PRESENTACIÓN DE CASOS
Deformidad de Gibbus no
tuberculosa tratada con implante cubierto con nanopartículas de plata.
Presentación de un caso
Diego F. Jacob, Joint
H. Guimbard Perez, Luis D. E. Orosco Falcone, Juan Carlos Carabajal, Pablo N.
Ortiz
Departamento
de Cirugía Espinal, Servicio de Ortopedia y Traumatología, Sanatorio Allende,
Córdoba, Argentina
RESUMEN
Se conoce como
enfermedad de Gibbus al colapso de la porción anterior de uno o más cuerpos
vertebrales que provoca una cifosis segmentaria de ángulo agudo. En general,
este tipo de deformidades son producto de infecciones tuberculosas. Uno de los
principales problemas que trae apareado esta deformidad es la compresión
medular. En el caso presentado, el paciente sufrió esta enfermedad como consecuencia
de una infección no tuberculosa, con cifosis angular pososteomielitis, tratado
con doble vía de abordaje, utilizando implantes recubiertos con nanopartículas
de plata. Los resultados clínico-radiológicos fueron muy satisfactorios. Este
caso presenta la conjugación de dos temas poco frecuentes en la medicina
actual; por un lado, un tipo de deformidad de la columna que, rara vez, se debe
a una infección no tuberculosa y, por otro lado, el implante utilizado,
recubierto con nanopartículas de plata que, pese a las controversias, ofrece
una nueva posibilidad de tratamiento para pacientes con un riesgo aumentado de
infección asociada a implantes, y resulta de interés que sea reconocido por los
cirujanos ortopedistas, puesto que existe evidencia suficiente para afirmar su
capacidad para reducir la formación de biopelículas.
Palabras clave: Gibbus; nanopartículas de plata; cifosis segmentaria.
Nivel de Evidencia: IV
Non-tuberculous Gibbus Deformity, Treated With an Implant Coated With Silver Nanoparticles. Presentation
of a Case
ABSTRACT
Gibbus disease is the
collapse of the anterior portion of one or more vertebral bodies that results
in acute angle segmental kyphosis. Generally, these types of deformities are
caused by tuberculosis infections. One of the main problems associated with
this deformity is spinal compression. In this case, the patient presented this
condition as a consequence of a non-tuberculous infection, with angular
kyphosis after osteomyelitis, treated with a double approach, using implants coated
with silver nanoparticles. We obtained very satisfactory clinical and
radiological outcomes. This case presents the intersection of two rare topics
in current medicine; on the one hand, a type of spinal deformity that rarely
occurs as a consequence of a non-tuberculous infection. On the other hand, the
implant used, coated with silver nanoparticles. Although there are still
controversies in the literature, this implant offers a new possibility of
treatment for patients who are at increased risk of implant-related infection,
and it is of interest for orthopedic surgeons, since there is sufficient
evidence to support its ability to reduce the formation of biofilms.
Key words: Gibbus; silver nanoparticles; segmental kyphosis.
Level of Evidence: IV
INTRODUCCIÓN
Se conoce
como enfermedad de Gibbus al colapso de la porción anterior de uno o más
cuerpos vertebrales que provocan una cifosis segmentaria de ángulo agudo.1
El término proviene del latín tardío “gibbosus” que significa jorobado.2
En
general, este tipo de deformidades son producto de infecciones tuberculosas en
la columna vertebral o son secundarias a anomalías congénitas.1
También pueden deberse a algunas fracturas, enfermedades metabólicas, como la
mucopolisacaridosis, o infecciones congénitas.3 Uno de los
principales problemas de este cuadro es la progresión de la cifosis, el balance
sagital empeora y, en consecuencia, el riesgo de compresión medular es mayor.1
A pesar de que existe gran cantidad de información sobre esta deformidad,
resulta muy poco común como resultado de una infección no tuberculosa; en
nuestra búsqueda bibliográfica, encontramos un solo caso publicado con dicha
característica.4 El paciente que presentamos sufrió esta enfermedad
a causa de una infección asociada a
implantes.
Las tasas
de infecciones profundas asociadas a la colocación de implantes en la columna
vertebral oscilan entre el 2,2% y el 25%,5 y los microorganismos
aislados más comunes son bacterias de baja virulencia, como Staphylococcus epidermidis, que crecen
en los implantes formando biopelículas de multicapas conocidas como biofilms o microfilms,6 lo que les permite a las bacterias
defenderse de los tratamientos antibióticos, como así también de la inmunidad del huésped.7
Se ha
demostrado que la plata posee un efecto antibacteriano efectivo y puede
aplicarse en los implantes en forma de nanopartículas para obtener propiedades
físicas, químicas y biológicas mejoradas, con una tendencia a la inhibición de
la infección en los implantes ortopédicos.8 Por estos motivos, las
investigaciones continúan y adquieren especial relevancia cuando nos
enfrentamos a pacientes con características especiales, como un metabolismo
óseo alterado, sistemas inmunes afectados o infecciones activas o en remisión.
Presentamos
un caso inusual de cifosis angular pososteomielitis no tuberculosa, tratado con
doble vía de abordaje, utilizando implantes recubiertos con nanopartículas de
plata.
CASO CLÍNICO
Hombre de
69 años, sin antecedentes médicos de relevancia, no tabaquista, que asistió a
la consulta de un especialista en patología espinal de nuestra institución, por
lumbalgia intensa y dolor en la cara anterior de ambos muslos, y debilidad de
los miembros inferiores que le impedían la bipedestación y la deambulación
confortables, asociados a parestesias.
Como
antecedentes, refirió una cirugía instrumentada de columna dorsolumbar
practicada dos años antes, en otra institución, donde había sido sometido a una
artrodesis de T11-S1 con barras y tornillos transpediculares, que requirió
limpieza y desbridamiento quirúrgico a los cinco días por mala evolución de la
herida. En esa oportunidad, no se obtuvo aislamiento ni tipificación de germen.
A los 19 meses de la instrumentación, se extrajo el implante.
En
nuestra institución, se realizó una punción biopsia de T12 bajo tomografía
computarizada, de la cual no se obtuvo aislamiento de germen; tras los análisis
pertinentes para descartar tuberculosis, se le diagnosticó osteomielitis
vertebral no tuberculosa de T12, según el cuadro clínico y los estudios por imágenes.
Como el resultado de los cultivos fue negativo, el Servicio de Infectología
indicó un tratamiento empírico para cubrir gérmenes grampositivos y bacilos
gramnegativos, con una duración adecuada al diagnóstico de osteomielitis, por
lo que se le administró ciprofloxacina más minociclina por vía oral, durante
seis semanas.
Se lo
citó para controles periódicos hasta que, según los parámetros clínicos y
bioquímicos, la infección había curado. Al tercer mes de la extracción del
implante, con la herida cicatrizada, sin secreciones ni signos de flogosis y
ante la persistencia del dolor, se comenzó a planificar una cirugía de
corrección de la deformidad.
El
paciente estaba en sillón de ruedas, refería lumbalgia asociada con dolor
intenso en la cara anterior de ambos miembros inferiores, y el puntaje en la
escala analógica visual era de 9/10. Además, tenía debilidad en ambos miembros
inferiores, con atrofia muscular marcada en ambos muslos y masas gemelares,
podía caminar con ayuda, pero sentía dolor, los signos mielopáticos estaban
ausentes, los reflejos osteotendinosos profundos estaban conservados y la
fuerza muscular de miembros inferiores era de 3/5 según la escala del Medical
Research Council. A la inspección, se observó un desequilibrio sagital positivo
severo, el puntaje del Oswestry
Disability Index era del 75%, que corresponde a la categoría de
“discapacidad”.
Se
solicitaron estudios por imágenes. El espinograma de pie mostró un
desequilibrio sagital global. Con el sistema SurgiMap®, se midieron los parámetros espinopélvicos y se obtuvieron los
siguientes resultados: eje vertical sagital (sagital vertical axis, SVA) muy positivo de 229 mm, con un ángulo
T1-pelvis (T1-pelvis angle, TPA) de
57°, incidencia pélvica (pelvic incidence,
PI) 86°, inclinación pélvica (pelvic tilt,
PT) 45°, pendiente sacra (sacral slope,
SS) 41°, cifosis torácica (thoracic
kyphosis, TK) 60°, lordosis lumbar (lumbar
lordosis, LL) 53°, PI-LL 33°, GT
66° y gap de 12. El paciente tenía
una deformidad de Gibbus a expensas del acuñamiento anterior de T12, con
cifosis segmentaria de T11-L1 de 111° (Figura 1).
En la tomografía computarizada, se observó una
osteólisis >50% del cuerpo de T12 a predominio anterior y pérdida de stock
óseo en el platillo vertebral superior de L1 más signos secuelares de
aflojamiento de tornillos en todos los niveles restantes, principalmente en el
hueso sacro (Figura 2).
En la
resonancia magnética, se visualizó el estrechamiento del canal espinal en T12-L1,
con hiperintensidad en la secuencia T2 del disco a dicho nivel, asociado con la
destrucción de ambos cuerpos vertebrales (Figura 3). Se realizó, además, un
centellograma óseo que mostró hipercaptación leve en T12-L1. Los parámetros
bioquímicos indicaban que no había infección activa.
Técnica quirúrgica
Se
realizó un primer tiempo quirúrgico anterior por toracotomía, con exéresis de
la 12va costilla y corporectomía de T12, y colocación de caja
telescopada autoexpandible con injerto óseo autólogo de costilla y tornillos
laterales al cuerpo de T11 y L1 unidos con una barra de titanio, todos
recubiertos con nanopartículas de plata para prevenir la formación de
biopelículas. Siete días después, se llevó a cabo el segundo tiempo quirúrgico
posterior, bajo monitoreo neurofisiológico, con artrodesis de T4 a pelvis
mediante tornillos pediculares y tres barras de titanio con corrección de la
deformidad y la colocación de injerto óseo autólogo más injerto heterólogo de
banco, más descompresión y liberación mielomenigorradicular de L4-L5.
El
paciente toleró bien el procedimiento y fue dado de alta deambulando sin dolor
con andador de cuatro puntos, a los cinco días.
Se
realizaron controles evolutivos periódicos durante el primer mes, a los tres y
seis meses; en la actualidad, a los ocho meses de la intervención, la herida
está cicatrizada y el paciente camina sin ayuda, sin dolor en la región
dorsolumbar y dolor leve en los miembros inferiores (puntaje 2/10 en la escala
analógica visual). Ha completado el plan de neurorrehabilitación para
fortalecimiento muscular y perfeccionamiento de la marcha, con un puntaje del Oswestry Disability Index del 20%, que
corresponde a la categoría de “limitación funcional moderada” (Figura 4). Tanto
el paciente como sus familiares están muy satisfechos con los resultados
obtenidos. El paciente otorgó el consentimiento informado por escrito para la
publicación del caso.
En las nuevas mediciones con el programa SurgiMap®, en el espinograma de pie, se observa
un SVA positivo de 35 mm y una cifosis segmentaria T11-L1 de 11°, con TPA 27°,
PI 74°, PT 34°, SS 40°, TK 37°, LL 49°, PI-LL 24°, GT 29° y gap de 8, con mejoría en todos los
parámetros espinopélvicos (Figura 5).
Por otro lado,
en la tomografía computarizada, se puede visualizar la consolidación ósea en
todos los planos y la invasión de hueso neoformado alrededor del implante
intersomático (Figura 6).
DISCUSIÓN
Los
objetivos del tratamiento quirúrgico de la cifosis angular incluyen la mejoría
de la clínica neurológica y de los déficits por compresión neural, la
restauración de la alineación normal mediante la corrección de la deformidad y
estabilización de la columna vertebral con una artrodesis.9 Como se
puede observar en las mediciones radiológicas descritas, la incidencia pélvica
posoperatoria descendió 12° respecto de la inicial, lo que puede resultar
llamativo teniendo en cuenta que dicho parámetro ha sido descrito
tradicionalmente como “estático”. Sin embargo, estudios recientes han
demostrado que la incidencia pélvica puede variar con la edad, el índice de
masa corporal o tras algunos procedimientos espinales,10,11 e
inclusive ante las posiciones de flexión y extensión, esto último parece
deberse a la movilidad del sacro con respecto a la pelvis a través de la
articulación sacroilíaca, evidenciado por cambios desproporcionados en la
pendiente sacra versus la inclinación pélvica.12
Para
conseguir el éxito terapéutico, es más importante obtener una artrodesis sólida
que lograr una corrección anatómica de la deformidad. Y, basándose en esta
máxima, la importancia del soporte anterior y del injerto óseo es clara, y ha
sido bien documentada.13 A pesar del avance de las técnicas
quirúrgicas para la estabilización anterior y la descompresión posterior, el
procedimiento quirúrgico ideal continúa siendo controvertido.
En
aquellas inestabilidades espinales donde las columnas anterior, media y
posterior están afectadas, independientemente de la patología que las origina,
la descompresión exitosa, la corrección de la deformidad y la estabilización
requieren procedimientos anteriores y posteriores.14
El
advenimiento de dichas técnicas quirúrgicas de complejidad ascendente genera, a
su vez, la necesidad de contar con implantes de características mecánicas y
biológicas cada vez más exigentes, con capacidad de durar mucho tiempo,
resistencia mecánica, escasos o nulos efectos adversos sobre el huésped,
relativa resistencia a la infección, costos accesibles para el sistema de
salud, disponibilidad y acceso de la población.
Estos
requerimientos han dado lugar a nuevos paradigmas, en los que las nuevas
características resultantes de los biomateriales no dependen necesariamente del
descubrimiento de nuevos materiales con propiedades únicas, sino que son más
bien la resultante del uso inteligente y combinado de materiales ya
disponibles.
En este
contexto, podemos afirmar que la actividad antimicrobiana de la plata se conoce
muy bien; por lo tanto, el estudio de este metal en la industria de los
implantes ortopédicos ha tomado auge en el último tiempo. Su actividad
bactericida se basa en la inactivación de enzimas clave, como la succinato
deshidrogenasa por unión de grupos tiol, la formación de radicales
hidroxilo y el posterior daño del ADN.
En un
estudio de van Hengel y cols.,15 cuyo objetivo fue desarrollar
implantes metálicos equipados con funcionalidad antimicrobiana para evitar la
infección asociada, la superficie de los implantes se “biofuncionalizó”
utilizando oxidación electrolítica plasmática en presencia de nanopartículas de
plata. Se eligieron las nanopartículas de plata, porque, cuando se oxidan,
liberan iones plata que, se sabe, son agentes antimicrobianos potentes y han
demostrado un fuerte comportamiento bactericida contra un amplio espectro de
bacterias que incluyen Staphylococcus
aureus resistente a meticilina a través de múltiples mecanismos, como el
daño a las membranas bacterianas y la
producción de especies reactivas de oxígeno.16
En este
estudio, los implantes se incubaron con S.
aureus resistente a meticilina durante 48 h, en condiciones que inducen la
formación de biopelículas. Después de 48 h de incubación, en los implantes del
grupo de control, se formaron biopelículas, las bacterias se apilaban cada vez
más una encima de la otra para formar hasta 4 o 5 capas. En cambio, en los
implantes con plata, menos bacterias se unieron a la superficie de los
implantes y no se observaron signos de formación de biopelículas.
Tras una
extensa búsqueda, no hemos encontrado en la bibliografía actual series de
casos, como así tampoco reportes de casos donde se hayan utilizado implantes de
estas características en la cirugía espinal. Sin embargo, en 2016, Hazer y
cols. publicaron un estudio en conejos que ha logrado resultados prometedores
respecto de la inhibición de la biopelícula en implantes espinales recubiertos
con nanopartículas de plata;17 a su vez, Hegde y cols., en un
estudio reciente en ratones, llegaron a conclusiones similares.18
Hay
investigaciones que demuestran que las nanopartículas de plata y la plata
iónica poseen un efecto antibacteriano a concentraciones que no son citotóxicas
para las células eucariotas.19 Sin embargo, algunos autores afirman
que los implantes con plata pueden estar asociados con toxicidad, causada por
los altos niveles de iones plata.20 En general, podemos decir que
las células de los mamíferos, que poseen un mayor tamaño, una organización
estructural y funcional superior, y más capacidad de producir matriz
extracelular, son más tolerables a la plata que las células bacterianas.21
Los resultados a corto plazo de las aplicaciones de
estos implantes de plata no mostraron ningún efecto adverso sobre las funciones
hepáticas y renales del huésped.22 Sin embargo, a nivel celular, los
impactos de los iones plata en la viabilidad y diferenciación de las células
óseas aún no se han investigado en detalle.
Es por
esto que, en la actualidad, crecen las preocupaciones con respecto a los
efectos secundarios citotóxicos de la plata iónica y las nanopartículas de
plata en células de mamíferos y sistemas de órganos.23
En un
estudio de Albers y cols., se demostró que las partículas de plata provocan
efectos citotóxicos en osteoblastos y osteoclastos.20
Por otra
parte, estudios previos ya habían demostrado que tanto la plata iónica como las
nanopartículas de plata causan efectos citotóxicos en diferentes sistemas in vitro e in vivo.24 No hay consenso sobre la toxicidad de estas
partículas para los seres humanos, la mayoría de las investigaciones sobre la
toxicidad de las nanopartículas de plata se basan en experimentos celulares in vitro y experimentos con animales a
relativamente corto plazo.
CONCLUSIONES
Este caso
presenta la conjugación de dos temas poco frecuentes en la medicina actual; por
un lado, la presentación de un tipo de deformidad de columna que, rara vez,
ocurre como consecuencia de una infección no tuberculosa, cuyo tratamiento aún
sigue siendo controvertido desde el punto de vista biomecánico. Comunicamos aquí
un método terapéutico que, hasta el momento, logra un excelente resultado
clínico para el paciente, con la restauración de la bipedestación, la marcha
armónica, y gran mejoría del dolor y los síntomas neurológicos. Por otro lado,
el implante utilizado, de última generación, recubierto con nanopartículas de
plata. Si bien aún se encuentra en estudio y, para algunos autores, su uso
resulta controvertido por los motivos antes descritos, ofrece una nueva
posibilidad de tratamiento para pacientes con un riesgo más alto de infección
asociada con los implantes. Resulta de interés que sea reconocido y tenido en
cuenta por los cirujanos ortopedistas, porque hay evidencia que avala su
capacidad para reducir la formación de biopelículas.
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ORCID de J. H. Guimbard Perez: https://orcid.org/0000-0002-8887-8947
ORCID de L. D. E. Orosco Falcone: https://orcid.org/0000-0003-0988-305X
ORCID de J. C. Carabajal: https://orcid.org/0000-0003-2902-4420
ORCID de P. N. Ortiz: https://orcid.org/0000-0001-7461-3879
Recibido el
15-3-2020. Aceptado luego de la evaluación el 29-7-2020 • Dr. Diego F. Jacob • dfjacob@hotmail.es
• https://orcid.org/0000-0001-7484-0617
Cómo citar este
artículo: Jacob DF, Guimbard Perez JH, Orosco Falcone LDE, Carabajal JC, Ortiz
PN. Deformidad de Gibbus no tuberculosa tratada con implante cubierto con
nanopartículas de plata. Presentación de un caso. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol 2021;86(6):802-811. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.6.1074
Información del artículo
Identificación: https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2021.86.6.1074
Fecha de publicación: Diciembre, 2021
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos de intereses.
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