directa en el tratamiento propuesto. Materiales y Métodos: Se evaluó consecutivamente a 100 pacientes
con diagnóstico de fractura de fémur proximal. Se tomaron radiografías de
pelvis de frente, de la cadera afectada de frente y de la cadera afectada de
frente con tracción y rotación interna. Se comparó la clasificación realizada
por residentes con la clasificación de los médicos senior, todos utilizaron las tres radiografías para evaluar las
fracturas. Resultados: El resultado
global de concordancia entre la clasificación inicial de los residentes con la
de los médicos senior fue del 68,9%.
Cuando los médicos residentes utilizaron la radiografía con tracción y rotación
interna, la concordancia aumentó al 78,75%. Cincuenta y una respuestas
cambiaron con respecto a la clasificación inicial. De estas, en 42 (82,4%)
casos, la clasificación inicial era incorrecta y cambió a una correcta. En 9
(17,6%) casos, la clasificación inicial era correcta y cambió a una incorrecta.
Conclusiones: La radiografía con
tracción y rotación interna es un estudio simple, de bajo costo y bien tolerado
por el paciente que facilita la correcta interpretación de las fracturas de
fémur proximal, lo que tiene un impacto directo en la indicación del
tratamiento y su resultado final.
Palabras clave: Fracturas; fémur proximal;
clasificación; radiografía con tracción.
Nivel de Evidencia: IV
Implication of Internal Rotation Traction Radiography in Proximal
Femoral Fracture Evaluation
Abstract
Introduction: The correct
assessment of radiographs at the time of admission of a patient with proximal
femoral fracture has a direct effect on the choice of treatment. Materials and Method: We consecutively
evaluated 100 patients with a diagnosis of proximal femoral fracture.
Antero-posterior pelvic radiographs (A-P), A-P radiographs of the affected hip,
and internal rotation traction radiographs of the affected hip were taken. A
comparison was made between the classifications made by residents and the
classification of senior doctors, who used the 3 radiographs to classify all
fractures. Results: The overall
agreement score between the initial classification of residents and that of
senior doctors was 68.9%. When the resident physicians used internal rotation
traction radiography, agreement increased to 78.75%. 51 responses changed with
respect to the initial classification. Of these, in 42 (82.4%) cases the
initial classification was incorrect and changed to a correct classification.
While in 9 (17.6%) cases the initial classification was correct and changed to
an incorrect one. Conclusion:
Internal rotation traction radiography is a simple, low-cost study that is
well-tolerated by the patient and facilitates correct interpretation of
proximal femoral fractures with a direct impact on the choice of treatment and
its outcome.
Key words: Fractures; proximal femur; classification;
traction radiography.
Level of Evidence: IV
Introducción
Las fracturas de fémur proximal son lesiones comunes en
los pacientes añosos y su incidencia está en aumento.1 La elección
del tratamiento más adecuado es fundamental para disminuir las tasas de
morbimortalidad asociadas, así como los costos del sistema de salud.1
La correcta valoración de las radiografías cuando ingresa un paciente con
fractura de fémur proximal tiene una implicancia directa en la toma de
decisiones sobre su tratamiento. El objetivo de este estudio es demostrar la
utilidad de la radiografía con tracción y rotación interna tomada al ingreso
del paciente en la evaluación de las fracturas de fémur proximal.
Materiales y Métodos
Se evaluó, en forma retrospectiva, una serie consecutiva
de pacientes >65 años con diagnóstico de fractura de fémur proximal que
fueron operados por los médicos del Servicio de Ortopedia y Traumatología de
nuestro Hospital, entre enero de 2018 y enero de 2020. Se excluyó a los
pacientes con fracturas subtrocantéricas y fracturas
patológicas. La serie quedó conformada por 100 pacientes. Se tomaron
radiografías de pelvis de frente, radiografías de la cadera afectada de frente
y radiografías de la cadera afectada de frente con tracción y rotación interna.
Cuando se consideró necesario, se completó la evaluación con una tomografía
computarizada. Para obtener las radiografías con tracción, se coloca al
paciente en decúbito supino, mientras el médico realiza una tracción suave y
progresiva desde el tobillo, a la vez, que le imprime una rotación interna a la
extremidad hasta llevar la rótula al cenit. Luego de tomar la imagen se libera
la tracción suavemente. En ocasiones, puede ser necesaria la ayuda de un
asistente para realizar contratracción.
Las radiografías fueron evaluadas por médicos senior (S.P., F.B. y G.V.) quienes
clasificaron las fracturas observando las tres radiografías y las imágenes tomográficas, si correspondía. Se utilizaron la
clasificación de Garden2 para las fracturas de cuello femoral y los criterios
de inestabilidad descritos por Evans3 (conminución,
compromiso de la pared posteromedial, extensión subtrocantérica y verticalidad del trazo) para las
fracturas intertrocantéricas. Las respuestas posibles
eran: 1) fractura de cuello femoral no desplazada (Garden tipos I y II), 2)
fractura de cuello femoral desplazada (Garden tipos III y IV), 3) fractura intertrocantérica estable y 4) fractura intertrocantérica
inestable (al menos, un criterio de inestabilidad). Las respuestas de los médicos
senior fueron consideradas como de
referencia. Luego fueron comparadas con las respuestas dadas por cuatro médicos
residentes de los primeros años, quienes, de forma independiente y sin
información sobre el paciente, agruparon las fracturas en los cuatro grupos
posibles utilizando las radiografías de pelvis de frente y las radiografías de
la cadera afectada de frente, en una primera ronda (400 respuestas). En una
segunda ronda (400 respuestas) con un intervalo de dos semanas respecto de la
anterior, los mismos cuatro residentes bajo las mismas condiciones clasificaron
las mismas fracturas en los cuatro grupos posibles observando las radiografías
de la cadera afectada de frente con tracción y rotación interna.
Resultados
La distribución de las 100 fracturas según la respuesta
de los médicos senior fue la
siguiente: fracturas de cuello femoral no desplazadas (8 casos), fracturas de
cuello femoral desplazadas (24 casos), fracturas intertrocantéricas
estables (25 casos) y fracturas intertrocantéricas
inestables (43 casos).
La concordancia entre la clasificación inicial de los
residentes (ronda 1) con la de los médicos senior
fue del 68,75% (275 respuestas correctas). Cuando los médicos residentes
utilizaron la radiografía con tracción y rotación interna (ronda 2), la
concordancia global aumentó al 78,75% (315 respuestas correctas) (Tabla 1).
Un total de 51 respuestas cambiaron con respecto a la
clasificación inicial cuando se tuvo en cuenta la radiografía con tracción y
rotación interna. En 42 de las 51 respuestas (82,4%), la clasificación inicial
era incorrecta y cambió a una clasificación correcta. Los cambios correctos en
las respuestas fueron los siguientes: de una fractura intertro-cantérica
estable a una fractura intertrocantérica inestable
(24 casos); de una fractura de cuello femoral desplazada a una fractura intertrocantérica estable (12 casos) y de una fractura intertrocantérica estable a una fractura de cuello femoral
desplazada (6 casos) (Tabla 2).
Por otro lado, nueve (17,6%) de las 51 respuestas cambiaron
de una clasificación inicial correcta a una incorrecta al evaluar la
radiografía con tracción y rotación interna: siete casos de fracturas intertrocantéricas inestables cambiaron a fracturas intertrocantéricas estables, un caso cambió de fractura intertrocantérica estable a fractura de cuello femoral
desplazada (Figura) y un caso cambió de fractura de cuello femoral desplazada a
fractura de cuello femoral no desplazada (Tabla 3).
Discusión
La correcta valoración de las radiografías cuando ingresa
un paciente con una fractura de fémur proximal tiene una implicancia directa en
la indicación del tratamiento. En general, cuando llega un paciente con una
fractura de cadera, tiene dolor y el miembro afectado acortado y en rotación
externa. Esto asociado a la anteversión natural del
cuello femoral dificulta la correcta evaluación de la fractura. La radiografía
con tracción y rotación interna despliega el cuello femoral y evita la
superposición de los fragmentos, lo que facilita su interpretación.8
Esta simple maniobra, de tracción y rotación interna, cuando se realiza
suavemente e incrementando de a poco la fuerza de tracción, es bien tolerada
por el paciente y no requiere de ningún tipo de sedación.
Las fracturas de cuello femoral suelen clasificarse según
la clasificación de Garden.2 Sin embargo, algunos autores han
documentado una baja reproducibilidad interobservador
con esta clasificación.3 En el mismo sentido, diferentes autores
resaltan la misma dificultad en la clasificación inicial de las fracturas intertrocantéricas de cadera.4-7 Los resultados
de nuestro estudio resaltan la variabilidad interobservador
en la clasificación de las fracturas de fémur proximal. La concordancia entre
la clasificación de los médicos residentes utilizando las radiografías sin
tracción con la clasificación establecida por los médicos senior fue del 68,75%. Ahora cuando los residentes utilizaron la
radiografía con tracción y rotación interna, la concordancia aumentó al 78,75% .
Si analizamos los cambios en las respuestas, en 18
de los 42 casos en los que se cambió la respuesta por una correcta, esto
hubiese significado una modificación en la indicación quirúrgica. Doce de estos
18 casos fueron clasificados inicialmente como fracturas de cuello femoral
desplazadas que cambiaron a fracturas intertrocantéricas
estables, esto hubiese significado, por la edad de nuestra serie, tratar con
una artroplastia de cadera una fractura intertrocantérica
estable. En los seis casos restantes, la modificación fue de una fractura intertrocantérica estable a una fractura de cuello femoral
desplazada, lo que hubiese significado tratar con una reducción y osteosíntesis
una fractura de cuello femoral en un paciente añoso. En 24 de los 42 casos
restantes, el cambio en la clasificación de una fractura estable a una
inestable no hubiese tenido repercusión en la elección del implante, porque, en
nuestro Servicio, el implante de elección para las fracturas intertrocantéricas de cadera sean estables o inestables es
el clavo de fémur proximal. Sin embargo, en aquellos Servicios donde se utiliza
un clavo compresivo deslizante (DHS) para las fracturas estables y un clavo de
fémur proximal para las inestables, este cambio hubiese significado una
modificación en la selección del implante.
Al evaluar los nueve casos (17,6%) en los que la
radiografía con tracción y rotación interna cambió una respuesta correcta por
una incorrecta, solo en dos pacientes, el cambio de respuesta hubiese tenido
repercusión en la indicación del tratamiento: en un caso, porque la modificación
fue de una fractura intertrocantérica estable a una
fractura de cuello femoral desplazada (Figura) y, en el otro, de una fractura
de cuello femoral desplazada a una fractura de cuello femoral no desplazada.
Hasta nuestro conocimiento pocos son los estudios que
analizan la utilidad de las radiografías con tracción en la evaluación inicial
de las fracturas de fémur proximal. En 1976, Wiltse9 fue el primero
en marcar la utilidad de la radiografía con tracción y rotación interna para
aumentar la sensibilidad de la detección de fracturas ocultas de cadera.
En un estudio más reciente, Koval
y cols.10 evaluaron la utilidad de la radiografía con tracción
comparando la concordancia en la clasificación de 47 radiografías con fractura
de cadera entre los médicos residentes y los médicos senior. La concordancia fue del 71,9% sin la radiografía con
tracción, mientras que esta ascendió al 77,9% (p <0,01) cuando utilizaron
las radiografías con tracción y rotación interna.
Por último, en una serie consecutiva de 78 pacientes, Khurana y cols.11 demostraron que la precisión
en la clasificación de las fracturas de fémur proximal aumentó del 44,9% al
72,4% al incorporar la radiografía con tracción y rotación interna (p
<0,001).
Resaltamos como principales debilidades de este estudio
el diseño retrospectivo y la falta de un análisis estadístico de los
resultados.
Conclusiones
De acuerdo con los resultados obtenidos podemos concluir
en que la radiografía con tracción y rotación interna es un estudio simple, de
bajo costo y bien tolerado por el paciente. Por lo tanto, debería realizarse,
en forma rutinaria, cuando ingresa un paciente con fractura de fémur proximal,
ya que facilita la correcta interpretación de las fracturas y esto tiene un
impacto directo en la indicación del tratamiento, el implante por utilizar y su
resultado final.
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ORCID de S. Pereira: https://orcid.org/0000-0001-9475-3158
ORCID de G. Vindver: https://orcid.org/0000-0003-3858-6687
Recibido el 4-5-2020. Aceptado luego de la evaluación el 6-7-2020 • Dr. Fernando M. Bidolegui • fbidolegui@gmail.com • https://orcid.org/0000-0002-0502-2300
Cómo citar este artículo: Bidolegui FM, Pereira S,
Vindver G. Implicancia de la radiografía con tracción
y rotación interna en la evaluación de las fracturas de fémur proximal. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol 2021;86(1):39-43.
https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.1.1112
Información
del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.1.1112
Fecha de
publicación: Febrero, 2021
Conflicto
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